Todos los estudios de politología están dando las alertas acerca de cómo cae en picada el apoyo a la democracia por parte de las y los ciudadanos. Muy por el contrario de lo que se pudiera pensar, esto está pasando en todo el mundo, y Chile no es la excepción.
Entendamos por democracia la forma tradicional de representación en manos del sistema de partidos políticos y siempre en función de su trabajo para manejar las instituciones del Estado. Pues bien, hoy se escribió una página más en la historia de este fracaso, en particular, esta decadencia es lenta y progresiva en el país, ni en los matinales televisivos de domingo fue tema convocante, partamos por ahí. Las cuestiones climáticas y el sempiterno estado de la crónica roja le compitieron de igual a igual a la política, que a través de sus personeros y los periodistas del área, solo se expresó para quejarse de las mesas no constituidas y las monsergas acerca de las disputas caciquiles dentro de los pactos y partidos.
Esta elección, la única voluntaria hoy por hoy, se concentró en dos regiones para gobernador/a: Coquimbo y Aysén y en 60 comunas del país, en total se convocaron 4.844.660 electores en esta ocasión. La elección no concito mayor interés, registrándose 69 mesas que ni siquiera llegaron a constituirse, incluso luego de las gestiones y esfuerzos del Servel.
Las primarias, presentadas como un avance democrático, en realidad traslada las disputas partidarias a la ciudadanía, en un acto de “pereza política” que demuestra la falta de debate e instrumentos de los alicaídos partidos políticos, demostrando inutilidad para resolver sus asuntos internos; como herramientas de ejercicio deliberativo han fracasado y la muy baja participación indica que las personas no están dispuestas para resolver las cuestiones que son propias de las orgánicas políticas.
Esta es la reflexión que nos parece más significativa. En función de los resultados, decir que la participación llegó solo al 6%. Por otra parte, en el dato anecdótico, decir que entre los resultados más esperados por los partidos el pacto de derecha obtuvo solo 100.000 preferencias, mientras que la alianza oficialista logró poco más de 150.000 votos, como sea, tan baja participación no da para hacer ninguna proyección, pese al tozudo esfuerzo de analistas y dirigentes partidarios.
La intrascendencia de este instrumento solo hace hundir más a la actividad política, que ya sufre un desprestigio monumental, pues pone en evidencia la falta de interés que se ha ganado, producto de la falta de resultados que demuestra en mejorar la vida de las personas y de entregarle proyectos que convoquen al compromiso por esa vida mejor, es decir, fallando tanto en el discurso como en la acción. En eso vuelven a ser todos uno en sistema de partidos chileno.
RESUMEN
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Fotografía principal: @Ayatanland