Por Daniel Mathews / resumen.cl
Normalmente el discurso conservador es moderado. Pero algo está ocurriendo en los Estados Unidos justo ahora. Donald Trump se define a si mismo como “hombre del pueblo”, “anti político” y habla con mucha fuerza. Pero su principal discurso es contra los migrantes, los latinoamericanos seriamos los culpables de todos los males que aquejan a la sociedad gringa. Evitando lo que él llama corrección política, condena a los "violadores y criminales" que supuestamente afluyen desde México y propone la deportación en masa de los inmigrantes indocumentados.
Contra él se están desplazando, sin embargo, no sólo los “demócratas” (así se llama su partido, no es que lo sean) sino incluso los “republicanos”. Le están sacando trapitos sucios como cuando apoyo la causa del aborto. La Cámara de Comercio está apoyando a Jeb Bush como precandidato. De salir la candidatura de Trump votarían por la “demócrata” Hilary Clinton.
¿A quién representa entonces Trump? Su discurso ha sido muy bien acogido en la base republicana -predominantemente profesionales blancos de clase media suburbanos, ejecutivos, propietarios de pequeños negocios y una minoría de clase trabajadora blanca. Gente que ha perdido su nivel de vida y no sabe por qué, de haber una opción anticapitalista que se lo explique seguramente estarían ahí. Pero, como no la hay, como nadie les da las razones de su propia crisis personal, buscan algún culpable. Y lo que encuentran más a la mano son los migrantes.
Ha sido una suerte encontrarlos. Mientras los del Tea Party tenían como culpables a los sindicatos no podían levantar cabeza. Muchos burócratas sindicales militan en ambos partidos. El burócrata sirve para calmar las peleas, pero su existencia depende de que el sindicato siga existiendo. Ahora que el enemigo es otro hasta pueden ser partidarios de Trump.
En nuestros países también encontramos expresiones parecidas. Son, en Santiago, los jóvenes de casacas negras, cadenas y motos que esperan a los peruanos en la Plaza de Armas para golpearlos. Se diferencian de Trump en los métodos. El norteamericano todavía cree en el sistema de partidos y en las elecciones. Pero el “culpable” es el mismo. En el Perú no tenemos migrantes, pero cuando se hablo de recibir sirios no faltó quien los acusara de estarse llevando la ayuda que necesitaban peruanos, y eso que todavía no han llegado y difícilmente lo harán.
¿Cuál es en esto la posición de las clases dominantes? No es, por supuesto, dejar entrar a todos. No es tampoco darle a los migrantes los mismos derechos que al trabajador nacional. Necesitan un grupo marginal que equilibre los salarios. El discurso es claro: no me paren la producción que los remplazo con migrantes.
En los Estados Unidos la "Business Roundtable" y la Cámara de Comercio han estado al frente del impulso de la reforma de la inmigración en el Congreso. Ambas quieren algún tipo de combinación de una "protección de fronteras" más efectiva, una "vía de acceso a la ciudadanía" (larga y difícil) para los cerca de 11millones de inmigrantes indocumentados, y un programa para trabajadores extranjeros que se aplicaría a los futuros inmigrantes con el fin de proporcionar al capital estadounidense una fuente de mano de obra carente de derechos y de toda posibilidad de convertirse en residentes permanentes o ciudadanos estadounidenses.
Y ¿nosotros que decimos? En primer lugar lo que decía Lennon en “Imagine”, no necesitamos fronteras, queremos ser todos hermanos. Pero, mientras tanto, reclamamos derechos para todos, en el caso chileno el tema es parte incluso del himno patrio: “o la tumba será de los libres o el refugio contra la opresión”. Ya mucho tiempo hemos estado en la primera opción.