La reciente detención del Lonko Juan Pichun ha vuelto a encender las alarmas sobre la persistente criminalización del pueblo Mapuche en Chile, particularmente en la Región del Biobío. Este arresto ocurrido hace unas semanas no es un hecho aislado, sino que se inscribe en una dolorosa y prolongada historia de persecución política que ha afectado a la familia Pichun desde hace décadas, marcando un patrón de hostigamiento y judicialización por sus legítimas demandas territoriales y culturales.
La aprehensión del Lonko Juan Pichun se produjo el 26 de junio de 2025, en medio de un contexto de creciente tensión en la zona, tras una operación policial que, según sus defensores, careció de las garantías mínimas del debido proceso. Según los entes persecutores la razón de su detención es su supuesto involucramiento en atentados incendiarios. Su detención ha sido calificada por la comunidad de Pichun como un nuevo «montaje» que busca desarticular la organización y la defensa territorial de las comunidades mapuche.
La historia de la familia Pichun es un testimonio elocuente de la represión estatal contra el pueblo mapuche, con raíces que se remontan al menos a la década de los años 90. En aquellos años, con el resurgimiento de las reivindicaciones territoriales y la reorganización de las comunidades, varios miembros de la familia Pichun comenzaron a enfrentar procesos judiciales, acusaciones de terrorismo y allanamientos. Estos hechos sentaron las bases de una política sistemática de criminalización que perdura hasta hoy.
Pascual Pichun, padre de Juan y reconocido Lonko, fue uno de los primeros en sentir el peso de la judicialización en la familia. Durante la década de los 90 y principios de los 2000, enfrentó múltiples procesos judiciales y fue encarcelado en diversas ocasiones, acusado bajo la Ley Antiterrorista por su rol en la recuperación de tierras ancestrales. Su caso se convirtió en un símbolo de la represión al movimiento mapuche, atrayendo la atención de organismos internacionales que denunciaron las irregularidades de su detención y juicio.
El patrón de persecución se extendió a la siguiente generación, afectando directamente a los hermanos de Juan. Rafael Pichun, hermano del actual detenido, también ha sido víctima de judicialización y encarcelamiento en varias ocasiones, acusado de participar en acciones reivindicativas. Actualmente se encuentra preso en la Cárcel de Temuco. Su caso, al igual que el de su padre, evidenció la recurrente aplicación de figuras penales de alta peligrosidad, como la Ley Antiterrorista, para contener el movimiento mapuche, generando un profundo impacto en la vida de la familia y en la comunidad.
En el caso específico de Juan Pichun, sus abogados han denunciado irregularidades en la investigación, falta de pruebas sólidas y un evidente sesgo racista en el tratamiento judicial. Argumentan que el Lonko es un líder social y espiritual, y que su detención busca debilitar la cohesión comunitaria y el proceso de recuperación territorial en su Lof. La defensa ha anunciado que agotará todas las instancias legales, tanto a nivel nacional como internacional, para asegurar su liberación.
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Imagen principal: Orin Langelle (GJEP)