El límite de peligro de 2°C es arbitrario y fuera de lugar

Por: Christie Aschwanden para FiveThirtyEightScience, traducido por resumen.cl

Fotografía: Personas formando el eslogan “100 porciento renovable” cerca de la Torre Eiffel el 6 de diciembre en París.  Martin Bureau / AFP / Getty Images

El sábado en las conversaciones sobre el clima de París, los negociadores dieron a conocer un proyecto de acuerdo que describe, a grandes rasgos, un plan para frenar el cambio climático. Aunque este borrador representa un paso más allá de las fracasadas negociaciones de Copenhague del 2009, incluye 939 trozos de texto entre corchetes que destacan desacuerdos por resolver.

Un punto de desacuerdo: la cantidad de cambio climático que estamos dispuestos a tolerar. ¿Qué tanto puede incrementarse la temperatura antes de que el mar se eleve demasiado, las sequías ocurran mucho más a menudo y los glaciares se derritan ireversiblemente?

Desde el 2009, el objetivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCC por las siglas en inglés) ha sido asegurar que la temperatura promedio de la Tierra no eleve más de 2 grados Celsius por sobre los niveles pre-industriales.(1) Eso suena como un número pequeño, pero porque es un promedio mundial, contiene todo tipo de fluctuaciones –que todo el planeta suba de temperatura en esa cantidad significa que algunos lugares se volverán mucho más calientes. Hay desacuerdo en las negociaciones sobre si este nuevo acuerdo debería apuntar a mantener el incremento de temperatura debajo de los 1,5 grados Celsius sobre los niveles pre-industriales, o si el límite debiera quedar en 2 grados.

Pero estas metas son arbitrarias. Los dos grados se convirtieron en el objetivo determinado casi por casualidad. El número se originó con el economista de Yale William Nodhaus, quien publicó un artículo en la década de 1970 donde sugería que un incremento en la temperatura mundial sobre los 2 grados podría significar temperaturas difícilmente vistas en los últimos cien mil años. El número de Nordhaus se basaba en la intuición preliminar, aunque los datos del clima han confirmado que durante los últimos 100.000 años, la temperatura mundial rara vez, si es que lo hizo, llegó más allá de los 2°C por encima de la temperatura alrededor del 1800.

Dos grados no es un número mágico que de alguna manera prevendrá la catástrofe. Casi hemos llegado a un aumento de 1 grado en la temperatura, y como Reto Knutti y sus colegas argumentan en la publicación Nature Geoscience de esta semana, el objetivo de 2 grados no es un objetivo científico. Aunque a menudo se señale que el límite de 2 grados es una “barrera de seguridad”, Knutti indicó que “no hay investigaciones científicas que muestren que 2 grados de calentamiento es seguro”. Y hay una razón para eso –la ciencia por sí sola no puede determinar qué es un nivel de peligro inaceptable.

La mayor analogía para esto, señaló, es el límite de velocidad en los caminos. “Puedes cuantificar el riesgo de morir a ciertas velocidades, pero incluso aunque pudieras cuantificar eso perfectamente, no nos indicaría qué límite de velocidad es apropiado –eso es una cuestión de criterio”, indicó. Fija un límite de velocidad universal de 30 millas por hora (unos 50 km/h) y los caminos serán más seguros. Pero necesitarás mucho tiempo para llegar a los lugares. Por otro lado, si el límite de velocidad es muy alto, las personas pueden llegar a sus destinos más rápido, pero las carreteras se vuelven más peligrosas. La ciencia sola no puede determinar el justo medio entre estos dos extremos

El límite de dos grados, de modo similar, es un compromiso entre costos, beneficios y riesgos. Fija el límite de calentamiento muy arriba, y puede no inspirar la urgencia apropiada. Fíjalo muy bajo, y puede ser tan estricto que los países no firmen el acuerdo porque temen que sus economías se vean muy golpeadas si tienen que dejar de usar combustibles que producen emisiones. Dados los factores sociales, políticos y económicos en juego, la ciencia no puede proveer una solución de un tamaño que calce a todos. El cambio climático afecta regiones y países de modo diferente, y es difícil predecir con exactitud a qué temperaturas y niveles de emisión de gases de invernadero el cambio climático se volverá insoportable. Los residentes de la región del Golfo Pérsico pueden llorar antes que los que viven en los climas del norte, y los estados insulares sentirán el cambio antes que los países sin litoral.

Determinar donde establecer la línea requiere tanto de criterio como de ciencia. Es una cuestión de prioridades. Por ejemplo, el mundo se podría preguntar, dijo Knutti, “¿Te importa o no si los osos polares se extinguen?” Hay razones por las que los osos polares pueden importar: Son los íconos de la lucha contra el calentamiento global, y su extinción podría ser un presagio de una cascada de cambios de hábitat que repercutirán en la cadena alimenticia. Pero por otra parte, establecer un límite de temperatura para salvar al oso polar podría no permitir a un país en desarrollo alcanzar su objetivo de PIB. ¿Qué le importa más al mundo en general?

No siempre hay acuerdo sobre cuáles deberían ser las prioridades, obviamente. Las naciones desarrolladas hicieron su riqueza con combustibles fósiles, y no van a renunciar a ellos si eso significase renunciar al modo de vida que se han acostumbrado. Incluso los ecologistas acérrimos tienden a “ser verdes” sólo en la medida que sea conveniente.

Mientras tanto, los países pobres quieren desarrollar sus economías y elevar su estándar de vida. Pero hacerlo sin los combustibles fósiles que tuvo el resto del mundo es un desafío costoso, especialmente si ellos enfrentan más eventos de clima extremo a causa del cambio climático

También está la cuestión de cuanta ilusión debería haber en la meta que fijamos. Los países que están a punto de sufrir los mayores daños del aumento de las temperaturas y los mares, han llegado a Francia para presionar para bajar el límite a 1,5 grados Celsius, y los miembros de la Alianza de Estados de Pequeñas Islas han marchado por el eslogan “1,5 para seguir con vida”. Pero el objetivo de 1,5 grados se ve tan alcanzable como la fusión fría en este momento. Antes que la conferencia empezara, las naciones asistentes presentaron promesas voluntarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y los números son claros –estos planes nos dejan en camino a sobrepasar la “barrera de seguridad” de los 2°C alrededor del 2100.

Algunos científicos sostienen que es una locura pretender que podemos alcanzar el objetivo de 2 grados sin un cambio revolucionario. En un comentario publicado en la revista Nature Geoscience en octubre, el experto en energía y clima Kevin Anderson, subdirector del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático, concluía que “incluso una pequeña oportunidad de ‘seguir debajo’ de un alza de 2°C en este momento, exige una revolución en cómo consumimos como también en cómo producimos energía. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático ha propuesto 400 escenarios calculados para alcanzar un 50 por ciento de probabilidades o más de alcanzar el objetivo de 2 grados. Pero, escribe Anderson, la mayoría asume o una probabilidad para viajar atrás en el tiempo (para prevenir las emisiones que ya han ocurrido) o la adopción exitosa y a gran escala de tecnologías que remuevan el carbón de la atmósfera que aún no existen en una forma escalable. Seguro, la nueva tecnología puede hacer maravillas, pero no en un marco temporal de 2 grados, señala. Los escenarios que no se apoyan en este tipo de pensamiento mágico asumen que las emisiones mundiales alcanzaron su punto máximo alrededor del 2010, un concepto difícil de cuadrar con lo que hemos visto hasta el momento.

Algunos expertos del clima, incluyendo a Knutti, dicen que discutir sobre el límite justo distrae del problema más importante del planeta ardiendo. Mientras el mundo se reúne para otra conferencia del clima, las emisiones siguen acumulándose en la atmósfera. En palabras del científico del clima Gavin Schmidt, “Si estás conduciendo en la dirección completamente equivocada, discutir donde estacionarás si llegas no es tu mayor prioridad”

Al final del día, ésta realmente es una conversación sobre la velocidad: ¿Qué tan rápido vamos a abordar el problema? No importa que objetivo escojas, las emisiones de gases de efecto invernadero deben eventualmente llegar a cero de quieres parar el alza de la temperatura, señala Knutti. Cuanto más esperemos, más drástico será el cambio. Hemos visto lo que 1 grado Celsius de calentamiento hace (casi estamos allí). Estamos casi seguros de poder ver cómo se ve un calentamiento 2 grados, sin importar qué meta se establezca en Francia. Cualquier número que los negociadores elijan, no significa mucho a menos que ellos también tomen las medidas necesarias para llegar allí, y las promesas que han hecho hasta ahora dejan un gran espacio.

Notas al pie

(1) Juzgando por las anomalías en la temperatura promedio de la superficie mundial

 

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