Hace tan solo unos meses desde Chile se observó la tragedia provocada por la pandemia del nuevo coronavirus en el norte de Italia con una enorme preocupación y temor de parte de la ciudadanía. Lo que no influyó en que las autoridades políticas lo vieran con un estúpido desdén y soberbia.Por Joaquín Pérez / resumen.cl
El fatídico marzo italiano se presenta hoy como un "deja vu" para el junio chileno: Hospitales colapsados, morgues desbordadas, cementerios sobrepasados, personal médico infectado y subestimadas estadísticas de contagios y muertes que, sin embargo, no paraban de subir.
La tragedia italiana nos develó que las autoridades políticas no eran capaces ni siquiera de cuantificar la realidad de contagios y muertes, mucho menos hacerles seguimiento, idéntica realidad a la que presenta Chile hoy.
En ese marzo italiano aprendimos también que había aumentos explosivos de mortalidad que no se correspondían con las estadísticas oficiales de muertes por COVID-19. La región más castigada de Italia fue la rica e industrial Lombardía, en el norte del país. Pero dentro de ella, las zonas más afectadas fueron los cinturones urbanos de los trabajadores industriales que mientras se desató la pandemia -en ésta, una de las naciones más ricas del mundo- jamás pararon de producir.
Un ejemplo de estas ciudades del cordón industrial de Lombardia, fue Bérgamo.
También puedes ver: Italia, una masacre moderna a la clase trabajadora
Hoy la pandemia de la COVID-19 esta azotando a Chile con especial fuerza. Es el país más afectado en contagios por millón de habitantes, no solo en el continente americano, sino en el mundo entero, solo superado por microestados con menos de 3 millones de habitantes.
En este contexto, el rico norte minero del país, jamás ha detenido sus faenas, por ello hoy tanto Antofagasta como Calama presentan altísimos índices de contagios y en los últimos días, también alzas significativas de fallecimientos producto del contagio de COVID.
Los trabajadores han hecho llamados a las autoridades a tomar medidas referidas a esto, las cuales han sido desoídas no solo por las gigantes transnacionales que roban el cobre chileno -que constitucionalmente pertenece a los chilenos- sino también por la propia empresa estatal Codelco, que ha mantenido la producción prácticamente en lo mismos niveles que antes de la pandemia hasta este fin de semana pasado, en que recién adopto la medida de mantener la producción solo con trabajadores de Calama.
Solamente este sábado 20 de junio, la región de Antofagasta registró 387 nuevos casos. Una cifra muy por sobre las regiones más pobladas del país como Valparaíso (256 casos diarios) o Biobío (257 casos diarios).
La Región de Antofagasta (607 mil habitantes) acumula ya 94 muertes, muy por sobre nuestra región del BioBio (2 millones 115 mil) que presenta entre 32 y 55 fallecidos hasta el momento. Eso significa que Antofagasta con un tercio de los habitantes del Biobío, casi triplica en fallecidos a nuestra región.
Un caso aún más dramático, dentro de la región de Antofagasta, parece estar sufriendo la ciudad de Calama (180 mil habitantes) capital minera de Chile.
En solos los primeros 16 días de este mes de junio, Calama ha registrado más muertes (114) que los meses de marzo y abril juntos (107) fechas en que el coronavirus aún no afectaba con fuerza esta ciudad.
De hecho, el promedio de muertes en Calama durante el mes de junio en los últimos 10 años es de 63,8 personas y este año solo en 14 días ya van 114.
El fin de semana pasado el alcalde de la ciudad informaba sobre el inminente colapso del cementerio de la ciudad. El día viernes los medios de comunicación informaron de la compra de contenedores para intentar palear el colapso de la morgue de la ciudad. Los enfermos de Calama son trasladados a otras ciudades porque el hospital Carlos Cisternas hace dias que ya colapsó.
Los sindicatos y la ciudadanía han demandado el cierre del aeropuerto de la ciudad, el cual mantiene un alto trafico aéreo, a diferencia de las ciudades del sur del país, por ejemplo.
El último informe epidemiológico del MINSAL, señala que Calama posee ya 2.375 casos acumulados de contagio y 50 fallecimientos confirmados con PCR, muy por sobre los 31 de la capital regional Antofagasta.
De no aplicarse medidas drásticas, que deben incluir a la mineria privada, que incluyan la paralización de faenas mineras o reducción al mínimo de éstas, la situación en Calama irá dramáticamente en aumento, pudiendo ser la primera comuna fuera de la Santiago, donde se pierda totalmente el control de la pandemia, con las desastrosas consecuencias que ello traería.
Foto: El América de Calama