La población Aurora de Chile, ubicada en el histórico sector de la costanera de Concepción, sector ocupado por pobladores hace más de 100 años, se encuentra en un nuevo proceso de organización derivado de las recientes elecciones de junta de vecinos y la presión que sigue ejerciendo el gobierno y los grupos inmobiliarios.
Como se sabe, los terrenos en que se encuentra la población Aurora de Chile, y el resto de la costanera, están siendo el territorio de disputa entre diferentes poderes económicos. Las tierras del sector suben su plusvalía cada día que pasa debido a los proyectos que se han ejecutado en la zona y los que se pretenden concretar en el futuro. La amenaza del puente bicentenario que pretende pasar por sobre la población, la ampliación del Parque Ecuador que busca expandirse hacia la población Pedro de Valdivia Bajo (también en la costanera), así como la futura construcción del Teatro Regional, amenazan con erradicar a los históricos vecinos bajo el pretexto de transformar esta zona en un lugar turístico y comercial que “recupere la bahía del río Bio-Bio”. Esta “recuperación” de la que hablan autoridades, arquitectos, urbanistas y empresarios obviamente necesita de la expulsión de sus habitantes originarios, para así dejar “limpio” el sector, es decir sin obstáculos que dificulten el desarrollo urbanístico, comercial y turístico que las autoridades buscan impulsar en la zona.
La población Aurora de Chile constituye el próximo sector de la costanera que pretende ser “recuperado” por los intereses de los grupos económicos inmobiliarios. Otras poblaciones ya han sido desplazadas, como por ejemplo “La Pera”, lugar en donde hoy se emplaza el Mall Mirador Bio-Bio. Sin embargo, los grupos económicos que ansían este sector se han enfrentado a un lento pero sostenido proceso de politización de los vecinos que se han negado a abandonar sus terrenos. Muchos pobladores no cuentan con títulos de dominio legales para hacer valer su permanencia, a pesar de que muchas familias han sido nacidas y criadas en el sector. Sin embargo, su presencia histórica en el sector, argumentan los vecinos, los validaría para exigir su derecho a permanecer en estas tierras.
La junta de vecinos de la población que estuvo vigente hasta octubre del presente año se caracterizó por tener un discurso no confrontacional con las autoridades y estar conformada por algunos vecinos que no eran parte de los habitantes históricos del lugar. No obstante, la actual directiva, elegida en el mes de octubre de 2014, y que lleva solo semanas en el cargo, está conformada por pobladores “nacidos y criados” en el sector, es decir, hijos de los colonos originales de la población. Esta condición hace patente el espíritu de pertenencia de la nueva junta de vecinos con la historia de esta población. La nueva junta de vecinos, la cual ha adoptado una actitud más crítica con el proceso de hostigamiento del gobierno que busca desplazar a los vecinos, así como el fortalecimiento de organizaciones como el movimiento cultural pro raíces Aurora de Chile, el cual se ha opuesto públicamente a cualquier proceso de erradicación, configuran un nuevo escenario en la población, el cual augura que los intereses de inmobiliarias y políticos podrían verse con nuevos problemas.
Frente a esta situación, el municipio penquista y el gobierno no han dudado en cambiar su estrategia que había sido hasta el momento reticente a dialogar con los vecinos. De esta manera las autoridades, en las últimas semanas, han pretendido instalar procesos de diálogo con las agrupaciones del sector. En un hecho inédito, el propio alcalde de Concepción, Alvaro Ortiz, visitó la Aurora de Chile el día Viernes 7 de Noviembre junto a una comitiva que se reunió con la nueva directiva de la población. La reunión acabó sin acuerdos relevantes, pero prefigura un futuro en donde los encuentros entre pobladores y autoridades se harán más habituales. Esto por una razón sencilla: una parte los pobladores están asumiendo posiciones más críticas, y por otra el gobierno busca acelerar los acuerdos antes de que el conflicto pueda agudizarse.
Los próximos meses serán fundamentales para ver si la organización de la población, así como su junta de vecinos pueden generar un plan de resistencia a la erradicación. Por otra parte, aún está por verse cuáles serán los efectos de la política del gobierno la cual está “abriendo puertas al dialogo”, pero también, al asistencialismo tan propio de los gobiernos de la concertación. Solo el tiempo nos dirá en qué termina este conflicto que tiene a pobladores, gobierno y empresarios inmobiliarios enfrentados por el derecho a usar la tierra en el centro mismo de la ciudad de Concepción.
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