[resumen.cl] Hasta este miércoles 10 de marzo el público podrá visionar Ay de mi, Violeta, la obra Compañía de danza Calaucalis que se ha puesto a disposición en el marco del Festival Trenzando Escenas del Bío Bío.
El elenco de la versión, que está en exhibición a través del sitio de la agrupación, está compuesto por Eduardo Aguilera, Macarena Nahuelcura, María José Yáñez, Natalia Jorquera y Andrea Briano como interpretes; Paola Aste en la dirección general y coreográfica; Ricardo Sepúlveda en la dirección general y artística; Mauricio Castillo en la ilumninación; Veónica Garrido en el vestuario; Alexis Figueroa y Belén Yancovic como tramoyas; Pedro Millar en la dirección musical; Gonzalo Muñoz en la realización audiovisual; y Cristian Romero en la producción. el desarrollo de la obra fue financiado por el Fondo de Artes Escénicas Itinerantes Regionales 2020 del Ministerio de las Culturas.
Algunas preguntas planteadas por Resumen sirvieron como propulsoras para que el equipo compartiera aspectos del trabajo involucrado en la creación de Ay de mi, Violeta que a continuación exponemos.
Ay de mí, Violeta, es en su inicio una idea de Paola Aste, Ema Millar y Belén Yancovich constituida en base a una coreografía inicial de El gavilán (P. Aste) en el 2009. Ay de mí, Violeta se conforma fundamentalmente con el trabajo de Paola Aste junto a un grupo inicial de bailarinas intérpretes. Se estructura en forma de obra más compleja aunque no definitiva el año 2012 y de hecho, es una obra que por sus características, muta y se enriquece en el trascurso de los años, avanzando con la incorporación de canciones y coreografías, para asentarse en un trabajo que tiene como coreógrafa, directora y origen a Paola Aste, a Pedro Millar en arreglos y dirección musical y a Ricardo Sepúlveda en guión y diseño integral. Diversos intérpretes han integrado el cuerpo baile, conforme los avatares que una compañía independiente enfrenta en su desempeño. A su vez, el grupo Quorum, de música, fue la base de la interpretación en vivo. Al presentarla el 2016 a la línea del Fondart Nacional del año 2016 que buscaba celebrar el centenario del nacimiento de Violeta Parra, por medio de creación de obras en diversas disciplinas anotamos: “Como obra de Danza, recoge una lista de canciones de Violeta Parra, especialmente elegidas en términos de exploración de su vida y personalidad, como sujeto emotivo y reflexionante, antes que como el icono convencional en que de alguna manera, se ha convertido. Presentamos una obra que hace uso de intérpretes musicales en vivo, los que interactúan con el elenco de baile, y que por medio de una propuesta de danza y-auxiliados por algunos elementos de proyección audiovisual- presenta una lectura que rescata elementos de la iconografía propia de artista. Buscamos brindar entretención de carácter cultural, potenciando el acervo y la identidad territorial. Aunque, Ay de mí, Violeta ciertamente se origina antes de este hecho puntual. Y su motivo se enraíza fuertemente en una condición de vida, antes que en la eventualidad de este concurso”.Escenografía (Ricardo Sepúlveda)
La propuesta artística de Ay de mí, danVioleta se desarrolla como un diálogo fluido y constante entre distintas formas artísticas -canto, baile, visualidad y poética- que se unifican mostrándose en una síntesis estructural. La propuesta estético-técnica guarda relación con esta premisa. Los elementos plástico/visuales son extraídos del imaginario popular en el que funda su obra Violeta Parra. Esto es, utilización de materiales rústicos, artesanales y naturales, el empleo de gamas de colores pasteles, como marrones, rojos, terracotas, amarillos y complementarios verdes, azules turquesas, etc... colores presentes en su obra plástica, telares, óleos, cerámica, etc... La escenografía misma es sugerente, de factura simple, artesanal, donde los elementos visuales corpóreos y tridimensionales son un elemento más de la obra. Estos elementos nos revelan la fuerza interna de la propuesta y organizan el espacio en relación con la puesta en escena. Los elementos antes mencionados, están instalados al fondo del escenario. Una telón rectangular plano, colgado en forma vertical, tejido de estera o totora, se ubica al centro/ atrás, despegado a 50 cms. de la cámara blanca de fondo del espacio escénico. Este elemento representa la carpa de la Reina, de arquitectura naif. Otros dos elementos o figuras antropomorfas –femeninas- son la “mujer del árbol florido” de 2.30 mts de altura; una en colores cálidos (pasteles) y la otra en colores fríos, ubicadas cada una a un costado de la pieza central de totora y suspendidas desde la parrilla. Construidas de estructura de madera, forrada en telas de colores y arpilleras, son reforzadas con adornos, como raíces, ajíes secos, lanas de colores, junquillos, etc... Las figuras representan la contraposición del cielo y la tierra, lo humano y lo divino, la dicha y el quebranto. En la base del telón de estera al costado derecho, una silla de madera y paja y en su alrededor una trama de lana roja que la recubre. Cuatro maletas forradas de madera forradas en arpillera y en la cara superior un collage de papeles de colores y diarios. Cada escena o cuadro se refuerza -aparte de la iluminación-, con diapositivas de muchos colores y de formato circular proyectadas en altura en el paño blanco de fondo, lado derecho. En el sector donde se ubican los músicos, costado izquierdo del escenario, en altura, se ubica un cable con ampolletas convencionales de baja intensidad propias de la carpa, que se maneja desde la consola de la iluminación, para jugar con la intensidad.
Vestuario. (Verónica Garrido)
Vestuario de diseño simple, vestido sin mangas y cuello en curva, realizado con telas de tipo osnaburgo con detalles en arpillera y acentos de colores, todo en colores pasteles y transformable. El diseño, fundamentalmente vinculado a su arte textil, de ahí la lana, la tela de algodón, la arpillera. Así, todos los vestuarios fueron confeccionados en telas de origen natural, con una paleta de colores que remite a la arpillera o yute , material base de su importante trabajo textil, aunque con conciencia de las posibilidades de movimiento, el movimiento de cada pieza en relación con las exigencias de la interpretación/movimiento. Sobre esta base natural se desatan formas, colores, texturas y brillos, a través de la sobreposición de telas e hilachas, manifestándose una redundancia de costuras, las que al modo de una metáfora visual, aluden a sus pasiones y tomentos. Ciertamente, para el diseño y la confección de vestuario me involucre apasionadamente con la artista, tanto en lo musical y como su el arte textil.
Dirección coreográfica/general (Paola Aste)
La obra parte por el “final” por así decirlo, pues nuestra motivación inicial fue usar el tema El gavilán…que en la obra está cronológicamente, también al final. Eramos seis bailarinas: en aquellos años estábamos viviendo un suceso doloroso, sufrimientos en el ambiente creativo, emociones que Violeta también vivió al componer esta bellísima pieza. Nuestra casa, nuestro espacio para la danza, se caía, se derrumbaba, todo un proyecto llegaba malamente a su fin. En el momento de estar trabajando en la obra, había una conexión emotiva profunda en base a la noción de abandono…tal lo expresa Violeta en El gavilán … el lenguaje de la danza en su expresividad, estaba inspirado fuertemente en estas misma emociones…La coreografía parte con seis mujeres que iban o venían, que llegaban de un lugar a otro representando los viajes de la Violeta, su universo investigativo… aparecían con maletas, en las cuales llevaban recuerdos, penas, alegrías, música, la vida misma de Violeta, esta mujer que también nos inspiraba por su conocimiento político, de como cuerpo político, de mujer luchadora, porfiada…nosotros también nos identificábamos con esto, con esa cierta porfía… hasta el día de hoy… Los movimientos dancísticos surgieron así desde mi propio cuerpo, desde mi creación in situ… en aquellos años el trabajo coreográfico consistía en la creación de todos los movimientos, evidentemente que los bailarines siempre han sido intérpretes que aportan su propia gestualidad dentro de lo posible.., como sea, la obra tiene un sello, una característica de lenguaje coreográfico que me pertenece, propio. Cuando el Calaucán ya no existía y estábamos trabajando en Artistas del Acero, junto a Emma Millar y Belén Yankovich, decidimos hacer esta obra…contábamos con el grupo Quorum, de excelentes músicos, en que participaban Pedro y Juana Millar, y nos propusimos trabajar con música en vivo. También contábamos con Ricardo Sepúlveda para la escenografía y trabajar un guión… Deseábamos ahora armar una obra que pudiese ir uniendo una Violeta entrevista en sus distintas etapas. Seleccionamos temas, perfeccionamos la idea, yo tenía dos coreografías realizadas de antes con referencia a otros temas de la Violeta que funcionaban muy bien, estructurándose en una unidad. Así fuimos construyendo el mundo de Violeta, un mundo alegre, luchador, de una Violeta enamorada de la vida aunque también enamorada un poco de la muerte, una mujer sufrida… como muchas mujeres, esto es, al fin y al cabo….