Elecciones en Perú: ¿Quién está fumando huevón?

Por Julio Rocha Se va el verano Limeño, pero se acaba la campaña electoral. No hay mal que por bien no venga y finalmente este domingo 11 de abril, el Perú definirá quienes gobernarán, con un poco de suerte, por los próximos 5 años. Tres elecciones a la vista y una certeza. Un mar de candidatos y siglas que no se entenderían ni en la izquierda universitaria chilena, aseguran un escenario que nadie que se jacte de su inteligencia puede predecir. Pero ¿Qué se elige en el Perú este domingo? En resumen, congresistas, representantes a la comunidad andina y lo más relevante, el Ejecutivo. La cuestión que por ahora queda clara es que quien gobierne lo tendrá complicado, sobre todo porque tendrá que lidiar con una fragmentación política que hará difícil la gestión de un mandato que tendrá que desplegar cuestiones tan importantes como la vacunación masiva de la población, la recuperación económica al mismo tiempo que intenta desarrollar su programa político. Te puede interesar: Bolsonaro hunde a Brasil y a Sudamérica completa en segunda ola de Covid-19 Tres elecciones, la certeza: segunda vuelta. Los 18 candidatos a Palacio Pizarro aseguran el balotaje del 6 de junio.  Es más, a horas de la elección, seis candidatos se apelotonan en cabeza sin que ninguno supere el 13% de intención de voto.  No importa que encuesta mires, en todas hay 5 o 6 candidatos en menos de 5 puntos porcentuales. Empate técnico. Pero echemos una miradita más profunda a cómo está la cosa.  De acuerdo con el diario La República, Hernando de Soto y Keiko Fujimori (sí, otra vez) lideran la intención de voto, ambos con 9.8%. Le siguen Rafael López Aliaga con 8.4%, Yonhy Lescano, 8.2% y Verónica Mendoza, 7.3%. Cerrando el grupo, George Forsyth, exfutbolista, outsider y antichavista figura séptimo, con un 5.7% según la estimación mencionada. Ahora bien, lo relevante en términos políticos de este escenario, más allá de lo incierto del mismo, es la configuración política-partidaria de quienes pretender gobernar un país que en los últimos cuatro años ha tenido cuatro presidentes.  Cinco sí contamos a la autoproclamada Mercedes Araos. Es más que evidente que el escenario político ha mutado, ya veremos si para bien o para mal, pero lo que queda claro es que durante este proceso de reconfiguración política los partidos tradicionales han quedado reducidos a su mínima expresión.  Es un hecho que ya no tienen relevancia electoral en medio de un mar de siglas creadas ad hoc para candidatos del momento que abrazan a determinados líderes, estimulados por grupos de intereses diversos. Lo que vemos son agrupaciones sin bases, sin militancia, sin ideario o aparato político. En definitiva, lo poco de política institucionalizada peruana se ha pulverizado en los últimos años y personajes totalmente improvisados han terminado siendo los protagonistas. Ni siquiera Keiko Fujimori, quien contaba con una estructura potente hace cinco años, ha podido mantener su maquinaria política de aquel entonces. A pie de calle, como dicen lo periodistas siúticos, la expectación se palpita y la cosa está movida.  Para muestra un botón, caminaba estos días por el bello Jesús María luego de comprar pancitos para la once - sí, vivo en Lima, pero en mi casa se toma once - y por la ventana de un distrito acomodado gritan “vota por Verónica Mendoza”, inmediatamente desde el otro lado Gritan “terruca” (que vendría a ser un diminutivo de terrorista). Así esta la cosa, a 20 años de los últimos atentados de Sendero Luminoso la herida sigue abierta y eso se nota en el discurso de Mendoza, que, aunque le llamen terruca, es de un socialismo más cercano al de Ricardo Lagos. Lo que veremos hoy en el Perú es, principalmente, un país intentando recobrar la estabilidad institucional que perdió hace cinco años, en medio de una pandemia brutal que se estima ha dejado 150.000 muertos además de un sinfín de dificultades por delante, la verdad es que no estaría mal tener un solo presidente o presidenta en el próximo lustro.   *Imagen: Getty Image | Obtenido de BBC
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