Egipto: El régimen gobernante no es una necesidad estratégica para el imperio

altLo importante para el imperio norteamericano es salvar el Estado, el aparato represivo, porque eso es lo que determina la política económica, las alianzas estratégicas

Comentarios para CX36 Radio Centenario del sociólogo norteamericano, Prof. James Petras desde Estados Unidos. Martes 1 de febrero de 2011. www.radio36.com.uy

Chury: Estamos para que nos ubiquemos en los comentarios tuyos, y te dejo la libertad de empezar con el tema que tu quieras arrancar.

Petras: Bueno, el gran tema del día son los acontecimientos en Egipto donde tenemos este gran enfrentamiento entre el pueblo en las calles y el gobierno de Mubarak y sus militares en el otro lado. Y los Estados Unidos jugando el juego típico de estas situaciones donde por un lado critican al régimen y por otro lado siguen apoyándolo a partir de las consultas con los militares, a partir de las ayudas que siguen canalizando.

Una cosa importante a tomar en cuenta es que al momento que Washington decide que ya no puede salvar a la dictadura, está dispuesto a sacrificarlo para salvar al Estado.

El régimen gobernante, el gobierno, no es una necesidad estratégica. Lo que sí es importante para el imperio norteamericano es salvar al Estado, el aparato represivo, porque al final de cuentas eso es lo que determina la política económica, las alianzas estratégicas. Hemos tenido muchos casos en el pasado, donde Washington sacrifica -incluso asesina- a un dictador que ya ha perdido el control del país. Tenemos el caso de Trujillo en la República Dominicana, o el de Somoza, el dictador de Nicaragua, que a último momento decidieron apoyar a un gobierno de transición pero fracasaron. Tenemos el caso de Diem, el presidente de Vietnam [antes del triunfo de la guerrilla] y muchos ejemplos más donde Washington decide cambiar de caballo y busca un recambio a partir de una figura que pueda colaborar con el viejo Estado.

En este caso no está claro a quién ha elegido Washington; parece que el candidato principal es ElBaradei de un lado, y del otro lado alguna figura del viejo régimen. Pero como se ha visto en el caso de Túnez, este tipo de recambios, o por lo menos cambios dentro del viejo régimen, no se los puede vender al pueblo. En el caso egipcio no está claro todavía que los Estados Unidos hayan decidido cambiar de caballos; siguen apoyando a Mubarak.

Estoy convencido de que las comunicaciones entre Washington y Mubarak son grandes y con algunas dificultades teniendo en cuenta que el dictador no tiene ninguna posibilidad de quedarse en el país, incluso podría pasar que hubieran juicios legales si no tiene control. Entonces lo que los dictadores piensan es que ellos tienen una alianza estratégica con los Estados Unidos, que son garantía absoluta de apoyo. Mientras que para Estados Unidos estos regímenes son instrumentos, es decir, mientras pueden controlar el país, mientras pueden canalizar toda la ayuda militar para apoyar a los Estados Unidos en la región son útiles; pero son apoyos de relaciones tácticas. Washington dice textualmente, que lo que le importa son sus intereses.

Mientras, las alianzas son temporales y eso es lo que no entienden todos estos dictadores, que en el momento en que pierden capacidad, se van. Como el caso de Pinochet que recibió el apoyo norteamericano durante casi 17 años y al final, con las movilizaciones, la confrontación, la lucha armada, las huelgas generales, decidieron optar por un recambio o buscó un recambio dentro de la vieja Constitución y el viejo ejército, cuando permitieron elecciones. El caso de lo que estamos viendo en Egipto tiene sus antecedentes. Caso similar al pacto del Club Naval en Uruguay donde los militares acordaron con la intermediación de Estados Unidos permitir la vuelta de la política electoral a cambio de que no se tocara al ejército, ni sus intereses.

Eso es lo que se está negociando en Egipto ahora.

Chury: Sí, conocemos lo de Uruguay. En definitiva para que aparezca como que algo cambia pero que todo siga igual como sigue hoy con los gobiernos del Frente Amplio.

Petras: No es totalmente igual en el sentido que permiten elecciones, permiten alguna expresión libre; permiten algunos derechos democráticos, pero la estructura económica, la estructura del estado queda dentro del marco político de la política neoliberal. Ese es el acuerdo: nosotros permitimos libre expresión, elecciones, políticos, Parlamento. Mientas ustedes tienen que dejar intactas nuestras alianzas militares, nuestros intereses económicos y la capacidad de apoyarnos cuando lo necesitemos.

Ahora, lo que pasa es que en el Medio Oriente un nuevo gobierno, incluso de centro, no puede continuar colaborando en la misma forma que Mubarak, descaradamente aliado del colonialismo, de la opresión de los palestinos con el bloqueo de Gaza. Eso va a perjudicar a Israel. Cada gobierno elegido en Medio Oriente árabe obviamente no puede ser un aliado de Israel.

Segundo, es muy posible que un nuevo gobierno no apoye las provocaciones de aliados de los Estados Unidos en El Líbano.

Tercero: es muy probable que retire cualquier apoyo a las guerras en Afganistán e Irak porque son políticas que no tienen mucho más que diez por ciento de apoyo en el país.

Esta política de Mubarak apoyando a Israel y las guerras, era sumamente impopular. Y ahora con el cambio de gobierno, si siguen luchando y cambian el gobierno, porque para mí no es absolutamente seguro que el gobierno caiga, porque hay muchas intrigas entre militares, norteamericanos, Mubarak, y otros personajes del aparato represivo. Es probable que caiga aunque no está garantizado.

Pero las implicaciones en la política internacional del Medio Oriente son enormes y pueden tener otro efecto que es el de apoyar nuevos cambios por ejemplo en Yemen. En Yemen ahora el gobierno sólo controla una fracción del país porque en el norte hay rebelión, en el sur hay rebeliones, hay huelgas generales y manifestaciones. Si Egipto cae, cae abruptamente Yemen y después entramos en el Golfo donde Arabia Saudita es el régimen más reaccionario y anacrónico. Después tenemos Jordania. Hay grandes movilizaciones ya, poniendo en cuestión la política del monarca que apoya a Israel y que colabora con la CIA desde hace muchos años, hace dos o tres generaciones. Entonces todo el Medio Oriente está en un proceso de transformación.

Ahora, el éxito de la transformación depende mucho de las alianzas y la correlación de fuerzas. Pero podemos decir que las cosas no van a continuar como hasta ahora. Y Washington perdiendo a estos cipayos va a quedar muy debilitado para continuar la guerra en Irak y las amenazas a Irán, lo que puede llevar a un período de más paz y más justicia.

Chury: Petras, es poco común que el gobierno central de los Estados Unidos llame a tantos embajadores y a tantos representantes como en consulta. ¿A qué obedece esto, a lo que está pasando en Egipto y el Medio Oriente?

Petras: Bueno, como dijimos ahora, hay un proceso de transformación en el Medio Oriente, que afecta la correlación de fuerzas entre el pueblo y el imperialismo. Y los Estados Unidos no anticiparon estos cambios; se quedaron con los pantalones bajos. Hace un mes las apreciaciones eran de que Mubarak está muy estable, está muy en control. Túnez es el otro caso. Una encuesta de Washington unas semanas antes de la caída preddecía que el régimen iba a continuar. Y lo mismo en los otros países. Washington siempre calcula en función de las fuerzas militares, y el gobernante nunca tiene contacto con las fuerzas de abajo. En Egipto la popularidad de los Estados Unidos era la más baja en todo el mundo, del 17 por ciento de popularidad.

En este sentido Washington hizo malos cálculos, mal análisis y ahora está cosechando las consecuencias. La consulta es para reorientar la política frente a esta nueva coyuntura; cómo sacrificar algunos intereses para mantener la hegemonía.

Por esta razón la visión de Estados Unidos como omnipotente, que ve las dictaduras como para siempre, es muy equivocada. Y la izquierda siempre exagera la capacidad de Estados Unidos de controlar los factores de poder. Cuando en realidad el control puede mantenerse por un largo plazo pero al final de cuentas estructuralmente está muy débil.

Extractado por La Haine


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