[resumen.cl] Finalmente el presidente electo Sebastián Piñera dio a conocer su gabinete con quién trabajará en la primera parte de su gobierno. Algunos nombres se repiten, en los mismo cargos como Cecilia Pérez y otros en una nueva labor como Roberto Ampuero que ahora tendrá un cargo para seguir hablando de Cuba y Venezuela que es a lo que se dedica. Sin embargo, hay nombres no tan conocidos como el caso de Gerardo Varela, que asumirá la cartera de educación.
De formación abogado, experto en fusión de empresas, fue presidente de SOPROLE y consejero ICARE. Varela se ha dedicado a escribir columnas en diversos medios de comunicación de ultra derecha, algunos con tradición como El Mercurio y otros de la nueva era, con una seriedad bastante cuestionable y que no han logrado salir de la caricatura como El Líbero. En sus textos, queda de manifiesto su postura neoliberalista a ultranza, siendo un defensor acérrimo del libre mercado en todos los aspectos de la vida.
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Se hizo relativamente conocido, cuando el año pasado durante la campaña presidencial los periodistas Mónica Rincón y Daniel Matamala arrinconaron al entonces candidato Piñera respecto al caso denominado "empresas zombis". En una carta en El Mercurio, defendió a su futuro jefe con una frase que fue bastante cuestionada, incluso por muchos en la misma derecha: “el derecho de propiedad siempre debe prevalecer por sobre la obligación de pagar impuestos”, respaldando la ilegalidad e incluso la inconstitucionalidad si se trata de defender la propiedad privada.
En cuanto a educación, hace unos meses declaró que el error más grande Bachelet fue “negar a la educación su naturaleza de bien económico, limitar la autonomía universitaria, impedir su correcto financiamiento, desincentivar competencia y regalar plata a los universitarios.”, además plantea que la solución a los problemas en educación es “seguir atrayendo inversiones, competencia y talento a un sector que la requiere con urgencia”.
“La Nueva Mayoría, sus ideólogos y seguidores han insistido en que la educación es un derecho social y no un bien de consumo. Poner esta dicotomía es una falacia” escribía en otra columna de El Líbero en agosto de 2017, respaldado su posición de la educación como bien de consumo. "Lo pueden repetir hasta el cansancio y lo pueden gritar a los cuatro vientos, pero la verdad siempre termina por imponerse, les guste o no a los inquisidores modernos; coincida o no con sus prejuicios medievales, la educación, como la salud y la seguridad, son tanto derechos como bienes económicos" remataba en el mismo texto.
El perfil del futuro ministro deja entrever el camino que tomará el gobierno en esta materia, que ya está generando suspicacias y rechazo en los actores de la educación.