Ante la arremetida de industrias depredadoras como la de monocultivos de forestales y de pisciculturas en la zona cordillerana en la región de la Araucanía, diversas expresiones de protestas se han levantado para exigir su freno ya que están afectando gravemente a las economías locales, como el turismo. Forestal Mininco y el latifundista empresario Mario García Sabugal son dos de de los principales promotores de nefastas actividades. A modo de ejemplo, en el sector de Codihue, que une la zona interlagos en Collico y Caburgua familias protestan por la depredación que está haciendo la empresa Mininco.
La imagen (foto nota) corresponde a los carteles que familias en el sector de Codihue han venido instalando ante la depredación que viene haciendo al empresa forestal Mininco con su expansión en la zona cordillerana y que es visible, afectando el bosque nativo, los ecosistemas y a las economías locales, como el turismo, ya que dicho territorio se ubica en el camino que une la zona interlago desde Colico, comuna de Cunco, hasta el lago Caburgua, comuna de Pucón y las zonas de Curarrehue, que son conexiones a importantes atractivos turísticos, sin embargo, la imprudencia e irresponsabilidad de ciertos empresarios bajo la complicidad de ciertas autoridades, hacen que estos potenciales espacios se vayan sacrificando para el lucro de unos pocos en desmedro de los intereses colectivos.
Cabe mencionar que metros más abajo, se ubica una piscicultura denominada “Río Codihue, Centro Tres Horquetas, Cunco", de la empresa Novatec , cuyo proyecto fue instalado desde el 2007, donde sus residuos caen al río Codihue el que metros más abajo desemboca en el lago collico, de enorme atractivo turístico.
Con relación a la expansión de los monocultivos forestales de pino y eucaliptus, las familias del sector han señalado que son diversos los impactos que se vienen registrando, sindicados y dirigidos a la responsabilidad de la empresa forestal Mininco, y que dan cuenta de situaciones que afectan grave y directamente la vida rural, pero a su vez, cercena las posibilidades de desarrollo colectivo en las distintas esferas.
De manera general, diversas comunidades y organizaciones en los últimos años han venido denunciando esos impactos y algunas de estas consecuencias generadas son: Desplazamiento del Bosque Nativo; Pérdida de los Recursos hídricos, superficiales y subterráneos que ha sido una de las constantes denuncias entre la IX y X regiones (Los monocultivos exóticos actúan como verdaderas bombas de agua); Uso indiscriminado de plaguicidas y contaminación de ecosistemas; Acorralamiento de comunidades rurales por los monocultivos; Destrucción de caminos rurales y polución por el tránsito de la maquinaria pesada, principalmente en tiempos de cosecha; Pérdida de Flora y Fauna (también plantas medicinales y alimenticias); Suelos agrícolas reemplazados para pinos y eucaliptus, lo que conlleva a la pérdida de soberanía y seguridad alimentaria; Transgresión de lugares sagrados; Aumento de emigración (disminuye fuente laboral) y pobreza en lugares de alta concentración Forestal, son parte de sus realidades que demuestran lo inviable.
En el presente, fuera de este modelo, son diversas las iniciativas que versan de sectores campesinos, comunidades y parceleros, una de ellas, es la del turismo, sin embargo, esta actividad ha sido privilegiada exclusivamente en ciertas zonas lacustres, principalmente donde están los intereses de algunos empresarios del rubro, sin embargo, otras, de gran relevancia y atractivos, como Melipeuco, Curarrehue, zonas altas de Cunco, Icalma, entre otras, se han convertido en zonas de sacrificio donde se está privilegiando los intereses de ciertos grupos económicos y que están imponiendo más pisciculturas, centrales hidroeléctricas y expansión de la industria forestal de monocultivo.
A parte de Forestal Mininco y su expansión depredadora en la zona cordillerana, también se identifica a uno de los principales latifundistas de la región, el empresario Mario García Sabugal, quien no solo ha introducido fuertemente dicha actividad en los terrenos, sino además ha dado paso firme a las pisciculturas y centrales de paso hidroeléctricas. García es dueño de Magasa y de miles de hectáreas expandidas en la zona cordillerana, obtenidas una gran parte durante la dictadura Militar y quien es además suegro del actual intendente de la región de la Araucanía, el empresario forestal Andrés Molina, quien por otra parte, firmó un pacto con las industrias salmoneras para que trajeran mayores construcción de piscicultura a la región, las que han venido contaminando los ríos.
No son ni ciertas "agitaciones", ni la "zona roja" que ha denominado cierto sector de la prensa hiper ideologizados y racista la que “estaría” afectando al turismo de un sector, por el contrario, dichas realidades se encuentran muy distante a esto, son este tipo de industrias que están causando severos estragos, no solo a la sana convivencia, sino a las oportunidades de un verdadero desarrollo para toda la región.
Las economías territoriales en riesgo
Además del turismo, otras actividades que buscan emprendimiento son lo agroalimentario y recolección, destacándose quienes buscan fomentar la producción suficiente y la adecuada conservación, junto a la promoción de intercambios, transformación, comercialización y consumo de alimentos sanos, nutritivos, preferentemente provenientes de la pequeña, la micro, y mediana producción, con diversificación, actividades que en general, respetan y protegen la biodiversidad, los conocimientos y formas de producción tradicionales y ancestrales, bajo los principios de equidad, solidaridad, inclusión, sustentabilidad social y ambiental.
Sin embargo, el modelo de expansión de la industria forestal, hidroeléctrica y salmonera en la zona cordillerana, es absolutamente incompatible con las numerosas propuestas y formas de llevar adelante otras maneras de producción como las señaladas anteriormente, porque ese tipo de industrias, en sus formas, solo cabe la expansión, los monocultivos y el lucro insaciable a cualquier costo.
Las pisciculturas de la industria salmonera
Las psiciuculturas que son parte de la cadena de la nociva industria salmonera en Chile que ha causado graves depredaciones en la región de los Lagos – Chiloé afectando gravemente a las economías locales y los ecosistemas, hoy, está generando graves estragos en las zonas cordilleranas de la Región de la Araucanía, particularmente en las zonas de Cunco, Melipeuco, Curacautín y Curarrehue.
Las pisiculturas son generadoras de alimentos artificiales para los peces en desarrollo, en donde los no consumidos se expanden por los ríos, sumándose a esto las fecas, la orina y el uso de antibióticos, causando lodos crudos contaminantes para las aguas y los territorios.
A esto se suma que la instalación de los proyectos, que continúan expandiéndose en la zona cordillerana, han venido generando depredación de eco sistemas como la tala de bosque nativo, intervención e incluso afectación de cuencas hidrográficas donde hay fuentes nacientes.
Esto impone un modelo que afecta y altera actividades tradicionales desde la perspectiva cultural social y económica de diversas zonas rurales donde se han emplazado.