La introducción de peces no autóctonos en el cono sur resale al siglo XIX, pero con las concesiones para la producción industrial en las últimas décadas, escapes de salmones y truchas se transformaron en un problema crónico y junto a la diseminación del gigantesco Chinook, estas especies están depredando a aquellas nativas de las aguas de Chile y Argentina, alterando de esta manera la cadena trófica, lo que significa una crisis para las regiones.
El Dr. Juan Carlos Cárdenas, médico veterinario y director del Centro Ecoceanos describió a La Gran Época la realidad de los salmones escapados y propuso medidas urgentes para evitar mayores pérdidas de todo nivel.
“Vamos a exigir que se abra una pesca artesanal de salmones escapados, ya que se trata de una especie carnívora exótica de gran impacto negativo para los ecosistemas y la biodiversidad acuática”, dijo el Dr. Cárdenas.
Sin embargo, explicó el especialista, se teme que la industria salmonera presione en contra del proyecto ya que esto tendría un impacto sobre los altos precios a los que se venden los salmones en los mercados domésticos del país. “Además la industria señala que los peces que capturarán legalmente los pescadores artesanales podrían enmascarar u ocultar los altos niveles de robo de salmones que existe en la actualidad, los que son comercializados ilegalmente hacia los restaurantes de Santiago y otras grandes ciudades”, dijo el especialista.
Aunque el problema que se revela en el Hemisferio Norte puede ser diferente, citando un ejemplo de lo que está sucediendo hoy, eliminar la trucha no nativa está significando un costo de dos millones de dólares al año para las autoridades responsables del Lago Yellowstone y evitar así lo que llaman una "crisis ambiental" en la región, declaró David Hallac, jefe de la administración de recursos y ciencia del Parque durante conversaciones con el medio Forbes realizadas en diciembre de 2013.
Juan Carlos Cárdenas describió la realidad actual que se vive con los peces introducidos en Chile, y que también advirtió, están afectando en Argentina.
LGE- ¿Cuál es su opinión sobre la introducción del salmón Chinok en Chile?
J.C.C. - En l974, la empresa norte americana Union Carbide, a través de su filial Domsea Farms Chile, inició la producción a partir de ovas importadas. Este fue el primer intento, localizado en el pueblo de Curaco de Vélez en la Isla de Chiloé, de un sistema de ranching o de cultivo abierto. A la vez, marcó el inicio del "asilvestramiento" del Chinook en Chile.
La inestabilidad de los retornos de los peces liberados al mar, más algunos problemas climatológicos, desmotivaron las inversiones. Una segunda iniciativa en la década de 1970 fue la emprendida por profesionales con apoyo de la CORFO, quienes iniciaron el cultivo industrial de la trucha café, fundando la empresa Lago Llanquihue Ltda, la cual cuatro años después inicia exportaciones de truchas hacia Francia.
Hasta fines del siglo XX, las especies de peces introducidas no tuvieron una mayor expansión territorial. Esto, porque los salmones tienen “filopatría”, es decir, vuelven a reproducirse al lugar donde nacen. Para expandirse a otros ríos necesitan de la acción humana.
A partir de 1984, el Estado de Chile comenzó a entregar concesiones para la producción industrial de salmón Atlántico, salmón Coho y trucha arcoíris. Miles de balsas jaulas (net-pen) cultura, invadieron como una plaga los lagos, archipiélagos, canales y estuarios desde los 35º Latitud Sur (Chiloé) hasta los 48º. Durante 30 años sus producciones se expandieron exponencialmente hasta alcanzar las 800.000 toneladas anuales, convirtiendo a Chile en el segundo productor mundial después de Noruega.
Los escapes o liberaciones intencionadas (cuando baja el precio internacional) de salmones desde los centros de cultivos, debido a que las jaulas se rompen durante los temporales, las destrucción de las redes por ataques de lobos marinos (South American sea lions) o por mala mantención, masificaron la presencia de salmones y truchas en los ríos y lagos.
Salmonchile –agrupación de las grandes empresas productoras de salmón– señala: “Los escapes de peces desde centros de cultivo son mínimos, por lo que no tienen incidencia sobre las especies nativas. Cabe mencionar que en casos extremos de siniestros (tsunamis, temporales) existen planes de contingencia y de recaptura, definidos en la ley".
Estos escapes de salmón son un problema masivo y crónico en las aguas chilenas. Sin embargo el Estado y las empresas evitan hablar del tema, de manera que se sepa muy poco o nada, y que no sea divulgado.
En 2009 la organización WWF publicó una investigación sobre escapes de salmón en Chile, de los biólogos Maritza Sepúlveda, Francisca Farías y Eduardo Soto. Cifras del Servicio Nacional de Pesca (SERNAPESCA), de 2009, revelan que ese año se escaparon en Chile 1,7 millones de salmones: 15 veces más que en Noruega. Interesante es señalar que en las estadísticas de Sernapesca, entre 1997 y 2003, no hay información sobre el tema. Sólo información del período de engorde en el mar, y no en la etapa juvenil que ocurre en lagos y ríos.
Sobre escapes en agua dulce de la trucha arcoíris o salmón coho,- que son los peces con mayor posibilidad de vivir y naturalizarse en los ríos- simplemente no hay ningún registro. Hoy la Subsecretaría de pesca bloquea la entrega de autorizaciones para capturar y muestrear genéticamente a los peces escapados de los centros de cultivo.
El mayor porcentaje de salmones escapados son de la especie de salmón del Atlántico (Salmo salar), el mayoritario en la industria salmonera en Chile.
El caso de los salmones chinook es diferente, ya que no se originan de escapes de la industria (que prácticamente no los cultiva), sino por pescadores y particulares que los diseminaron a partir de los salmones sembrados en los años 70.
Actualmente está presente en diversas cuencas de América del Sur, desde el río Toltén hasta Tierra del Fuego, avanzado su colonización con gran rapidez en el lado Atlántico. Estudios señalan que en 1998 se registra su presencia en el río Santa Cruz, luego el 2002 ya estaban en río Caterina, un afluente del río Santa Cruz en Argentina. Incluso existe un registro de captura en Uruguay
Los salmones y truchas pertenecen a una misma familia de peces carnívoros y agresivos que se comen o desplazan cualquier otro pez de menor tamaño que ellos.
Están en el top de la cadena trófica, por lo que no tienen competencia en la fauna nativa de los ríos en Chile y Argentina. Compiten por espacio, alimento y predan directamente sobre los ejemplares juveniles de las especies locales.
Es muy notoria la disminución de los peces nativos donde han llegado salmones escapados o liberados intencionalmente. En el Lago Llanquihue, el de mayor tamaño en el sur de Chile, es el caso más extremo, ya que es muy difícil encontrar peces nativos, especialmente puyes o peladillas (Galaxiidae) y pejerreyes.
Además desde 1997, primero los lugareños, luego los pescadores y posteriormente los científicos, vienen observando un sostenido aumento de salmones coho y chinook en las aguas dulces de lagos y ríos de Puerto Montt al sur, afectando a otra especie exótica, la truchas arcoíris, introducidas a fines de 1800.
El caso de los grandes salmones chinook es más notorio ya que pueden llegar a pesar más de 20 kilos, y que para los pescadores principiantes son el trofeo máximo. Hoy estos grandes peces se encuentran desde el Río Toltén, en la desembocadura al Lago Villarrica, hasta la región patagónica de Magallanes. Al otro lado de la cordillera de Los Andes, se encuentran en todos los ríos argentinos de la Patagonia.
El 2013 pescadores aficionados los reportaron incluso en los ríos de la Isla de Tierra del Fuego.
El salmón chinook es un depredador temible. Para alcanzar su talla máxima cuando está en el mar o en los estuarios (la boca de los ríos), devora todo tipo de especies acuáticas a su paso. No tiene otro pez competidor. Sólo los ejemplares de lobos marinos comunes / South American sea lions (Otaria flavescens), los predan en el mar o cuando se internan en los ríos.
La bióloga Doris Soto, que hoy trabaja en la FAO, Roma, realizó una investigación donde se analizaron estómagos de salmones Chinook en el Río Allipén, Villarrica, sur de Chile, donde confirmó que comían especies nativas en su estadio juvenil y adulto. ¿Cuánto afectará a la fauna? Nadie lo sabe todavía.
Hoy casi el 90% de los ríos desde la zona de Toltén hasta Magallanes tienen salmones. La migración desde el mar hacia los ríos de la Cordillera de Los Andes (Toltén, Cautín) comienza a mediados de diciembre.
No se sabe el tamaño de la población de Chinooks en lagos, ríos y áreas costeras en Chile, ni menos cuánto consumen de especies nativas. Como Ecoceanos estamos exigiendo que las autoridades abran una pesquería artesanal de salmones escapados, de manera de capturarlos masivamente, ya que son especies carnívoras exóticas, que están dañando profundamente la biodiversidad y los ecosistemas acuáticos de Chile y Argentina.
Datos históricos de las introducciones de peces no nativos
En 1874 se importaron ejemplares de carpas desde Asia central, las que fueron introducidas en la zona de Valdivia, sur de Chile para control de la vegetación acuática. Luego, en 1903, el Estado de Chile importó huevos de seis especies de salmónidos que fueron cultivados para desarrollar actividades de pesca deportiva.
Posteriormente sus alevines (smolt), fueron liberados en ríos y lagunas con altos contenidos en oxígeno, desde el río Aconcagua al río Toltén.
En la década de 1960 se realizaron diversas iniciativas de experimental y cooperativo entre organismos públicos chilenos (SAG , CORFO y Servicio Nacional de Pesca), organizaciones norteamericanas (Cuerpo de Paz, Universidad de Washington, Estado de Oregón) y japoneses (JICA). Su objetivo fue estudiar los ríos más aptos, sembrar alevines (juveniles), realizar incubaciones y construir pisciculturas. Aunque dichos programas fueron interrumpidos en la década de 1970, hubo un significativo progreso en técnicas de cultivo, manejo de enfermedades y transporte de peces.
En la década de los 70´s, se continuó introduciendo especies de peces exóticos con apoyo de la CORFO y el SAG. Las truchas y el salmón chinook parecían ser los mejores en adaptarse a costa de la ictiofauna nativa.
LGE - ¿Cuáles serían entonces los impactos de las demás especies introducidas y las propuestas para revertirlo?
J.J.C. - Las otras especies introducidas en lagos, ríos y estuarios del sur de Chile son: salmón del Atlántico (Salmo salar), salmón coho o del Pacífico (Oncorhynchus kisutch), salmón chinoock (O.tschawytscha), trucha arcoíris (O. mykiss), trucha café (Salmo trutta fario) y trucha de arroyo (Salvelinus fontinalis). No todos los peces introducidos sobrevivieron, pero lentamente se comenzaron a naturalizarse o adaptarse a sus nuevos ecosistemas, especialmente la trucha café y algunas experiencias con salmones Chinook.
Los efectos reportados de estas amenazas en los sistemas límnicos (agos) y las aguas del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas (SNASPE) son los siguientes:
a) En el caso de los salmónidos (salmones y truchas), dado su condición de carnívoros, causan depredación sobre los peces endémicos de Chile; Consumo de los insectos, larvas y huevos de peces y crustáceos de las cuales se alimentan peces, anfibios y aves endémicas chilenas; (cambio en la composición específica de la ictiofauna peces); cambio en la dinámica de los nutrientes y fisiología de la aguas dulces continentales; aumento de la cantidad de materia orgánica por descomposición de salmones que mueren al migrar desde el mar hacia cabecera de ríos (especialmente el Chinoock). Se piensa que su efecto sería negativo al disminuir la cantidad de oxígeno disuelto en el agua, provocando la eutroficación del ecosistema, especialmente en las áreas de desove de diversas especies nativas.
A lo anterior hay que agregar los impactos de las pisciculturas productoras de smolt (juveniles) sobre los ríos silvestres y prístinos de las regiones del sur.
b) En el caso de la carpa, dado su carácter omnívoro (come de todo, consume gran cantidad de vegetales y remueve los fondos, poniendo en flotación gran cantidad de detritos, los cuales se pudren, produciendo un gran consumo de oxígeno y alcalinizando (cambio de ph) el agua de los cursos.
Ello causa un cambio en la composición específica de la ictiofauna local, en la dinámica de los nutrientes y en la fisiología de las aguas. Las carpas tienen una gran capacidad para sobrevivir en poca agua con escasos niveles de oxígeno (anóxicas).
c) Estudios recientes (Sabando, 2012) muestran que existe una superabundancia de truchas en pequeños ríos de áreas silvestres protegidas de la zona central de Chile (ej. Río Clarillo) especies que causan efectos depresivos sobre la ictiofauna nativa.
Es preciso conocer las diferentes enfermedades virales, bacterianas y parasitarias que portan las truchas y salmones silvestres, algunas de ellas de importancia para los seres humanos (zoonosis), pudiendo afectar a los pescadores y consumidores de productos pesqueros.
La mejor herramienta para el control/regulación de estas poblaciones exóticas es la remoción masiva(extracción) de ejemplares desde estos cuerpos de agua mediante la pesca. Cuando esto ocurre tanto la población de macroinvertebrados acuáticos, así como bagres y demás peces nativos, comienzan una pronta recuperación, medida en número de individuos como en la recolonización de hábitat y también en el aumento de peso y talla de los peces nativos.
De igual forma, debido a la superabundancia de truchas y su consumo de macro invertebrados locales para su alimentación, los cuales son claves en el control natural del crecimiento algas y la descomposición de detritos, las aguas bajan su contenido en oxígeno, los humedales se eutrofican y aparecen los bloom de algas cianófitas que las hacen tóxicas. Cuando se eliminan una gran cantidad de truchas, con el tiempo se restablecen los equilibrios ecológicos en humedales (wetlands) y lagos.
Respecto a salmones, su presencia está reportada en ríos y lagos entre los 35° y 48° de latitud sur. El salmón Chinook estaría formando poblaciones autosustentables (Arismendi et al. 2003) en ríos australes chilenos. Hoy existe una presencia masiva en las regiones de los Lagos y Araucanía. Sólo en pocos lugares del SNASPE existen diagnósticos científicos y sistemáticos sobre el estado de los ecosistemas límnicos existentes (ej. Parque Nacional Lauca, Parque Nacional Laguna de El Laja, más algunos de la Región de los Lagos.
En muchas de las unidades del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas SNASPE se permite actualmente la pesca de truchas y carpas de acuerdo a la Ley de Pesca Recreativa.
La estimulación de la pesca recreativa de trucha, salmón y carpa en los cuerpos de agua del SNASPE, se da con el fin de disminuir la carga de estas especies exóticas. Sin embargo resulta contradictorio con la práctica de muchos lodge, que piden a sus clientes hacer pesca con devolución del ejemplar al agua. En general se sabe que la sobrevivencia de los peces con este método es baja.
La pesca sin devolución podría estimular la visita de turistas y pescadores, al agregar un poderoso incentivo, al no tener que devolver la pesca, como ocurre en muchos lugares del país. Esta medida de control de especies invasoras corresponde a una norma de manejo del área protegida, encontrándose amparada en los Planes de Manejo y en las Normas Técnicas de Manejo del SNASPE (2007), documentos que constituyen herramientas de gestión ambiental.
La masificación de las capturas de las especies de peces introducidos requiere poner atención en aspectos como: a) La desinfección de aparejos de pesca, para evitar la dispersión del alga Dydimo de un río a otro; b) La prohibición de pesca recreativa en aguas donde existen zonas de anidamiento de aves y c) La prohibición de pesca de peces nativos, entre otros temas.
Actualmente existen reportes visuales respecto de la presencia de truchas exóticas en casi todas las unidades del SNASPE del país. Algunos de los impactos más evidentes de predación de especies carnívoras exóticas sobre especies de peces endémicas lo constituye lo que sucede en el extremo norte de Chile con el karachi o suche (Trichomycterus chungarensis), un pequeño pez del tipo bagre, de 15 cm, endémico del Lago Chungará, en las alturas andinas del norte de Chile, hoy se encuentra gravemente amenazado por las truchas introducidas.
El 2003, a partir de una piscicultura de truchas que se estableció en el Río Lauca, ubicado a 4.500 metros de altura en la cordillera de la provincia de Arica-Parinacota, en la frontera con Bolivia y Perú. El negocio fracasó y las truchas fueron liberadas por la empresa, las que nadaron por todos los afluentes del río, hasta alcanzar en el 2008 el frágil ecosistema del Lago Chungará.
Durante cinco años, las truchas devoraron el 70% de la población de karachi, destruyendo la cadena trófica del lago Chungará ubicada en el parque nacional del mismo nombre en el altiplano chileno. Las algas aumentaron considerablemente al no tener el pez que las consumía, a la vez que disminuyó la llegada de aves migratorias que se alimentaban del karachi.
El Servicio Agrícola Ganadero (SAG) en un intento desesperado de controlar el problema, autorizó en octubre del 2013 una pesca urgente de truchas. "Podríamos pescarlas eternamente, y eso no disminuirá la población”, señaló el director de Conaf Arica-Parinacota, Héctor Peñaranda, en una nota publicada en el diario La Tercera en octubre del 2013. “Se necesita conocer el lugar de desove e impedir que se reproduzca”.
El año 2010, la CONAF Región Metropolitana, junto a los limnólogos inició investigaciones en Río Clarillo para determinar la abundancia poblacional de truchas exóticas y su potencial impacto ecológico en el ecosistema del río. Actualmente el efecto combinado las truchas y el deterioro ecosistémico es mayor, dado que el Cambio Climático está aumentando la temperatura de las aguas continentales.
LGE - ¿Cuales son la propuestas para revertir el impacto negativo?
J.J.C. - Nosotros junto a las organizaciones de pueblos indígenas y sectores de las organizaciones de pesacadores artesanales, exigimos la eliminación del cultivo de alevines / smolts en los lagos, especialmenteen territorio Mapuche, Huilliche, Pehuenche (lagos y rios de los altos Andes).
Para los salmones escapados o liberados intencionalmente (incluye Chinook) demandamos que se permita legalmente establecer una pesca por parte de los pescadores artesanales, comunidades costeras, ya que técnicamente son una plaga de especies carnívoras exóticas, que no pertenecen a los ecosistemas acuáticos del Pacífico sur .
Ademas nuestro programa incluye una moratoria a la actual expansión geográfica y productiva de la industria salmonera en las regiones patagónicas (Aysén y Magallanes) y de pueblos originarios (regiones del Bío-Bío, Araucanía y Los Ríos). Por ello estamos muy alerta al proceso de relocalización (reubicación) de concesiones de salmonicultura contaminadas con Caligus, ISA y SRS po nuevas concesiones en áreas prístinas del sur de Chile, ya que es ilegal y sólo profundizará el actual problema sanitario en las áreas costeras.
LGE - ¿Introducen alimentos para alimentar a los peces no nativos?
J.J.C. - No, son especies escapadas o introducidas que son autovalentes en el medio acuático silvestre.
Como son especies escapadas o liberadas intencionalmente, su alimentación se basa en las especies nativas locales. Además se alimentan de fito y zooplancton, lo que incluye distomeas, copépodos, laminarias y macroalgas, insectos, anfípodos y otros crustáceos. Además consumen medusas, estrellas de mar. Los ejemplares adultos consumen peces nativos.
LGE - ¿Compite el Chinook con otras especies nativas?
J.J.C. - El salmón Chinook compite, desplaza y consume a tres especies de bagre o pez gato; las carpas (introducidas hace dos siglos); cuatro especies de pejerreyes; las pochitas o “lisas de río”, un tipo de anguila; la percatrucha que existe en el fondo de los lagos, y todos los tipos de galaxiidos o puyes, un pequeño pez casi transparente muy abundante en muchos ríos, de alto valor económico para los pescadores tradicionales, comunidades costeras y pueblos indígenas.
Toda la pequeña fauna herbívora e insectívora local está hoy amenazada por la presencia de salmones del Pacífico de las subespecies coho y chinook, y en menor medida, por truchas arcoíris y café. Eventualmente también el salmón del Atlántico es una amenaza, que si bien está en estado adulto, no hay evidencia de que se haya todavía reproducido en ríos y lagos, por alguna razón desconocida.
El éxito invasivo del Chinook se debe a la baja resistencia ecológica, pocos competidores y predadores en las aguas chilenas. Hoy se investiga si tiene algún impacto sobre otras especies marinas, incluidas las diferentes especies de pingüinos que habitan las áreas costeras.
Un efecto particular es el hecho que cuando es el período de desove y los ejemplares adultos de Chinook están pronto a morir, es posible ver en los ríos cardúmenes de truchas arcoíris, alimentándose de las ovas de los Chinooks. Sin embargo, los alevines de Chinook aparecen antes que los de las truchas arcoíris, por lo cual compiten con ellos, al consumir los nutrientes del medio acuático que antes consumían los alevines de trucha
LGE - ¿Quiénes son los posibles beneficiados?
J.J.C. - Beneficiados son quienes realizan pesca ilegal de grandes cantidades de salmones Chinook en los ríos y los lodges que incorporan a esta especie en la oferta de pesca para sus clientes.
En 1998 y a fines del verano del ‘99 se registran grandes peces en el río Llaima, especialmente en la confluencia con el río Allipén, en la zona comprendida entre el Pueblo de Cunco y Melipeuco, a unos 80 Kms al Este de la ciudad de Temuco.
Los salmones Chinook remontan los ríos Toltén y Allipén, existiendo en los primeros años muy pocos ejemplares. La gran entrada fue la temporada 2000-2001, con ejemplares de gran tamaño y en cantidades. Los ejemplares de mayor tamaño han pesado entre 15 y más de 25 kilogramos.
LGE - En Estados por efectos de la enzima tiaminasa en peces introducidos para alimentar a los salmones Chinooc, estos están muriendo prematuramente ¿se observa algo similar en salmones o salmonidos introducidos en Chile, u otro país de Latinoamérica?
J.J.C. - No hay información que la tiaminasa, enzima que destruye la tiamina o vitamina B1, esté presente en algunas especies que consumen los salmones en aguas chilenas.
La situación ambiental y de manejo en el Hemisferio Norte vinculado a esta situación, difiere totalmente de la realidad en Chile.
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