DOCUMENTAL| El dilema de las redes sociales: “un entorno basado en la adicción y la manipulación”

[resumen.cl] “Pasamos de un entorno tecnológico, basado en herramientas a un entorno basado en la adicción y la manipulación”, es una de las frases de Tristan Harris, quien fuera diseñador ético de Google y entrevistado en El dilema de las redes sociales, donde entrega una mirada crítica respecto al funcionamiento y repercusiones de la industria basada en Inteligencia Artificial. La obra fue estrenada en febrero de 2020 en el Festival de Cine de Sundance y desde hace algunos meses está disponible en Netflix, valga la ironía. Los planteamientos de Harris se suman a los de anteriores integrantes de distintas empresas, entre ellos, Guillaume Chaslot, un exprogramador de YouTube; Bailey Richardson, quien trabajó en los inicios de Instagram; Alex Roetter, ex vicepresidente de Ingeniería de Twitter; Justin Rosenstein, quien participó en la creación del botón "Me gusta" en Facebook; Tim Kendall, ex director de monetización de esta misma; además de Aza Raskin, diseñador del sistema de desplazamiento infinito usado en todas estas plataformas. En gran parte de las intervenciones se puede percibir una suerte de decepción por lo que contribuyeron a provocar, sin preverlo. Afirman que mientras laboraban en tales compañías creían estar propulsando un mejoramiento de la calidad de la vida humana, no obstante reconocen a esta apreciación como ingenua e insuficiente. “¿Cuál es el problema?” es la interrogante con la cual arranca este documental, apoyado en escenas dramatizadas en un intento pedagógico, quizá prescindible. El dilema de las redes sociales trae a la discusión distintos fenómenos, como la vigilancia total de los comportamientos humanos asociados a tales plataformas, la dependencia de un segmento creciente de personas al uso de estas, la diferenciación en el acceso a información según historiales de búsqueda, la generación y propagación de noticias e información falsa sin que medien instrumentos reguladores, junto con las repercusiones políticas que ya ha traído consigo. Es interesante que quienes fueran consultados/as para este documental hayan trabajado en las empresas que actualmente acumulan mayor capital a partir de la recolección y venta de datos. Así es como nos enteramos de conceptos como el de “tecnología persuasiva” o “técnicas de crecimiento acelerado”, fundamentales para comprender, en términos muy generales, cómo es que tales instrumentos acaban convirtiéndose en “chupetes digitales” para la población usuaria. Aquí es cuando suena muy oportuna la resignificación de I Put a Spell on You, en la versión de Nina Simone, propuesta por Jeff Orlowski, el director. La vulnerabilidad de la población infantil no sólo queda de manifiesta con los antecedentes de suicidios o trastornos generados en el contexto del uso de las llamadas redes sociales en Estados Unidos, sino que su peligrosidad es reconocida por sus mismos desarrolladores al punto de indicar que prohíben a sus hijas/os infantes usarlas. Por otra parte, la propagación de creencias como el terraplanismo, el supremacismo blanco, las conspiranoías asociadas al uso de vacunas u otras situaciones similares de menor connotación pública, el documental la explica planteando que las informaciones falsas tienden a difundirse más rápido que las verdaderas, pues “la realidad siempre es aburrida” y no reportaría las tasas de permanencia en las plataformas que sí provoca la mentira. No obstante, aquí es donde surge la pregunta respecto a si es sólo el interés de ganancia inmediata el que motivaría a tales compañías a promover alguna u otra postura respecto a algún fenómeno o si también existen jugadas de largo plazo, es decir, intereses políticos en tales prácticas. De acuerdo a investigaciones periodísticas y entrevistas a quienes han laborado en los centros de censura de Facebook, se ha establecido que existe parcialidad. Luego de los testimonios de moderadores que trabajaban en un centro de Varsovia, los autores de un artículo al respecto concluyen: “La probabilidad de que te borren un contenido en Facebook es directamente proporcional al poder y la capacidad organizativa del colectivo que se sienta aludido o agredido”. Mark Zuckerberg, controlador de Facebook, asevera que el problema de la difusión de información falsa a través de sus plataformas puede ser resuelto por medio de la implementación de “más herramientas de Inteligencia Artificial”. De este modo, El dilema de las redes sociales, nos muestra a una de las figuras más prominentes del capitalismo contemporáneo en una grotesca negación del carácter político de este fenómeno y desahuciando la implementación de medidas coherentes y necesarias para corregirlo. El dilema de las redes sociales constituye una útil aproximación al problema del llamado tecnocapitalismo. Como cualquier otra obra, no es concluyente, además de adquirir interpretaciones y valoraciones en tanto dialoga con otras y es examinada por el público a la luz de sus experiencias.
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