Duros cuestionamientos ha causado la decisión de Elon Musk de cerrar el acceso a datos de Twitter que permitirían, entre otras cosas, reconocer las cuentas bots o las coordinaciones de grupos en la plataforma para imponer un tema, perjudicando así la observación y rastreo de fake news y campañas de manipulación, dejando esta información a quienes estén dispuestos a pagar de 100 a 5.000 dólares mensuales.
Por Alejandro Baeza
El pasado sábado se produjo un polémico cambio en las políticas de Twitter cuando su dueño, Elon Musk, cerró el "acceso académico" a datos internos (API). Entre otras cosas, esta herramienta permitía a investigadores independientes, cuentas de chequeo, organizaciones de diverso tipo e incluso a universidades u organismos públicos acceder a esta información para analizarla en busca de bots o campañas de manipulación organizada. Esta medida fue aplicada de un momento a otro sin ningún tipo de aviso, dejando cientos de proyectos de transparencia y análisis de datos y de discurso público suspendidas.
Con esta nuevas condiciones, se exige a quienes quieran acceder a esta información el pago de 100 dólares por la descarga de 10.000 tuits mensuales (cantidad insuficiente para hacer investigaciones) o 5.000 dólares mensuales por un millón de tuits.
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El ahora propietario de la segunda fortuna más grande del planeta ya había amenazado con aplicar esta medida durante los últimos meses, esto producto de su estrategia para intentar aumentar las utilidades de la empresa y así poner nuevamente a la red social a cotizar en la bolsa de valores.
Twitter es una red social con una cantidad de usuarios y usuarias considerablemente pequeña en comparación a otras como Instagram, Facebook o TikTok, no obstante, es la que concentra buena parte de la agenda mediática y donde se imponen pautas al periodismo político, por lo que es el espacio que utilizan quienes orquestan campañas de desinformación para ensayar estrategias de manipulación.
Por ello cuando en febrero Musk anunció que estaba estudiando aplicar la medida que finalmente comenzó a regir este sábado, el representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, advirtió “Esto supondría un grave retroceso respecto a los compromisos iniciales. Necesitamos más transparencia, no menos. Pido a Twitter -y a su propietario- que garanticen el cumplimiento de todas las obligaciones que han asumido” según consignó el medio español diario.es.
Al consultarle a Twitter sobre esta medida a su correo de prensa, como viene ocurriendo los últimos meses, genera como respuesta automática el emoji “💩”, esto desde el que el multimillonario decidiera despedir a todo el departamento de comunicación de la empresa.