¿Qué significa la discusión del salario mínimo en Chile?¿qué sentido tiene la discusión de unas cuantas bazofias que suben su sueldo 2 millones de pesos, y discuten semanas por subir 10 mil pesos el sueldo mínimo?¿Qué significa que en Chile haya tanta diferencia entre los ingresos de los más ricos, y los de los más pobres?
Estamos cuestionando datos. Tratamos de ir un poco más allá de la impresión que provocan. Ello se relaciona con la idea de que en primer término, la realidad de los trabajadores no es cuantificable. Los datos no encarnan realidades, sino que apuntan observaciones. En otras palabras, no necesitamos datos que nos digan lo mal que vivimos, sino que nos señalen o apunten el por qué vivimos mal. Entonces la pregunta que se podría formular es más sencilla ¿Por qué vivimos tan mal?
La pregunta puede llevarnos, por su generalidad, a muchos cuestionamientos, dentro de ellos el concebir nuestros problemas enmarcados dentro de un problema existencial. La psicología y la filosofía se encargarán de señalar, que el ser humano ha perdido el significado de la vida. Otros señalan que las condiciones materiales que ha conllevado el crecimiento económico chileno ha creado nuevos sujetos con otras necesidades que el sistema aún no puede resolver. Muchos señalan que hay un vacío entre los beneficios del modelo, sus representantes y los que mantienen el sistema. Y otros dicen muchas cosas.
Ninguno hace preguntas peligrosas, sino afirmaciones burdas.
En la construcción habitual del sentido común, hay un grupo de interés que se pone por sobre el resto de la sociedad y somete a sus valores y creencias, y por supuesto opiniones a través de los distintos medios al resto de la sociedad, que “carecería” de ese sentido común. Por lo que podríamos decir que no es sentido común, sino que imposición particular. Hace tiempo una profesora deshacía a Descartes en críticas, porque él señalaba que el sentido común era el mejor repartido entre todo el mundo.
Al parecer, el sentido común es lo único que se reparte equitativamente en este país.
El problema radica en la escasa comprensión de lo que vivimos, porque lo concebimos a través de las ópticas de este pequeño grupo de interés, sujeto dominante y constructor del sentido común. Que, por interés, no hace preguntas peligrosas. Son los Tartufos. Vigilantes, forjadores y legisladores de la opinión pública. A tal nivel que muchos dirigentes sindicales han caído en su forma de cuestionar el modelo, esperando que la riqueza del modelo chorree a los trabajadores. El problema es que no chorrea, sino que chorea, saquea. Y no entienden que hay que chorearse, ser choro, pensar por uno mismo. Sapere aude dijo el choro Kant. “Atrévete a pensar por ti mismo”.
El problema fundamental es que el trabajo no se valora. Porque si el trabajo se valorará implicaría una retribución justa. Y eso significaría reconocer el rol central del trabajo en la creación de la riqueza, o lo que es igual, que son los trabajadores quienes producen valor. La noción central de esta tesis es que la economía se sostiene con el sudor del trabajador. Significaría reconocer que la pobreza del pobre, se debe a la riqueza del rico; el origen de la riqueza es la expropiación ilegítima e injusta del rico por sobre el trabajo del pobre. ¿Cuánto necesitamos trabajar para vivir?¿A cuánto trabajo equivale lo que uno trabaja? ¿No será que trabajamos mucho, y que en realidad no somos flojos, sino que esa es la excusa para legitimar el sistema de explotación? Entonces Tartufo, el personaje de Moliere, dice: pero son los empresarios los que crean el empleo, si mejoramos las condiciones laborales puede haber una fuga de capitales.
Entonces, como choros que somos, debemos preguntarnos ¿Se irían los capitales de Chile, si subiendo a miserables 320 mil pesos el sueldo mínimo, tuvieran de igual forma ganancias siderales?¿No será qué se asustan, porque como dijo el ministro de Hacienda, siempre tiramos el tejo pasa´o, y que suban el sueldo mínimo, puede posibilitar la reactivación del mundo sindical?¿No será que después los trabajadores se pueden dar cuenta del embrollo y que cuando suceda esto la mafia teme -como dijo Moreira por las movilizaciones estudiantiles y su forma de hacer política- no ser necesaria para el pueblo chileno?¿La irresponsabilidad de estas propuestas, como señalan personeros de gobierno, no será una irresponsabilidad para/con el sistema?
¿Nos tenemos que volver anti sistémicos, anticapitalistas para que suban el sueldo mínimo?
Por supuesto.
¿Cómo ser anticapitalistas? Con otra CUT. Con muchas CUT. Con ninguna.
El problema no es la CUT, sino que el sujeto trabajador que se organiza. Hay que recrearlo, apoyarlo, hacerlo público, solidarizarlo. Levantar al choro alza´o.
A tomar el cielo por asalto.