Este domingo 10 de abril de 2016 serán las elecciones en el Perú. En las encuestas va primera, como en veces anteriores, Keiko Fujimori, la hija del dictador de los 90. Sabemos que perderá en la segunda vuelta, el antifujimorismo es más fuerte que ella. Pero igual es tan vergonzoso como si el hijo de Pinochet fuera candidato con fuerza en Chile. La comparación no es gratuita. No sólo fueron dictaduras corruptas y criminales. Fujimori le copió la plana a Pinochet 20 años después: AFP, Universidades de lucro, nueva Constitución. La Constitución de Fujimori es peor. En el Perú sería imposible que el Estado invierta en el cobre por ejemplo.
Lo cierto es que la Constitución de Fujimori ha sido naturalizada. En tres elecciones ganó quien proponía cambiarla. Toledo fue el que encabezó la marcha que trajo abajo la dictadura pero mantuvo la Constitución. El 2006 los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta ofrecían cambiarla y uno tras otro han gobernado y la han mantenido. Por su parte Keiko aparenta haberse distanciado de su padre, le critica el autogolpe y se ha alejado de los congresistas más representativos de esos tiempos. Es la única que ha hecho actividades entre los sectores populares durante cinco años continuos. Además estos sectores recuerdan que fue en el gobierno de su padre que se abrieron colegios y postas médicas.
Pero ni el campo ni la ciudad son los mismos que hace 10 años. En estos tiempos los campesinos de Cajamarca al norte y Arequipa al sur han impedido que empresas mineras les quiten sus tierras. En la ciudad se ha impedido que se imponga el Servicio Militar Obligatorio, la inscripción forzosa de los trabajadores independientes a las AFP, la ley de empleo joven. Las movilizaciones contra esta última han creado organización popular, Las Zonas, que dividen la capital en 14 zonas, articuladas entre ellas. Desde Las Zonas se han impulsado, en pleno proceso electoral, seis marchas contra el TPP en coordinación con Chile y Argentina. Algo inédito: el tema electoral pasó para muchos a segundo plano.
La izquierda también se ha renovado. Nuevos rostros, nuevos discursos. Es una izquierda que apoya las luchas y se apoya en ellas. Pero que no las organiza. Está más ligada a la institucionalidad estatal. Y sin embargo el cambio en la sociedad la ha fortalecido. Veronika Mendoza tiene todas las posibilidades de pasar a segunda vuelta. Y, si recordamos que Keiko Fujimori tiene demasiado antivoto, posibilidades incluso de ganar la presidencia. Para evitarlo ya comenzó una guerra sucia que la acusa desde chavista hasta terrorista. Nada está dicho.
Parece que el Perú se tarda un poco en los procesos con respecto al resto de América. La dictadura de Fujimori se dio 20 años después de la de Pinochet. Veronika llegará una década después de Chávez, Evo, Lula o Bachelet ¿A quién de ellos se parecerá? Yo creo que no es una pregunta que pueda responder ella sola. Que depende de cómo sigan las movilizaciones sociales. Tenemos un movimiento sin partido (Las Zonas) y un partido sin movimiento (el Frente Amplio). Quizá sea hora de que confluyan fuerzas.
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