“Descubrí lo que me pareció una bella historia italiana”, dice el cineasta Nanni Moretti, directora del documental “Santiago, Italia” estrenado en 2018. Más allá de todos los registros exhaustivos sobre la presidencia de Salvador Allende y el Golpe de Estado de Augusto Pinochet, en 1973, Moretti dirige el foco sobre una historia dejada de lado: El papel de la embajada italiana como asilo y ayuda humanitaria para muchas chilenas y chilenos perseguidos por el régimen militar.

Por Valentina Bobadilla Oliva 

En medio del horror, Moretti encuentra un flujo de voces, de emociones y vivencias que transforma en el muestrario de relatos, parte de una historia de solidaridad y generosidad frente a quienes eran perseguidos por la dictadura. Desde trabajadores, periodistas, profesores, artesanos, diplomáticos, hasta cineastas reconocidos como Patricio Guzmán y Miguel Littin, son quienes nos narran -a través de este documental que combina entrevistas y material de archivo- esta historia de apoyo durante la opresión.

En esta mezcla de registros, Moretti toma una postura: “Yo no soy imparcial”. Eso declaró frente a un militar encarcelado por violación a los Derechos Humanos en el penal Punta Peuco, quien cuestionó la objetividad del documental tras ser increpado por su sentencia de secuestro y homicidio. En el transcurso de los relatos, entrevistados que fueron presos políticos cuentan sus recuerdos de persecución, de tortura y un profundo miedo, como el episodio relatado por la periodista Marcia Scantlebury, donde su torturadora embarazada le pidió que la ayudara a tejer un chaleco para su bebé.

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El foco central del documental se nos presenta a la mitad de la historia. Durante los días posteriores al Golpe de Estado, decenas de personas saltaron los muros de la embajada italiana, una de las pocas que permaneció abierta en Santiago. "Mi ministerio no me dio instrucciones, así que decidí dejar que todos se quedaran", recuerda el exdiplomático italiano, Piero De Masi, quien ofreció resguardo a hombres, mujeres y niños dentro de todos los espacios de la embajada.

Tras lo anterior, nos muestran el asilo en diversas localidades de Italia, país donde fueron recibidos cientos de exiliados políticos chilenos. En sus relatos expresan cómo encontraron calidez y apoyo de la gente, a la vez, hospedaje y empleos. "No sacamos la ropa de las maletas, no nos conformamos, estábamos de paso", expresó uno de los refugiados.

“Santiago, Italia”cerró el 36º Festival de Cine de Turín y ha sido ganadora de reconocimientos como los Premios David de Donatello, ceremonia organizada por la Academia del Cinema Italiano, en la categoría Mejor Documental. Moretti en esta ocasión nos entrega un emotivo filme de uno de los períodos más crueles de nuestra historia, realzando voces cargadas de vivencias.

Revisa el documental aquí.