El Lebu, buque prisión que colude a la Armada con el extinto empresario Ricardo Claro

La actuación de los marinos tras el fatídico golpe de Estado de 1973 fue tan deleznable como el comportamiento de sus camaradas de las otras fuerzas armadas y de orden, específicamente se utilizaron recintos de la marina para detener y torturar a chilenos y chilenas adherentes a partidos y movimientos de izquierda, también utilizaron embarcaciones, entre ellas el buque escuela “Esmeralda”, pero también hubo otros: "Lebu", "Maipo" y "Orella".

En estos barcos se realizaron torturas y violaciones, manteniendo a presos políticos de forma ilegal en las naves. Memoria viva señala al respecto que: “El buque “Lebu”, que pertenecía a la compañía de transporte marítimo Cía. Sudamericana de Vapores, fue expropiado por la Armada el 15 de septiembre de 1973, para remplazar al buque “Maipo”, el cual había zarpado con rumbo al campo de concentración “Pisagua”, trasportando presos políticos”.

El “Lebu” fue utilizado con fines represivos hasta 1974, según la Cruz Roja Internacional, en noviembre de 1973, habían cerca de 324 presos políticos en este barco. El informe Rettig señala que: “en estos barcos, algunos prisioneros estuvieron en camarotes, aunque la gran mayoría permaneció en sus bodegas, en condiciones de gran hacinamiento y total falta de higiene y servicios mínimos”.

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En un contexto de absoluta indefensión se produjeron abusos y violaciones, como lo relata una de las detenidas: " me llevaron a un camarote que había sido habilitado como sala de interrogatorios y allí estaba este teniente que me comienza a manosear y a gritar diciendo: ¡defiéndete ahora, pos, huevona! Me corrió mano de una manera espantosa, fue más de una hora de sólo eso. Estaba vendada y humillada por lo que estaban haciendo, impotente ante lo que estaba pasando, ante los gritos espantosos que se escuchaban".

Se estima que por el “Lebu” habrían pasado alrededor de mil detenidos, con una permanencia variable en el buque prisión, la detención podía ir desde unos días hasta varios meses. Esta situación ha quedado en completa impunidad hasta el día de hoy, y la Armada de Chile continúa negando su participación en los hechos ni su colusión con el empresariado que colaboró con estas violaciones a los derechos humanos.

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Aun así, se conocen algunos nombres de los represores del “Lebu”, entre ellos: el Teniente Luis Rebolledo (Infantería de Marina); Teniente Guillermo Morera (Infantería de Marina); Teniente Rafael Yussef (Infantería de Marina); Doctor Muñoz (urólogo, ex Hospital Deformes); un sacerdote de apellido García (Sagrados Corazones), un teniente de apellido Pérez (Carabineros).

También es importante relevar al empresario Ricardo Claro Valdés, quien era propietario de Compañía Sudamericana de Vapores en la época; fue un activo colaborador y financista de la DINA. Este empresario, fallecido en la impunidad en 2008 fue conocido por su participación, a través del grupo Claro, de empresas como Mega, VTR y Diario Financiero, Elecmetal, entre muchas otras.

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