Este 21 de diciembre se celebraron unas extrañas elecciones al parlamento de Cataluña, pues fueron adelantadas y convocadas por el gobierno central, dirigido por el derechista Partido Popular. El jefe de gobierno -Mariano Rajoy- mediante la aplicación del Artículo 155 de la constitución española, ha realizado esta intervención como respuesta a la declaración de república independiente por parte del gobierno catalán el pasado 27 de octubre. Luego de ese acto soberano, el ejecutivo hispano destituyó la Generalitat, tomando presos políticos y persiguiendo a los principales líderes del flanco independentista. Ya el 1 de octubre, día de votación de referéndum, se produjeron sendas violaciones a los derechos políticos y humanos, cuando las fuerzas represivas del Estado golpearon a los votantes e intentaron impedir los sufragios.
Las expectativas por esta cita electoral fueron muy altas, ello se demuestra en la alta participación, en un país con voto voluntario, el que se juegue tanto en la política y el futuro del país, ha hecho que cerca del 82% del padrón electoral haya asistido a votar, una cifra récord para la historia del Estado español.
El proceso ha dado por ganador al bloque independentista. En cuanto a partidos, al centroizquierdista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), y a Junts per Catalunya, de centroderecha, actual partido del autoexiliado Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat destituida quedan empatadas, y hace que el bando independentista se potencie en sus demandas y exija que se liberen a los presos políticos y se reconozca el derecho a la autodeterminación del pueblo catalán. La Candidatura de Unitat Popular (CUP), de izquierda radical, logran mantener su presencia en el parlament, aunque bajando su nivel de votación, frente a las amenazas y la polarización, el electorado soberanista prefirió refugiarse en los partidos tradicionales.
En el bloque unionista la sorpresa ha sido monumental por dos bandas, primero la gran subida del neo fascista Ciutadans (C’s) quien desplaza completamente a un casi muerto Partido Popular (PP) quien ha obtenido los peores resultados de su historia en Cataluña. C’s se colocado como el partido más votado, relegando al Partido Socialista de Cataluña (PSC), filial del PSOE, al segundo lugar aunque aguantando los resultados. Con esto, se dibuja un efecto inesperado y que puede proyectar problemas para Rajoy, pues las derechas del Estado pueden verse tentadas a “modernizarse” y dejar su histórico voto popular por el del ultra derechista ciudadano.
En un ámbito aparte, la franquicia local de Podemos, Catalunya En Comú-Podem, tienen una importante baja, perdiendo en votos y bajando de 11 a 8 diputados, esto dado a su ambigüedad en torno al problema central que convoca a esta elección, la independencia o no de Cataluña.
En síntesis, nada cambia mucho, simplemente ha habido traspaso de votos entre bloques. A partir de mañana el debate político catalán vuelve a foja cero, complejizando el panorama, y en eso, ni el Estado español ni la Unión Europea dan señas de colaborar en la solución.