Salta como un sapo, croa como un sapo, vive entre el agua y la tierra como un sapo, jamás vuela. Evidentemente se trata de una paloma.
La legislación estadounidense impide dar ayuda a un gobierno impuesto por un golpe de Estado. Pero, como en el caso del sapo, todo depende de cómo lo llamemos.
El golpe de estado que dio el Ejército contra Mohamed Morsi no es un Golpe de Estado. Estos no se dan jamás en contra de musulmanes, ni ateos, ni comunistas. En esos casos son revoluciones. Cuidado, si un católico es antiimperialista también se tratará de una revolución cualquier acto de destitución por la fuerza militar.
Los militares egipcios lo que buscaban era preservar la vida de las personas. Para eso tuvieron que matar a 59 Hermanos Musulmanes solo el primer día. Otras revoluciones propiciadas por los Estados Unidos han sido mucho más sangrientas. Pensemos en Pinochet, Videla, Fujimori, así que 59 muertos es un record de pacifismo moralizante.
También querían defender la libertad de prensa. Es cierto que ese primer día murió Ahmed Assem. Pero, como ya ha comprobado Estados Unidos en Irak y Afganistán los periodistas tienen un gusto muy especial de poner sus cuerpos en la trayectoria de la bala. Además a Assem se le permitió filmar su propia ejecución, lo que no le es posible a la mayoría de los muertos. Debería estar agradecido.
Por cierto que son militares feministas. El actual jefe del Ejército e impulsor del golpe contra Morsi, Abdel Fatah Al Sisi, fue integrante del SCAF. En 2011 justificó los “exámenes de virginidad” practicados por militares a mujeres manifestantes. En esos exámenes se inspeccionaba la vagina de las jóvenes sin su consentimiento. Al Sisi dijo que se realizaban “para proteger a las chicas de violaciones, y a los soldados de las acusaciones de violación”. Todo claro.
Sin embargo hay personas interesadas en desprestigiar al Ejército egipcio. Lo hacen por envidia. Ningún otro recibe directamente, sin que pase por una ventanilla del Estado, una ayuda anual de 1.300 millones de dólares, como ocurre con el egipcio desde que en 1979 se firmara el Tratado Bilateral de Paz con Israel. Ningún otro ha participado en tantos secuestros junto al de los Estados Unidos como documenta Amnistía Internacional en el documento “Abusos sistemáticos en nombre de la seguridad”
El Ejército era la mejor forma de evitar que la revolución continúe. Sin embargo todavía no lo ha logrado. Aún estamos ante un pueblo movilizado. Estados Unidos e Israel tienen el deber de ayudarlo y lo están haciendo muy bien.
Para ver el video de Ahmed Assam:
El documento de Amnistía Internacional en:
+ Lola Mento
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