Por Fernando Chuecas Saldías*
En el curso de la grave pandemia por coronavirus un tema de máxima importancia es definir quién tiene la enfermedad, quién la puede contagiar y quién ya la tuvo, no es contagioso y, eventualmente, logró inmunidad (defensas naturales) contra ella.
Para esto pueden usarse técnicas de detección del virus, siendo el más conocido el llamado test PCR (polimerase chain reaction). Este examen reconoce partes del ARN viral (ácido ribonucleico), que contiene la información genética del virus, lo que lo hace muy específico, vale decir, cuando está positivo la probabilidad de estar contagiado es muy alta, prácticamente segura. Lo anterior resulta muy valioso, ya que permite tomar las medidas de salud pública de aislamiento, evaluar progresión y asignar recursos. Chile es uno de los países en que esta técnica se ha aplicado en mayor proporción.
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Sin embargo, si el test sale negativo, no es posible asegurar que la persona no tenga el virus en su organismo, es decir, la sensibilidad no es ciento por ciento, probablemente alcance a alrededor del 70%. Esto puede deberse a que se toma una muestra de secreciones de la nasofaringe y la distribución del virus y la cantidad (carga viral) son muy variables.
Es muy posible que a estas alturas en nuestro país exista un número creciente de portadores asintomáticos del virus, especialmente jóvenes, que no tendrán síntomas, mas pueden contagiar. Debido a eso las medidas de distanciamiento social, lavado de manos y uso de mascarilla en lugares cerrados compartidos son de vital importancia para prevenir el contagio de la población de riesgo.
Una pregunta sin respuesta aún es cómo determinar con seguridad que una persona ya es inmune contra la enfermedad, o sea que no puede volver a enfermarse ni contagiar a otros. La evidencia disponible muestra que la mayoría de los casos son asintomáticos o con leves molestias y al cabo de 14 días, se asume, por conocimiento general de la cinética viral, que dicha partícula no se sigue replicando en el organismo, ha desaparecido y no es posible contagiar a otros. No necesariamente sirve hacer una PCR nuevamente, puesto que lo más probable es que el virus ya no se encuentre en la mucosa respiratoria superior. Una manera más objetiva es detectar anticuerpos (inmunoglobulinas) que los linfocitos B, transformados en células plasmáticas, producen para “identificar” los virus y hacer que el sistema inmune en su conjunto lo elimine ante el primer contacto o aparición de éste.
No obstante, aún persisten muchas interrogantes, ya que no solo la presencia de inmunoglobulinas (Ig G especialmente), sino que la integridad de todo el sistema inmune pueda dar cuenta del SARS-CoV-2. Tampoco hay claridad en cuanto a la sensibilidad y especificidad que detectan estos anticuerpos, cuyas técnicas se encuentran aún en desarrollo, lo que permitiría dar luces acerca de la real defensa que podamos obtener.
Afortunadamente son múltiples las iniciativas a nivel mundial para lograr aclarar muchos aspectos del diagnóstico, que deberían apoyar los esfuerzos en pos de controlar la enfermedad. Eso incluye, por supuesto, el desarrollo de una vacuna, lo que es cuestión de tiempo.*Vicedecano Facultad de Medicina y CienciaUniversidad San Sebastián