Una polémica se ha generado por los arriendos de casas y departamentos entregados a los damnificados del 27f, hoy desde el SERVIU se está persiguiendo y amenazando a quienes arriendan sus casas con quitarles el beneficio, han llegado a realizar vigilancias nocturnas, para descubrir quiénes son los que arriendan. Mucho celo creemos algunos, pues se les está dando un trato que ni a los delincuentes se les da.
Algo de historia
Los dichatinos desde siempre han utilizado este recurso para poder paliar las carencias del invierno, este pueblo como muchos otros pueblos costeros, viven principalmente del turismo y la pesca.
Hoy la pesca es una actividad que se les está quitando de a poco a los pobladores, pues las políticas de estado de este país han sido la de favorecer al gran empresario, al que se le asigna cuotas pesqueras a perpetuidad, en desmedro de los pescadores artesanales.
La única actividad que le entrega algo de liquides a muchos dichatinos es el turismo, actividad que se desarrolla principalmente en la época estival.
Los inviernos son solitarios en el pueblo y el estado garante de todos los derechos de los chilenos, no ha sido capaz de generar trabajos dignos y permanentes a los pobladores.
El arriendo de viviendas es un hecho histórico, desde siempre ha sido un recurso más para solventar los gastos del resto del año.
Los hechos
Hay que recordar y aclarar que los subsidios que han sido asignados a los damnificados han tratado de reconstruir sus vidas, no son subsidios a los cuales pobladores postularon para su primera vivienda, todos ellos tenían ya sus vidas resueltas desde el punto de vista habitacional, por lo tanto lo que trata de hacer este subsidio es volverlos a su condición original de propietarios.
Esto es una reconstrucción y como tal merece ser atendida, nada debiera impedir que los pobladores normalicen sus vidas, este no es el caso de gente que no tenía vivienda y que luego de solicitar un subsidio por carencia las utilicen en comercializar dicho subsidio.
Por otra parte, las familias que arriendan sus casas, lo hacen con todo los que tienen adentro, incluyendo el perro y el gato, porque es una situación absolutamente pasajera, solo se trata del verano, con el único objetivo de mejorar su alicaída economía, el resto del año habitaran sus respectivas viviendas como siempre.
Es importante destacar la propia responsabilidad que tiene el estado chileno respecto de estos arriendos, el Estado que reconstruye un pueblo ahora con características de balneario, cambia el paradigma local, lo que antes era una caleta de pescadores hoy es el primer centro turístico de la zona lo que propicia durante el verano la llegada de una multitud que tiene que ser atendida de alguna forma, 31 buses estacionados se pudieron contar este domingo, eso sin contar la locomoción que llega desde Concepción y la cantidad de vehículos particulares que generan al término de la jornada taco kilométricos.
A parte del hermoso paisaje, la costanera reconstruida con pretensiones de “subirle el pelo a Dichato”, a decir de algunas autoridades, se arma un mega festival que concita aún más la atención de los turistas.
¿Dónde, pensaran las autoridades, se puede recibir a tantos visitantes?
¿Se les ocurrió pensar a los gestores de esta reconstrucción, que si “le suben el pelo” como ellos dicen a Dichato, tendría el pueblo la capacidad hotelera para recibir a tanta gente?
Pensamos algunos que lejos de criminalizar a estos arrendatarios furtivos, debiéramos agradecerles, de lo contrario tendríamos llenos de carpas las zonas de baños y el verano se podría convertir en caos.
Que las autoridades asuman sus responsabilidades y no carguen con los pobladores, a lo mejor enojados porque su trabajo no se vio reflejado en las urnas. No les vendría mal a las autoridades al término de este gobierno ser un poco más criteriosos, los dichatinos siempre arrendaron sus casa en verano y casa que eran tres o cuatro veces más espaciosas que las actuales.