El siguiente artículo recoge la experiencia organizativa de los vecinos de Polvorín en Lota, Higueras en Talcahuano y de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, en Lebu. Pretende sistematizar la experiencia vivida por las organizaciones sociales de base durante el terremoto y maremoto del 27 de febrero, además de la evaluación que las organizaciones realizan de la emergencia: el fracaso del Estado Centralista- Autoritario y la necesaria refundación sobre bases participativas democráticas, descentralizadas, donde cobren protagonismo la ciudadanía y sus organizaciones naturales.
La experiencia Lotina: la necesidad de aprovechar lo que surgió mantenerlo y profundizarlo
Las autoridades del gobierno regional y central han hecho reconocimientos a la gestión del municipio lotino tras el terremoto, tanto en la entrega de ayudas como en la construcción de mediaguas. Según los dirigentes vecinales de la comuna, esto se debería al papel que jugaron estas organizaciones desde los primeros días de la tragedia:“En Lota se saltó todo el mecanismo burocrático de las evaluaciones de asistentes sociales, las JJ.VV y otras organizaciones comunitarias hicieron el levantamientos de los problemas en terreno e inmediatamente se inició a organizar la ayuda” nos señala Moisés Reyes dirigente de la Junta de Vecinos (JJ.VV.) N°4 de Polvorín II en Lota Alto. El mismo día domingo 28, a un día del terremoto, ya estábamos reunidos los dirigentes vecinales con el municipio no señala Moisés.
Cuando el Estado central no existía en Lota, ya comenzaba el reparto de alimentos a las ollas comunes montadas en los espacios públicos donde buscaron refugios los vecinos, esto es el lunes 29, ese mismo día los vecinos de Polvorín II montaban una enfermería de emergencia en la multicancha del sector.
“Este mecanismo en el cual las JJ.VV. Han tenido participación ha continuado, las ayudas hoy llegadas desde el gobierno central y otras instancias, son distribuidas en consulta con las junta de vecinos” nos comenta Moisés Reyes, sin embargo agrega: “esta buena disposición del municipio choca con la institucionalidad del Estado. Los municipios son instancias sub valoradas, sin mayor presupuesto ni poder”. Esto quedó reflejado en la construcción de viviendas en las cuales el municipio se involucró, de hecho las viviendas confeccionadas en Lota superaban con creces en calidad a las de un techo para Chile y el gobierno, tienen puertas con chapa, ventanas de aluminio, forro interior, un zinc de mayor grosor. Sin embargo la escasez de materiales y el alza de sus valores entorpeció el proceso para este municipio, que cuenta con muy pocos recursos, lo que obligo a suspender el proyecto, actualmente solo construyen “Un Techo para Chile” y el Gobierno, para desgracia de los afectados.
Lota al igual que Talcahuano han sufrido la discriminación del gobierno central en la entrega de ayudas, ejemplo de aquello es que cuando concepción completó más de mil mediaguas en Talcahuano no llegaban a las 600, cuando en ese puerto son mucho más las viviendas afectadas, otro ejemplo de ello ha sido la ayuda para reparar viviendas dañadas. Penco con municipio de derecha pero con menos casas afectadas que Lota, recibió 80 millones de pesos, la comuna minera tan sólo 37, de más esta decir que el dinero es insuficiente para ambas, pero la iniquidad se deja sentir.
El terremoto remeció a las organizaciones vecinales, en muchos lugares ellas existían tan solo en el papel y en algunos lugares ni siquiera en eso, pero rápidamente en diversas poblaciones se comenzaron a reorganizar algunas JJ.VV. Aprovecharon el impulso y fortalecieron su organización, ampliando la participación de los vecinos a través de comités o cuerpos de delegados, las asambleas se hicieron masivas y reiteradas, lo que terminó con el personalismo que caracterizaba muchas unidades vecinales.
“estamos prisioneros del gobierno central, de una institucionalidad centralista y antidemocrática” nos comenta Moisés, quien cree que a pesar de ello, al interior de la comuna lotina: “debiera buscar las formas de potenciar aún más las juntas de vecinos”. Y agrega: “lamentablemente no tenemos la capacidad organizativa para enfrentar al gobierno central, por esto es que el mantiene una actitud de obsecuencia, pues no tiene el apoyo suficiente en la base social para enfrentarlo”.
En Talcahuano
La Junta Vecinal de Higueras ha tenido un desarrollo en participación y organización muy importante a partir del terremoto, una organización que no se veía desde la época en que fue creada la población por la CORVI (Corporación de la vivienda) el año 1960: “Fue precisamente el terremoto de mayo del 60 el que llevó a la CORVI a apurar las entregas de las viviendas, como quedaron una serie de obras sin realizar, fundamentalmente en plazas, jardines y aceras, fueron los propios pobladores los que se organizaron para efectuar la tarea” nos señala Paulo Fabres presidente de la JJ.VV. N°26, retomamos la misma organización con que se dotaron los vecinos en ese momento”. A continuación reproducimos sus impresiones:
Sin embargo, este terremoto fue peor, no por la intensidad del sismo sino por la magnitud de la inoperancia de las autoridades “la cadena de negligencias fue brutal, nos afirma Fabres, son tan mulas que ya a tres meses, sigue primando el afán de lucro, lo que impide dar respuestas concretas potentes y eficientes al tremendo drama humano que hoy se vive en Talcahuano.
Los dirigentes vecinales debimos superar nuestros propios miedos, dejar a nuestra familias en segundo plano, y asumir la tarea de organizar en medio del desastre total, cuando no había ninguna autoridad ni institución funcionando, nosotros nos datamos de un comité de emergencia para dar respuestas a las necesidades más urgentes, en momentos que arreciaban las réplicas, no existía ningún suministros básico, tampoco las comunicaciones, tratando de tranquilizar a los vecinos frente a la psicosis masiva sembrada desde La Radio por diversos políticos inescrupulosos.
El mismo tema de seguridad nos obligo a generar redes de comunicación y reuniones permanentes de delegados por calle y block, era fundamental controlar la ola de rumores antes de que se desatara una tragedia. La medida inmediata fue catastrar la necesidad de las 750 familias del sector, cuando el municipio llegó con todos sus temores, intemperancias y prejuicios, los dirigentes vecinales les dijimos que nos pasaran la ayuda, en menos de 3 horas 750 bolsas de ayuda fueron distribuidas sin ningún problema, a diferencia de otras poblaciones de la comuna, donde el reparto fue un verdadero caos y trajo más de algún problema.
Posteriormente se instaló en la sede una brigada popular de salud, la cual funcionó por 14 días atendiendo vecinos del sector y poblaciones aledañas.
El trabajo de la JJVV no concluyó allí, una vez superada la emergencia, se abocó a la lucha por la reposición de los servicios básicos, el día 30 de marzo 400 vecinos de Higueras marcharon exigiendo a ESSBIO la reposición del agua potable, las empresas de servicios básicos privatizadas no reponían servicios, sin embargo ya habían comenzado los cobros.
Hoy el nivel de participación ha disminuido, pero se mantienen los 5 comités funcionando con su cuerpo de delegados por calle o block.
Lebu: Los vecinos encabezan la defensa de su ciudad
Tras el terremoto del 27/F, el embarcadero natural del río Lebu desapareció y con ello el abrigo para las embarcaciones pesqueras, las cuales, una vez desvaradas, debieron emigrar de la ciudad capital de la provincia de Arauco. De las 200 naves que componen la flota pesquera de Lebu, sólo quedan 50 y debido únicamente a que están dañadas y no pueden zarpar.
Actualmente, 15 mil de los 25 mil habitantes de la ciudad, dependen económicamente de la actividad pesquera. Esta es la única actividad productiva de la comuna tras el cierre de las minas de carbón, el resto de los habitantes son funcionarios públicos o municipales, pensionados de las minas o trabajadores de programas de emergencia.
Como muchas comunas de la Región, el terremoto sólo vino a acelerar procesos que ya se estaban desarrollando. Para enfrentar esto, es que las organizaciones sociales, sindicales y vecinales de la comuna han levantado un comité de Defensa de Lebu, el cual elaboró una propuesta que fue entregada hoy a las autoridades.
“Desde el primer día, durante la evacuación de la ciudad, las juntas de vecinos cumplieron un papel fundamental en las tareas de la emergencia, lo continuaron jugando durante la entrega de las ayudas” nos señala Héctor Jaramillo presidente de la Unión Comunal de JJ.VV. De Lebu.
“Posteriormente fuimos los dirigentes vecinales, los que confrontamos la ineficiente empresa privada, organizando una protesta el día 8 de abril en la ciudad, demandando la reposición inmediata del servicio de agua potable por parte de Essbio y por otra parte, denunciando cobros abusivos e injustificados” agrega Jaramillo, quien nos comenta que dicha manifestación rindió sus frutos, ya que Essbio eliminó el cobro por tratamiento de aguas servidas, mientras no se repare el emisario submarino en la comuna.
Posteriormente y tras palpar la lentitud e indolencia con que las autoridades enfrentaban los dramáticos problemas que enfrentaba la comuna, la Unión Comunal de JJ.VV lideró la creación del “Comité de Defensa y desarrollo de Lebu”, el cual elaboró una serie de demandas que abarcan desde los derechos sociales como Salud. Educación y Vivienda, hasta el tema central hoy en la comuna, que es la cuestión productiva.
Así, en educación los vecinos de Lebu han visto este año la deserción de más de 500 estudiantes, además de una disminución de la asistencia de un 96% del año 2009 a un 84% en lo que va del 2010, sabiendo que la asistencia determina los dineros que el gobierno entrega por concepto de subvención. El comité exige que el Gobierno central comprometa recursos por concepto de matrícula, como lo hace con los colegios de las corporaciones privadas y no por asistencia.
En Salud exigen que el hospital pase de baja a alta complejidad, lo que implica la contratación de especialistas y profesionales, además de la inversiones en infraestructura, demandan además un Sesfam (servicio de salud familiar) en Lebu Norte.
Con respecto a vivienda denuncian que en Lebu, tras el terremoto, se dañaron cerca de 2 mil viviendas, la mayor parte de ellas en poblaciones recientemente entregadas como Población Enrique Weiss y Salvador Allende.
En cuanto al tema productivo, demanda la conclusión de la pavimentación de la ruta P-40 entre Arauco y Lebu, además de la inversión por parte del Estado en la construcción de un puerto pesquero.
Jaramillo agregó: “hoy requerimos por parte de las autoridades municipales y parlamentarias la misma voluntad y motivación que cuando están en campaña, lamentablemente no ha sido así, por eso las organizaciones vecinales hemos debido tomar el protagonismo que los hechos ameritan” concluyó el presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Lebu.