El Éter es originario de Europa, su nombre científico es Artemisa abrotanum, pariente del ajenjo. Puede crecer sobre el metro de altura. Es común encontrarla en jardines, cerros e incluso en la vía pública.
Para remedio se usan sus hojas, tallos y flores. Tiene un fuerte olor, semejante al limón. Sus ramas son usadas para teñir lana de color amarillo.
Es principalmente utilizada y conocida por aliviar dolencias estomacales. Es digestiva y útil en caso de inapetencia, ya que estimula el apetito. Aumenta la producción y eliminación de bilis lo que es favorable en casos de afecciones al hígado.
Es antiséptico para el estómago, popularmente se ha utilizado para combatir y eliminar los parásitos intestinales.
Es emanagogo, es decir, regula y favorece la menstruación.
También se registra su uso como diaforético -baja la fiebre-, ya que estimula la sudoración.
Para estos usos tomar tres tazas de infusión al día. Una cucharadita de hoja seca para una taza de agua hervida.
Externamente se utiliza para aliviar llagas y heridas, caspa y afecciones a la piel en general.
Sirve para combatir los espasmos o “tomaduras” ya que provoca la relajación del músculo liso. Para estos usos se utiliza la decocción de con un puñadito de planta seca para un litro de agua. Se hacen lavados con esta agua una vez que esté tibia.
El éter calma la ansiedad y la angustia, ya que es relajante y calma los nervios, puede ser usado con tilo, toronjil, albahaca y tomillo, agregando al baño la decocción de un puñado de hojas en un litro de agua.
También se usan matitas de esta planta entre la ropa y en los bolsillos, pues el perfume de sus hojas repele insectos como las polillas y mosquitos.
Como generalmente se recomienda en el uso de tratamiento con hierbas, no debe usarse ni consumirse durante el embarazo ni en periodo de lactancia. Consulte siempre a un/a especialista médico.
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