La política exterior de nuestro país pasa por sus peores momentos, la canciller Antonia Urrejola y el presidente Gabriel Boric, han alineado a Chile, cuál república bananera, a los dictados de la política exterior de los Estados Unidos, como sucede actualmente con la crisis política en el Perú.
Por Joaquín Pérez
Ni siquiera han optado por disimular, sino que abiertamente han respaldado al gobierno de Dina Boluarte, que ya lleva más de 25 asesinados por disparos de fuerzas de seguridad del Estado, entre otras tantas violaciones flagrantes de los Derechos Humanos en contra del pueblo peruano y comunidades campesinas originarias. El cuestionado régimen de facto peruano ha agradecido públicamente el apoyo desde Chile.
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Chile ha optado otra vez por la vergüenza e inevitablemente por el fracaso. El nuevo gobierno ilegítimo del Perú no se logra consolidar y apenas se sostiene, ante la movilización popular a lo largo y ancho de la nación andina. De hecho, ya han renunciado dos ministros del gobierno de Boluarte recién nombrados y es de esperar que en la medida que no logran controlar la situación interna, el régimen se siga descomponiendo.
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Chile ha optado por alinearse con la embajada de Estados Unidos, el gobierno del neo fascista Bolsonaro de Brasil, del banquero Opus Dei, Guillermo Laso de Ecuador, y el derechista presidente de Uruguay, Luis Lacalle.
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Mientras el resto de los mandatarios latinoamericanos no reconocen al nuevo Gobierno, exigen respeto por el derecho a la protesta y piden el fin de las violaciones a los Derechos Humanos.
La careta de gobierno de izquierda de Boric se cae completamente ante la postura asumida por su cancilleria, pues hoy todos los gobiernos de izquierda y progresistas respaldan al pueblo peruano en sus manifestaciones, se niegan a reconocer al gobierno impuesto por el Congreso peruano, dominado por los seguidores del exdictador Alberto Fujimori. Mientras tanto, Boric junto a Bolsonaro respaldan a una administración asesina que tarde o temprano deberá enfrentar un juicio por los crímenes cometidos.
Si lo de ratificar el TLC con la Comunidad Económica Europea o el TTP 11, cuestión que ni Piñera logro hacer, sorprendió a algunos, la posición adoptada con respecto a la crisis peruana supera todo margen. Hace recordar los desastres más grandes de nuestra política exterior, como el apoyo de Pinochet al Reino Unido durante la Guerra de las Malvinas, el apoyo de Ricardo Lagos al fracasado golpe contra Hugo Chávez en Venezuela del 11 de abril de 2002 conocido como el “carmonazo”, el de Piñera al golpe de Estado en Bolivia (2019) o su viaje a Cúcuta (2019) para apoyar al payaso de Juan Guaido y un nuevo intento fracasado por derrocar al gobierno venezolano.
Quedan solo semanas para que Lula asuma en Brasil, la posición adoptada por México, Cuba, Honduras, Nicaragua, Colombia, Venezuela, Bolivia y Argentina con respecto a desconocer a las nuevas autoridades del Perú, Chile podría quedar aún más aislado en sus posiciones. De esta forma, la cancillería navegará en las aguas del aislamiento internacional con sus vecinos, como el paria que ya ha sido, agudizando con ellos problemáticas de política interna que sin duda pasan por la integración regional.
Foto principal: @WaykaPeru
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