El Día Internacional de la Mujer es recordado en el mundo por los trágicos acontecimientos ocurridos en la fábrica Triangle, donde trabajaban 500 mujeres en Nueva York (EE.UU.). Cientos de costureras, acurrucadas sobre máquinas de coser de pedal, confeccionaban blusas, una tras otra. La luz de unas pocas lámparas de gas arrojaba largas sombras por el galpón y había que esforzarse para ver en la semioscuridad. Las costureras recibían pago por pieza, la más rápida y capacitada a duras penas ganaba 4 dólares por una semana de seis o siete días. Apenas daba para el alquiler de cuartitos en las destartaladas vecindades. Muchos niños tenían que dejar la escuela y seguir a sus padres al taller.
En el "rincón de niños" de la fábrica, trabajaban de "limpiadores", cortaban los hilos de las blusas amontonadas a su alrededor. Los capataces andaban al acecho, vigilando todo movimiento de las trabajadoras y cronometrando sus idas al baño, había despidos por infracciones leves y en especial por señales de conexión con la fuerte organización socialista de las fábricas. Un letrero decía: "Si no vienes el domingo, ni piense en regresar el lunes”.
Esta fábrica era una de cientos que existían en EEUU, en Europa era lo mismo y más en el resto América; son estas condiciones inhumanas las que motivaron en 1909 el “Levantamiento de las Veinte Mil”, una huelga general de costureras de 500 talleres de Nueva York. Libraron la huelga con heroísmo y determinación. Las trabajadoras, en particular muchas jóvenes, salieron de las sombras y se tomaron las calles con demandas de dignidad, mejores salarios, jornadas más cortas y el reconocimiento de su sindicato. En muchos talleres, entre ellos la fábrica Triangle, pidieron escaleras de escape y puertas sin candado.
Dos años después, en 1911, ocurre el incendio de la fábrica Triangle donde mueren 147 mujeres costureras, muchas de las cuales habían marchado en la huelga de las “Veinte Mil” exigiendo mejores condiciones laborales, que por supuesto no fueron dadas. Después del incendio de Triangle, la fábrica continuó con sus mismas prácticas inhumanas, a pesar de las reformas y las nuevas leyes. En tres días, los dueños de Triangle, empezaron de nuevo operaciones en un edificio de University Place. Rápidamente bloquearon la única escalera de escape con dos hileras de máquinas de coser. Ocho meses después, los tribunales los absolvieron de toda culpa en el incendio. Los medios de comunicación culparon a una trabajadora que fumaba sin presentar ni una prueba.
Estos hechos podrían haber formado parte de la historia oscura de las fabricas pero la realidad dice que no. El crecimiento de los nuevos enclaves de talleres ha generado nuevas "masacres industriales" similares a la de Triangle. En 1991, 25 empacadores de pollo murieron calcinados tras puertas selladas en Hamlet, Carolina del Norte, en una fábrica "moderna" sin rociadoras ni alarmas de incendios. En 1993, murieron 188 trabajadores calcinados, atrapados tras puertas con candado en la fábrica de juguetes Kadar en Tailandia. El 31 de enero del 2000, murió el costurero Bienvenido Hernández y quedaron heridos varios compañeros en un incendio en un edificio de ocho talleres en la calle 36 de Nueva York.
Hoy, el incendio de la fábrica Triangle sigue siendo un ejemplo contundente de la desalmada naturaleza del capitalismo, que no ha cambiado ni un ápice en el último siglo.
En Chile se conmemora oficialmente este día, al parecer es de mal gusto no hacerlo, aunque muchas de las exigencias de 1911 aún se conservan en las fábricas como lo ha señalado la OIT: donde se lleva un proceso de feminización del empleo; hay una explotación de mujeres en las actividades no remuneradas de las actividades domésticas y de servicios personales, en tanto reciben muy bajos salarios en sus trabajos, generalmente flexibles o temporales. El informe sobre Chile se basa en numerosas entrevistas a trabajadoras apoyado por información estadística. Pese a los progresos para la formalización del sector laboral, señalado por la OIT, en Chile hay un deterioro de las condiciones laborales, lo que se incrementa en los empleos ligados a las exportaciones. En el área agrícola, aun cuando ha mostrado ser productiva y rentable, “imperan empleos estacionales, mal pagados y sin ninguna protección social. Las trabajadoras no saben cuándo comenzarán a laborar ni el término, así como tampoco la duración de la relación laboral, ni el monto de sus remuneraciones”. Las trabajadoras de la agricultura no están afiliadas al sistema de pensiones, carecen de protección de salud o cesantía y no reciben pago por vacaciones.
El informe sobre Chile contiene un capítulo destinado a la industria salmonera. Señala que “el explosivo crecimiento de esta industria no tiene relación con el deterioro de sus condiciones laborales. Un alto porcentaje de la población de la X Región de Los Lagos, en especial en Chiloé, trabaja en esta industria. En 2003 las salmoneras emplearon a 45 mil personas, de las cuales 70% son mujeres”. Pese al éxito de la industria, las condiciones laborales son deficientes: 80% percibe el salario mínimo, vive en un clima de inestabilidad laboral y carece de beneficios. Estas malas condiciones laborales generan enfermedades ocupacionales y otros problemas. “El trabajo se realiza de pie, de 8 a 16 horas diarias. En algunas compañías, las mujeres no van al baño porque el tiempo que ocupan se les descuenta de sus salarios. Las trabajadoras prefieren no ir para no perder dinero”.
Otros graves problemas citados en el informe chileno están relacionados con la carencia de higiene en los lugares de trabajo. En muchas empresas las mujeres sólo cuentan con una protección de botas de goma, las que, sin embargo, concentran la humedad. Las condiciones higiénicas son deplorables: baños y camarines insuficientes e insalubres. Los comedores son sucios y con altos niveles de toxicidad debido el agua clorada. Esta situación se repite en las empresas pesqueras del sector de Talcahuano-Coronel; si bien existen mejoras en las condiciones de higiene, la realidad del contrato y remuneración son iguales, mucha inestabilidad laboral y el no saber que se le está pagando, ya que se cancela por producción dándose el famoso corte de cola (el no saber cuánto realmente pagan).Estas malas condiciones laborales, aunque con matices se pueden observar en las mujeres que trabajan en el comercio (vendedoras de tiendas comerciales, cajeras, aseadoras, etc)
Estas prácticas inhumanas de trabajo son una forma de ir matando lentamente a las mujeres, no solamente ocurren femicidios, también ocurren muertes por las malas condiciones laborales. Aunque éstas no se publican, se ocultan; como ocurren cada vez que existe un intoxicación masiva en una empresa que trabaja con sustancias químicas como cloro y tantas otras que de tanto olerlas ya parecen normales. Si bien se habló en algún momento en Chile de la paridad de géneros hoy se sabe que no existen, algo que parecía tan fácil, las mujeres en Chile son más de la mitad de la población, pero se continúa siendo una minoría en los círculos de decisión política, ganando menos que los hombre aunque realizan las mismas funciones, no existe el derecho de amamantar y cuidar como mínimo a sus hijos hasta los 6 meses como lo recomiendan los médicos. Cuando se contrata a una mujer en edad fértil se le consulta por la planificación familiar ya que para el empresariado una mujer que pretende ser madre es un problema, en las Isapres se castiga cobrando planes de salud más caros por tener la edad fértil. Estas y muchas otras situaciones injustas no han cambiado desde hace un siglo, se mantiene exigiendo lo mismo de las trabajadoras costureras de 1911, mejores condiciones laborales y un trato igualitario y justo dentro de la sociedad.
Pero al igual que las mujeres de las fábricas textiles de comienzos del siglo XX nada mejora si no se es conciente y constante en la lucha diaria.
En 1910, las delegadas de la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, dirigida por Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo, con más de 100 delegadas de 17 países, entre ellas, las tres primeras mujeres elegidas parlamentarias en el mundo (Finlandia), proclamaron conmemorar el Día Internacional de la Mujer, en honor del "Levantamiento de las veinte mil" petición de la delegación Norteamericana. Sin una fecha determinada, así en Norteamérica, se conmemoraba el último domingo de febrero y en Alemania el 19 de Marzo en recuerdo a un alzamiento popular en Prusia.
Pero es a partir de 1913, ante la inminente gran guerra europea, las mujeres socialistas organizan el día 8 de marzo, protestas en toda Europa las que en Rusia se verán violentamente reprimidas por la policía zarista.
La Revolución Rusa de 1917 tuvo también una gran influencia en el Día Internacional de la Mujer. El amotinamiento de las mujeres rusas, el 23 de febrero de 1917 (según calendario Ruso y 8 de marzo calendario occidental), que protestaban por la falta de alimentos. Los acontecimientos de aquel 8 de marzo son importantes no sólo porque dieron inicio a la revolución de octubre de 1917 y fueron protagonizados por mujeres, sino también porque, según todos los indicios, fueron estos sucesos los que hicieron que el Día Internacional de la Mujer pasara a celebrarse, sin más cambios hasta hoy, el 8 de marzo.