Existen algunas historias que de tanto oírlas terminan haciéndose parte de la identidad de un lugar. Anónimas hazañas cuya grandeza radica en la convicción de querer transformar favorablemente la realidad de todo un pueblo. En algunas ocasiones, tales ejemplos se heredan de generación en generación, en lo que el historiador Gabriel Salazar llamaría memoria popular, y que no es otra cosa que el espíritu de lucha que desde la base social cataliza las aspiraciones reivindicatorias del pasado, para proyectarlas hacia el futuro.
El libro Coronel: Cinco Tiempos de una Historia, del geógrafo y odontólogo coronelino Pedro Silva Torres, contiene una serie de relatos destinados a rescatar el legado combativo de una comuna cuyo periodo de esplendor pareciera ser a veces un fantasma con el que conviven actualmente sus habitantes. Así, el autor presenta su obra resaltando que se dirige precisamente a ese pueblo que poco a poco pareciera levantarse de su somnolencia:
“Estas páginas no fueron escritas ni para los críticos literarios ni para los eruditos. Fueron escritas sencillamente para un pueblo que a fuerza de olvidar su historia parece que ha ido olvidando que existe, y en vez de vivir se dedica a sobrevivir; peor aún, sobreviviendo, sin darse cuenta de ello, por y para las fuerzas poderosas que desde más allá de las fronteras locales, regionales y nacionales les han dibujado su destino”.
Los relatos tienen por escenario lagunas, cerros, bares, chinganas, escuelas y perdidos callejones, entre otros espacios donde los personajes (mapuche, mineros, profesores, dirigentes sindicales, etc.) consiguen trascender en el tiempo a través del recuerdo de su heroico compromiso y temeraria entrega.
El emplazamiento al lector se produce desde la primera página, y culmina con un capítulo cuyo nombre resulta suficientemente sugestivo: “El futuro es nuestro”. Nuestra es también la historia, como dijera Allende, y pudiera ser que en buena medida de ella dependamos para ponernos nuevamente de pie.