CRÓNICA | Segundo Festival en defensa del Río Achibueno ¡ACHIBUENO RESISTE!

Por Guillermo Correa Camiroaga / resumen.cl

El modelo económico social imperante en nuestro país, inserto en el esquema de la economía global, considera la explotación indiscriminada de recursos naturales como algo esencial para su funcionamiento. En nuestro país la gran minería y las empresas forestales dedicadas a la explotación de las plantaciones de pino y eucaliptus, son dos ejemplos de este modelo extractivista.

Este concepto relativamente nuevo, el extractivismo, se refiere a la explotación y extracción de recursos naturales, los cuales son exportados a los denominados países desarrollados sin ningún valor agregado. En Chile la gran mayoría de las empresas mineras son de capitales extranjeros y, debido a la legislación que favorece sus intereses, tributan muy poco, obteniendo enormes ganancias mientras depredan y agotan los recursos mineros. Por otro lado, las plantaciones de las grandes empresas privadas forestales son subsidiadas en un 75% por el estado. Estas especies exóticas, el pino y el eucaliptus, consumen grandes cantidades de agua durante su crecimiento, secando prácticamente las napas subterráneas, además de ser altamente combustibles como ha quedado de manifiesto en los desastrosos incendios forestales que han afectado recientemente a gran parte del territorio nacional.

La gran minería, por su parte, requiere de una elevada cantidad de energía para su funcionamiento y con ese objetivo es que se busca implementar una enorme cantidad de centrales hidroeléctricas conectadas a una carretera de trasmisión eléctrica, para lo cual necesita intervenir la mayor cantidad posible de caudales de agua, sin importar el daño que eso provoque.

Como bien podemos observar, para llevar a cabo estos objetivos, el modelo extractivista necesita apropiarse y explotar un elemento vital para la vida de los seres vivos: el agua. A lo largo y ancho del territorio nacional existen cientos de proyectos hidroeléctricos orientados en ese sentido y, desde hace tiempo, el esquema táctico utilizado es de la implementación de las denominadas “centrales de paso”, las cuales al ser de menor magnitud en relación con las grandes centrales como Ralco o Colbún Machicura por ejemplo, requieren de menores requisitos “legales” para su aprobación. En todo caso, independiente de la magnitud de la intervención humana sobre el medio ambiente, los efectos dañinos sobre el mismo afectan en forma directa a todos los seres vivos que lo habitan, incluyendo al ser humano.

En la precordillera de Linares, en la VII región o región del Maule, donde además ya existe la gran central hidroeléctrica de Colbún-Machicura, se pretenden ahora instalar dos centrales de paso en el hermoso y prístino rio Achibueno, que en el idioma mapudungün significa “aguas cristalinas que bajan del monte”.

En defensa del territorio y del agua, es decir, en defensa de la vida, las y los ciudadanos linarenses se han organizado en el Movimiento Defensa Achibueno , el cual ha realizado una serie de asambleas populares, intervenciones artísticas, confección de murales , marchas y otras movilizaciones de protesta popular, destinadas a impedir la materialización de estos proyectos hidroeléctricos en el Cajón del río Achibueno.

Los hermosos murales que han elaborado en distintos puntos de la ciudad de Linares, especialmente en la Alameda y frente a la Plaza de Armas, expresan gráficamente la biodiversidad, la rica y variada flora y fauna existente en la precordillera linarense que se verá afectada de concretarse el proyecto de las centrales hidroeléctricas “ Centinela” y “El Castillo”, de propiedad del empresario Isidoro Quiroga.

Las “centrales de paso” son publicitadas como “pequeñas intervenciones respetuosas del medio ambiente”, que, manifiestan sus defensores, incluso permiten la mantención de un” flujo o caudal ecológico” del río intervenido. Si reflexionamos que los cursos de agua naturales y el ecosistema que ha surgido en torno a ellos ha tardado miles de años en conformarse, difícilmente puede definirse un “caudal mínimo ecológico” que no altere el medio ambiente, la biodiversidad, la flora y la fauna allí existentes. Las centrales de paso, además, consideran no sólo la extracción de elevados volúmenes de agua desde el caudal de los ríos, sino la intervención del territorio con grandes remociones de tierra, construcción de caminos, tendidos eléctricos, tranques y tuberías. Por lo tanto, aún cuan dichas intervenciones territoriales sean consideradas “pequeñas”, provocan un enorme e irreparable daño ecológico y medio ambiental.

Iniciando el año 2017, el Movimiento Defensa Achibueno , bajo la consigna “Achibueno Resiste!”, realizó los días 18 de febrero y 04 de marzo dos grandes eventos públicos en la Alameda Valentín Letelier de la ciudad de Linares, denominados respectivamente Primer y Segundo Festival Achibueno.

El sábado 04 de marzo pude presenciar el desarrollo del Segundo Festival Achibueno, una singular forma de protesta popular en dónde, durante 12 horas, dos cuadras de la Alameda Valentín Letelier, uno de los principales espacios públicos de Linares, fueron ocupadas para desarrollar las más variadas actividades, incluyendo una feria de productos artesanales orgánicos y sustentables. Simultáneamente, en dos escenarios diferentes, uno ubicado frente al Liceo de Linares y el otro a unos 200 metros del primero, numerosos artistas regionales, con expresiones tan variadas como el folclor tradicional, el rock, el hip-hop, bailes y números circenses, dieron su apoyo solidario al Movimiento Defensa Achibueno.

El Festival se desarrolló durante 12 horas , entre el mediodía y la medianoche, lo que permitió la asistencia de una gran cantidad de público que iba rotando y renovándose .Familias completas, hombres, mujeres, niños, pero principalmente jóvenes, muchachos y muchachas, se congregaron masivamente bajo los frondosos árboles de la alameda , de manera que el objetivo de esta singular movilización popular se cumplió cabalmente.

En una cartilla o díptico titulado “Achibueno Resiste”, entregado a las y los asistentes durante el desarrollo del 2° Festival Achibueno , se da a conocer la forma en cómo se organizó el Movimiento Defensa Achibueno, los objetivos que se han fijado, las distintas movilizaciones realizadas hasta este momento y también los frutos obtenidos mediante la lucha desplegada.

Dice el texto: “El Movimiento Defensa Achibueno comienza a gestarse el año 2008 con algunas personas que comienzan a difundir información sobre la pretensión de construir dos centrales hidroeléctricas en el río. Sin embargo, es desde fines del año 2009 y comienzos del 2010 que el problema comienza a hacerse más visible y la defensa del Achibueno comienza a transformarse en un verdadero movimiento de masas en donde comienzan a desarrollare una serie de asambleas y movilizaciones en las que participan distintas organizaciones sociales y políticas.

Entre los hitos importantes que pueden mencionarse están los intentos realizados el año 2010 y 2011 para que el Municipio de Linares, encabezado por el ex alcalde Ricardo Rentería, realizara un plebiscito ciudadano en donde el pueblo decidiera si quería o no las centrales y en dónde si bien Rentería se comprometió en un principio, luego volvió sobre sus pasos y utilizando una serie de mentiras se negó a la posibilidad de un plebiscito en donde el pueblo linarense actuara de manera soberana. Otro hecho importante fue la Toma de la Gobernación de Linares el año 2012 y la ola de protestas que le siguió durante varias semanas luego de que el gobierno de Sebastián Piñera diera el visto bueno a la construcción de las centrales. Posteriormente, durante el año 2014, se inicia el proceso para que el Cajón del Achibueno sea declarado Santuario de la Naturaleza, proceso que concluye satisfactoriamente el año 2015, mismo año en que se comienzan a recolectar firmas de ciudadanos en contra de las centrales, las que son entregadas a Michelle Bachelet a mediados del 2016 con más de 30.000 firmas para recordarle el compromiso hecho durante su período de campaña en el año 2013.”

En otra parte de la cartilla explican que: “(…) han creado un código de aguas en 1980 y una legislación ambiental que desde 1994 hasta la fecha ha tenido reformas insustanciales, generando así las condiciones ideales para que en Chile se instale un modelo extractivista (…) en cuanto a la explotación del agua, el sistema extractivista se manifiesta en buena medida en la explotación de este recurso para la generación de electricidad, colaborando así en el deterioro de la flora y fauna que circunda los ríos (…) En el caso puntual del Achibueno (…), de construirse las centrales, desviaría más de 40 kilómetros de río afectando a más de 300 especies de flora y fauna nativa del sector, a la economía agraria y turística y destruiría el único río no intervenido de la Región del Maule y principal balneario popular de los linarenses (…) En septiembre del año 2013 y en pleno período de campañas presidenciales, la actual Presidenta Michelle Bachelet se comprometió a rechazar las hidroeléctricas en el río Achibueno (…) Hoy a casi cuatro años de ese compromiso debemos reconocer que el Gobierno no ha realizado ninguna acción válida para impedir la construcción de las centrales hidroeléctricas en el Achibueno (…) El Movimiento Defensa Achibueno ha desarrollado diversas actividades en las que se incluyen las firmas de más de treinta mil personas rechazando las hidroeléctricas, varias marchas y actos de protesta y dos festivales por el Achibueno. Sin embargo el actual Gobierno todavía no responde, por lo que la protesta seguirá con el fin de salvar el río”.

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