La dirigente sindical Orietta Fuenzalida Reyes atraviesa un complejo escenario en su labor. La activista fue sancionada tras participar en una manifestación en marco del día contra la violencia a la mujer, donde ella junto a otros asistentes, interpelaban a la Dirección del Trabajo por los casos de acoso laboral dentro de dicha institución, los que han sido cursados por lentos procesos investigativos quedando frenados en el silencio e impunidad.
Por Valentina Luza Carrión
La dirigente ha trabajado durante años junto a variados movimientos sociales en beneficio de los trabajadores, entre ellos la ANEF, el movimiento NO+AFP, el movimiento sindical “Cabreadxs” y del colectivo “Red y Acción Sindical” (RAS). Siendo su frente de acción la protección de los derechos de los trabajadores y su denuncia pública.
Orietta actualmente cursa una sanción desde la Dirección del Trabajo, impulsada desde su directora Lilia Jerez Arévalo.
La situación de la que se le acusa es que el día 1 de junio de 2018, y en contexto del día nacional contra la violencia a la mujer, la dirigente junto con más asistentes realizaron una manifestación en el frontis de la Dirección de Trabajadores en Santiago (Agustinas 1253). Ésta fue motivada con la intención de denunciar y solicitar la atención de las autoridades ante los casos impunes de denuncias de acoso laboral y sexual dentro de la institución.
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Todo lo anterior, habiéndose agotado para dicho punto los canales institucionales de denuncia para dar curso a los sumarios pendientes. Ante esto, Fuenzalida, en conversación con RESUMEN señaló que:
“Empecé a requerir antecedentes de casos de acoso laboral y sexual, de cómo habían evolucionado, cuál era el resultado. Me fui dando cuenta que no habían resultados, que no habían condenas y los trámites eran larguísimos, pasaban de fiscal en fiscal, se reabrían, etc. No había claridad”.
La tramitación de los procesos investigativos sobre los casos de denuncias de acoso laboral, han sido una piedra constante, según denuncia la dirigente.
Entre los casos denunciados, se encuentra el de una funcionaria de la Unidad de Bienestar, que tras no querer denunciar en el mismo lugar donde sufría el acoso laboral, interpone una denuncia ante la Contraloría General de la Republica contra su jefa directa.
Mi sumario se tramita rápidamente y ya hay sanción. En cambio en el otro, de la afectada de acoso laboral sigue trabado(…). Todos los sumarios por jefes acosadores terminan en sanciones por “conductas inapropiadas” pero no condicen con la gravedad de los hechos.
Además, Orietta menciona que esto es una constante dentro de los organismos públicos. Dentro de esta lógica, para la dirigenta, en lo que llama “poderes facticos” existe un velo de impunidad que resulta paradójico hacia la labor.
“Los dirigentes estamos para defender a esas personas, si se castiga a las dirigentes que intentan defender a esas personas, estamos en la peor de las situaciones”, explica y agrega, “Es un acto paradójico. Desde el Estado a las personas no se les sanciona por ejercer violencia hacia sus trabajadores, esto es lo determinante en el Estado”.
La Dirección del Trabajo fiscaliza las denuncias por acoso laboral que realizan las y los trabajadores, y tiene facultades para intervenir en amparo de las personas dañadas con estas malas prácticas que se dan al interior de las empresas, investigando, mediando e informado a tribunales para sancionar dichas conductas. Sin embargo, dentro del Servicio protector de los derechos humanos de los trabajadores, tal estándar no existe, y los parámetros que predominan son los de la discrecionalidad, que ha permitido que se den verdaderas redes de protección hacia acosadores, que han contado con el apoyo de autoridades en los distintos gobiernos cualquiera sea su sello e, incluso, de dirigentes de la misma institución.
En este sentido, se acusa una nula consecuencia sobre el estándar que debería proseguir dentro del ente regulador con sus mismas trabajadoras. Acusan que “los parámetros que predominan son los de la discrecionalidad, que ha permitido que se den verdaderas redes de protección a acosadores, que han contado con el apoyo de autoridades en los distintos gobiernos (…), incluso algunos siendo reconocidos dirigentes gremiales".
Hoy, con la solidaridad de diversos grupos, se ha logrado juntar cerca de 900 firmas en la plataforma Change.org Petición · Carta de apoyo a dirigente Orietta Fuenzalida Reyes · Change.org, siendo la meta llegar a los 1,000 firmantes para visibilizar su caso y mostrar apoyo a la sindicalista.
Al respecto Orietta Fuenzalida expresó en el sitio a través de un comunicado que “es una cuestión fundamental apoyar a quienes defienden a otros/as y que por ello se exponen a los riesgos de esta actividad, que son las represalias y castigos de quien maneja el poder y que muchas veces también significa quedar solos/as”.
En tanto, el resultado que se espera, tanto desde la dirigenta cómo de sus afines, es que la sanción sea dejada sin efecto.