Diente de león
Se usa por sus propiedades, tanto la raíz como las hojas, para problemas de riñones, combate trastornos de las vías biliares y problemas hepáticos, estimula funciones del hígado y lo protege de degeneración por intoxicación alimentaria o química, útil en caso de cirrosis. Para esto se consume tres veces al día una taza de decocción de dos puñados de raíces y hojas en un litro y medio de agua, por diez minutos.
Es diurético, es decir, estimula la producción de orina por lo que es muy bueno para eliminar líquido en retención o edemas. Ayuda, asimismo, a eliminar toxinas de la sangre, útil para controlar el ácido úrico, también en caso de diabetes, colesterol y piedras en el riñón. Sirve beber tres veces al día una infusión de un puñado de hojas y/o raíces en un litro de agua caliente hervida.
En general es buena para desintoxicar.
Es digestivo, por lo que es de utilidad cuando se presenta dispepsia, es decir, cuando se presentan síntomas de acidez, hinchazón y flatulencia, con dificultades para digerir o estreñimiento, es un laxante suave. El consumo de la planta estimula el apetito, siendo útil ante pérdida, casos de depresión, anorexia u otros. Para estos fines se consume la infusión, algunas personas se comen las flores antes de abrir mezcladas en ensaladas.
Esta planta posee gran cantidad de hierro y vitamina C, puede servir en la prevención y recuperación de la anemia.
La planta en compresas alivia y calma varices o los senos inflamados por mastitis. Externamente funciona además como cicatrizante en llagas y rasguños.
Precauciones
Hay quienes recomiendan no utilizar en caso de ictericia o cálculos biliares. Evite su preparación en utensilios de aluminio y siempre informa al médico si consume la hierba de forma complementaria. Puede causar, diarrea y malestar gastrointestinal y acidez. Los tallos pueden ser muy fuertes para ser consumidos por niños. No se recomienda el consumo en caso de embarazo.
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