Coronel: Puertos, mafias, corrupción…una vieja historia

En 1954 la película “Nido de Ratas”, título por la cual fue conocida en Latinoamérica, o “La Ley del silencio” como se conoció en España, arrasaba en la premiación de los Oscar, al llevarse 8 estatuillas doradas.  Por Joaquín Pérez [caption id="attachment_149707" align="aligncenter" width="736"] Bahía de Coronel[/caption] Dirigida por el polémico Elia Kazan -un ex comunista convertido en soplón de sus compañeros durante los años de la persecución macartista en Estados Unidos- el film estaba basado en un guión escrito por Budd Schulberg, inspirado en una serie de artículos periodísticos publicados entre noviembre y diciembre de 1948 en el periódico  “New York Sun”.   La trama de la película se centra en el control que la mafia ejercía en el puerto de Nueva Jersey en Estados Unidos, con una de las actuaciones más notables de toda la historia del cine: Marlon Brando en el papel de un estibador (obrero portuario). Lo que este clásico de la historia del cine mundial muestra, es una realidad más antigua que la propia película, pero con el agregado que esa realidad se mantiene hasta nuestros tiempos, no solo en los puertos de la costa este de los Estados Unidos, sino que también a nivel global. No es casual que la crisis de seguridad desatada actualmente en Ecuador, tenga como epicentro de la catástrofe el Puerto de Guayaquil, de donde han surgido muchos políticos corruptos del Ecuador, en este puerto se denuncia hoy la presencia activa del crimen organizado internacional, desde la temida mafia albanesa hasta el cartel mexicano “Jalisco nueva generación”.  Los puertos son necesarios para el tráfico comercial, no solo de lo lícito, sino también de lo ilícito. La misma película de Elia Kazan, describe que la corrupción no solo alcanza a la administración portuaria y a los políticos de las ciudades puerto, sino también a los propios sindicatos portuarios. Todos deben estar empalmados en este negocio, donde el tráfico de lo ilícito es precisamente lo que da mayores márgenes de ganancia a los involucrados en el negocio. Como muy honestamente lo dijo Javier Milei, actual presidente argentino, principal defensor del neoliberalismo en Sudamérica hoy: "Prefiero la Mafia al Estado". Para que estos negocios ilícitos prosperaran en Chile, fue vital la privatización de los puertos, desarrollada por los gobiernos de la concertación en los años 90 en el país, de esa época podemos reconocer importantes políticos del día de hoy: por ejemplo la carrera política del actual senador Gastón Saavedra (PS) partió en el puerto de Talcahuano, como dirigente sindical de la otra Empresa Portuaria de Chile (EMPORCHI), él fue parte de aquella generación de dirigentes sindicales que negociaron la privatización del Puerto de San Vicente (comuna de Talcahuano). Coronel es un histórico puerto en la región, tuvo su apogeo antes de la inauguración del canal de Panamá (1914), cuando los antiguos barcos a vapor estaban obligados a cruzar del Atlántico al Pacifico por el Estrecho de Magallanes y reabastecerse aquí de carbón para sus calderas, en el antiguo “Muelle Fiscal”. En aquellos años gloriosos, Coronel llegó a contar incluso con diversos consulados extranjeros, aduana o con presencia de empresas transnacionales tan de vanguardia en aquellos años como ITT (International Telephone & Telegraph). No es casualidad que una batalla marítima de la Primera Guerra Mundial, entre barcos ingleses y alemanes, se librara frente a sus costas. [caption id="attachment_149708" align="alignnone" width="640"] Plaza 21 de Mayo de Coronel (1898)[/caption] Sin embargo, el Canal de Panamá marcó el inició de ese declive, caída que se acentuó con la pérdida de valor del carbón frente a otros combustibles como el petróleo. Se inició ahí una larga decadencia de Coronel como ciudad puerto, hasta que durante la administración de un alcalde socialista -René Carvajal-, capitales privados retomaron el negocio portuario en la ciudad. Hoy, uno de los imputados en las investigaciones de la Fiscalía tras las denuncias de un gerente del Puerto, Eduardo Araya, actual concejal de la comuna, fue uno de los hombres del entorno más cercano a Carvajal en su momento, quien además estos días admitió haber trabajado para la empresa puerto de Coronel. Desde el momento mismo que el nuevo puerto privado de Coronel entró en funciones el 3 de julio de 1996, la empresa portuaria comenzó literalmente, a adueñarse de la ciudad. Antiguamente, Coronel gozaba de playas de las cuales sus habitantes disfrutaban libremente durante el verano. Poblaciones enteras como Playa Negra y Playa Sur, un tradicional complejo deportivo recreativo, todos ellos desaparecieron con la creación y las posteriores ampliaciones de la empresa portuaria. Hoy, los habitantes de Coronel se quedaron sin playas, sin acceso al mar, Coronel es una especie de Bolivia, pero todo aquello que sin duda afectaba no solo la calidad de vida, la tradición y las costumbres de los habitantes de la ciudad, pareció no importarle a ninguna autoridad política de la comuna, sino muy por el contrario, a todas ellas se les vio siempre muy cercanas a las distintas gerencias del puerto durante todo este tiempo.  Que se alterara completamente la forma de vida de los habitantes de una ciudad, su identidad y su historia, no fue tema para nadie en las distintas administraciones municipales. Algo bastante llamativo, pues se entiende que ellos son sus representantes para defender los intereses colectivos precisamente, frente a los mezquinos intereses de una empresa portuaria ligada a grandes poderes económicos. Por eso no es anormal que en la actual investigación por corrupción surjan nombres como el del hermano del actual diputado Romero, quien fue alcalde tras derrotar a René Carvajal. El municipio pudo pasar de la izquierda a la derecha y volver a la izquierda, sin embargo, la expansión y el poder de la empresa portuaria sobre la comuna llegó ser tal, que los vecinos durante la discusión de los planos reguladores, muchas veces temieron que el puerto se apropiara incluso del caso histórico de la ciudad, incluida la propia plaza de armas de la ciudad. Lo delicado de la situación, es que el poder económico no solo corrompe al poder político, sino incluso a la propia sociedad. Muchas organizaciones vecinales y también sindicales, fueron cooptadas por las gerencias portuarias. A fines de los años 90 y principios del 2000, la Coordinadora Marítimo Portuaria y luego la Unión Portuaria, se constituyeron en una referente no solo del sindicalismo, sino de todo el movimiento social en Chile.  Los sindicatos entraron en confrontación con las gerencias de sus puertos por mejorar sus condiciones laborales, pero también con el Estado para asegurar derechos sociales básicos como la seguridad social (fin de las AFP), derecho a la educación (los portuarios desarrollaron paros nacionales el 2011 en apoyo al movimiento estudiantil). También cabe destacar que los portuarios fueron el único gremio activo durante el estallido social del 2019. Sin embargo, la ausencia de los sindicatos portuarios de los grandes temas que afectan al conjunto de la sociedad chilena es notoria, noticias como las de Coronel, donde los escándalos de corrupción salpicarían a los sindicatos, son señales preocupantes, por el bien de nuestro pueblo esperemos que nuestros portuarios no sean como aquellos que relata la película de Elia Kazan.  
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