[resumen.cl] Han pasado seis años desde que Rodrigo Andrades Aguila falleció tras un derrame cerebral. Actualmente, familiares denuncian negligencia médica de parte de funcionarios del Hospital Regional de Concepción.
En conversación con RESUMEN, Bernarda Aguila, madre de Rodrigo Andrades Aguila, dio a conocer la situación a la que se tuvieron que enfrentar producto de la negligencia de médicos del Hospital Clínico Regional de Concepción Dr. Guillermo Grant Benavente. Asimismo, RESUMEN tuvo acceso a los fallos y documentos referentes al proceso de judicialización del caso, los cuales acreditan tales negligencias que provocaron la muerte de Rodrigo Andrades el 28 de octubre de 2014.
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La noche del 22 de octubre de 2014, Rodrigo Andrades Aguila, tras finalizar las actividades de alianza de su colegio -Instituto Humanidades de Concepción– se encontraba ‘desvanecido’, lo cual se relacionó con fatiga y cansancio.
Junto a su madre, camino a Talcahuano, el joven comenzó a tener dolores intensos y ganas de vomitar, razón por la que fue llevado al Cesfam Leocan Portus, siendo derivado inmediatamente en ambulancia al Hospital Las Higueras.
En el recinto hospitalario se comunica, tras realizársele un scanner de urgencia, que se produjo un derrame cerebral. Al no tener especialista en esa área es trasladado al Hospital Regional Guillermo Grant Benavente, siendo atendido por el médico Luis Farias Calderón, quien planteó, en palabras de Bernarda Aguila, “que a esa hora no podía hacer nada hasta el día siguiente, porque debían realizarle un examen denominado angiografía y poder determinar el daño existente”, por lo que fue derivado nuevamente al Hospital Las Higueras.
Al día siguiente, Rodrigo Andrades fue nuevamente enviado al Hospital Regional cerca de las 14:00 horas, siendo trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Cerca de las 18:45 horas, el Dr. Rodrigo Orrego informó a la familia, declara Bernarda, su optimismo sobre la recuperación de Andrades, planteando que, incluso, este podría quedar sin secuelas, por lo que con una embolización podría solucionarse la situación.
Al día siguiente -24 de octubre-, la familia fue atendida por el Dr. Cristian Ledermann, anestesista que informó la programación de la intervención para el día 28 del mismo mes debido a la falta de un insumo en el Hospital, por lo que mientras tanto utilizaría una válvula en la cabeza de Rodrigo que permitiría medir la presión intracraneal, transmitiendo confianza a los familiares respecto al tratamiento que recibía el joven.
Sin embargo, debido a la espera, Andrades contrajo neumonía el día 26 de octubre, debiendo ser conectado a ventilación mecánica, cuestión que alertó a los familiares.
Producto de esto, el día 27 de octubre la familia realizó un seguimiento al insumo faltante, siendo acompañados por Mauricio Beddings –subdirector administrativo del Hospital en esa época- para su verificación, momento en el que se acreditó que no se había generado una orden de compra del insumo. Sin embargo, luego de consultarse a las unidades correspondientes del Hospital se informó que el insumo siempre estuvo, señala Bernarda Aguila, y quienes no estaban operativos eran los especialistas correspondientes, los cuales habrían asistido a un Congreso.
Mientras tanto, Rodrigo Andrades se debilitó y comenzó a fallar su organismo, por lo que se le administraron intensas dosis de drogas. Pese a esto, falleció, constatan documentos del Hospital Regional, a las 08:35 horas el 28 de octubre de 2014, luego de agonizar y presentar una crítica situación desde la noche anterior.
La judicialización
Bernarda Aguila da a conocer que el 5 de noviembre fue contactada por la enfermera jefe de Hemodinámica, Jessica Parra, quien transmitió la consternación del equipo médico por el caso, solicitando reunirse a conversar. Sin embargo, la familia se reusó debido a la enorme negligencia que habría provocado la muerte de Rodrigo Andrades.
RESUMEN tuvo acceso al historial de judicialización que se realizó en base a este caso, el cual ha pasado por múltiples situaciones para dar cuenta de la negligencia en que cayeron funcionarios del Hospital Regional.
Fue así como el 26 de octubre de 2015 se ingresó una demanda contra el Hospital Regional de Concepción por el concepto de “indemnización de perjuicios por falta de servicio”. Sin embargo, en febrero de 2018 el 2° Juzgado Civil de Concepción rechazó la demanda fundándose, entre otras cosas, en que no se pudo acreditar el hecho de que el Hospital no prestó los servicios correspondientes.
[caption id="attachment_87579" align="alignnone" width="691"] Sentencia 2° Juzgado Civil de Concepción.[/caption]
Posteriormente, familiares acudieron a la Corte de Apelaciones de Concepción, quienes revocaron el fallo del 2° Juzgado, reconociendo a comienzos de 2019 la falta de servicio y condenando a pagar $10 millones a cada padre.
[caption id="attachment_87578" align="alignnone" width="670"] Fallo Corte de Apelaciones de Concepción, 2 de enero de 2019.[/caption]
Como respuesta, abogados de la parte demandada acudieron a la Corte Suprema para apelar el fallo. Así, el 10 de junio de 2020 la Tercera Sala del Máximo Tribunal confirmó la sentencia, señalando una doble falta de parte del Hospital y condenando el pago de $10 millones para el padre y $30 millones para la madre de Andrades.
Lo que se exige es justicia
Para Bernarda Aguila el dinero no es lo importante. El fallo da a conocer y reconoce que el Hospital Regional, concretamente funcionarios del lugar, realizaron una negligencia médica que significó la muerte de Rodrigo Andrades.
En esta línea, señala que “la salud pública está enferma, y eso se debe mejorar”. Asimismo, plantea que “a mi hijo le falló el sistema”, un joven que “a sus amigos les decía que quería ser periodista para denunciar las injusticias”.
Aguila enfatiza en que lo que busca es justicia social, cerrando con que “ningún médico intentó salvarle la vida. Ningún médico hizo su trabajo”.