Desde este viernes 13 de Mayo a las 19:00 horas, se realizará de exposición fotográfica "La Memoria del Carbón", del destacado fotógrafo Lincoyán Parada, la cual reune material de 30 años de trabajo, con gran reconocimiento a nivel nacional e internacional.

La exposición permanecerá abierta al público desde el 14 al 28 de mayo de 2011, en la Sala Baldomero Lillo del Centro Comunitario Pabellón 83, Carlos Cousiño s/n (sector fundición), Lota Alto.

Tres dimensiones

La exposición que veremos ahora, La Memoria del Carbón, tiene tres
méritos poco comunes en una sola muestra fotográfica. Primero, se
seleccionaron las imágenes más meritorias y representativas de Los
Compadres del Carbón, que ya forma parte de la gran historia de la
fotografía chilena. Segundo, el autor hizo un examen riguroso de todos
sus originales no seleccionados hace 30 años, para descubrir con los
ojos de hoy los méritos documentales y artísticos que el tiempo le fue
agregando, y con ellos dar un valor nuevo a la exposición. Tercero, el
mismo fotógrafo, tres décadas después, se fue con su cámara por Lota
y Coronel tras la huella de los personajes de Los Compadres del Car-
bón, para descubrir sus canas y sus casas nuevas, sus hijos crecidos, sus
nuevas formas de vivir, y de ese modo dejar constancia gráfica de un
mundo que se desvanece rápidamente.

Estamos, por lo tanto, frente a una especie de gran tríptico, una mirada
en tres dimensiones, que intenta hacer honor a un tiempo y a una gente
que merecen el reconocimiento de las nuevas generaciones.

Esa forma de ver

Para “pintar” este tríptico ha sido más que suficiente la sensibilidad de
Lincoyán Parada. Han bastado su talento y su amor para conseguir que
el alma de sus personajes se asomara al ser fotografiados.

“…Son los sentimientos los que se quieren poner en evidencia y no las
exterioridades. Hay que elevar, pues, hasta el arte a los personajes, no
bajar hacia ellos”.

Es lo que hace Lincoyán Parada: deja en evidencia la nobleza que se
encuentra oculta bajo la apariencia innoble del ropaje que cubre a veces
al hombre.

Hay que visitar la exposición sin ira y sin nostalgia; sólo con los senti-
mientos a flor de piel.

Luis Alberto Ganderats