Empresas contaminan poblaciones. Pagando con la salud el progreso

En Salud

Solo hace cerca de una década que la problemática medioambiental ha penetrado la opinión pública. A diferencia de la preocupación, más bien superficial por la naturaleza, nuestra preocupación por el medioambiente viene dada por como las megaempresas contaminantes agobian a la población, dejándola asolada de enfermedades. Hoy, la preocupación por el medioambiente es una preocupación por la sociedad. Talcahuano, Hualpén y Coronel son paradigmáticos en nuestro territorio: décadas de contaminación en poblaciones pobres, zonas de sacrificio como definen actualmente a los territorios donde el capital devora a los pueblos. 

Población Libertad, las gris joya del puerto. 

El problema de la contaminación emanada de Huachipato hacia Talcahuano, y específicamente hacia la Población Libertad, es una historia que tiene alrededor de 60 años, cuando ambas  se emplazan. “Nosotros nos organizamos para dar esta lucha el año 2007. Ese año formamos la junta de vecinos y de ahí para delante hemos seguido con esta lucha contínua que pensamos seguir hasta que veamos resultados concretos y favorables para los vecinos” relata Ruth Romero, de la JJVV Libertad norte, paradigmática a la hora de luchar contra la contaminación en el sector.

El establecer una relación directa entre las emanaciones contaminantes de las empresas y las enfermedades desarrolladas por las poblaciones aledañas es compleja, en la medida que existe una consumada complicidad entre los gobiernos de turno, municipios y empresas contaminantes. Por eso, las denuncias de los vecinos no han sido fáciles de comprobar. Al preguntar cómo ellos notaron que la contaminación de la industria era dañina, Ruth nos señala  que se dieron cuenta “porque había muchas personas con enfermedades respiratorias y cáncer. Además, yo coloco unos  imanes en la ventana de la casa para colgar los adornos de navidad. Un año se me quedó el imán afuera y cuando fui al otro año para poner los adornos este parecía una pelota , estaba cubierto de partículas metálicas, la pelota era del porte de mi mano.” La inquietud de la vecina no quedó ahí  y decidió hacer pequeños experimentos para ver si tenía resultados similares. Situó sobre el techo, un trozo de tela de polar blanco por tres semanas. Cuando lo extrajo “estaba completamente negro y tú le pasabas el dedo y notabas que era como una tinta. Ahí  me di cuenta que estábamos respirando algo mortal” 

Hay estadísticas relacionadas con la salud y con la contaminación del lugar que las autoridades pertinentes conocen. Sin embargo, no se ha hecho nada. “Nuestra percepción -Agrega Ruth- es que las autoridades se están enfrentando a empresas muy grandes y poderosas. Yo creo que aquí, y estamos seguros que es así, se está  primando la empresa, el capital por sobre las personas y el medioambiente”  Muestra del desinterés de las autoridades de gobierno de las problemática de los vecinos, es que ellos mismos están realizando un catastro de enfermedades de la población que el Seremi de Salud Boris Oportus les pidió, en vez de ejecutarlo y financiarlo a través del Ministerio de Salud. Los vecinos, sin ignorar este desinterés que entienden como una especie de traba a sus denuncias, terminarán de recopilar la información en marzo y ahí exigirán el financiamiento del estudio de la contaminación de la población que utilizarán para exigir solución a sus severos problemas de salud. 

El problema fundamental de la contaminación de Huachipato, es que se produce en mayor embergadura en la producción. Es por ello que a lo poco que se invierte en plantaciones, cuidados de lagunas y educación ambiental a la población, se le debe sumar grandes inversiones en tecnologías de tratamiento de residuos. Ejemplos de empresas acereras que contaminan significativamente mucho menos que CAP, producen más y son de mayor tamaño, hay en todo el mundo.

Pero la empresa señala que ellos llegaron primero que la población al lugar. Como si el territorio les perteneciera y tuviesen derecho a contaminarlo. 

El Triángulo en Hualpén, inhalando las “episodios de malos olores”  de Enap. 

El lunes 11 de febrero fue la última denuncia declarada a los medios de comunicación por los vecinos de El Triángulo de la comuna de Hualpén, la población está ubicada frente al Complejo Petroquímico de ENAP, Petroquim, y Petropower. Tiene una población aproximada de 500 habitantes, siendo mayoritariamente de adultos mayores y se encuentran en la misma situación que los vecinos de la población Libertad; saben que sus crónicas enfermedades se relacionan con la contaminación de la empresa, pero no cuentan con los estudios ni el interés de las autoridades de gobierno para confrontar a la empresa.

En su caso, el malestar se arrastra desde el emplazamiento de ENAP, hace 40 años. 

Patricio Pantoja, presidente de la junta de vecinos de El Triángulo relató a Resumen que es "una población expuesta a altos niveles de contaminación por material particulado, por gases, por ruidos, también por contaminación lumínica... La población está acostumbrada a todos estos episodios ambientales, sin embargo, igual con un grado de molestia por los constantes olores, caída de material particulado, polvo negro, etc... Este año, por ejemplo, cayó  otro tipo de material producto de una falla de la empresa que dejó  a la población prácticamente blanca”. 

Al igual que en el caso de Talcahuano, Enap realiza mesas tripartitas con los vecinos, donde son frecuentes los compromisos de adquirir nuevas tecnologías para el tratamiento de residuos pretroquímicos. Tan frecuentes como sus publicidades de limpieza de imagen en los distintos medios de comunicación, donde señalan que su producción es “amigable con el medioambiente”, tras los “episodios de malos olores”. 

“Nosotros hemos considerado una práctica errónea o una mala política habitacional del Estado, el instalar asentamientos humanos a setenta metros de una empresa peligrosa, situación que consideramos es definitivamente culpable el Estado, ellos nos instalaron ahí” concluye Patricio. 

Coronel, el residuo de la producción energética. 

Bocamina II de Endesa y Santa María de Colbún son las nuevas termoeléctricas que se emplazaron en Coronel. Hoy, el empresariado, junto con el gobierno no defienden la idea de quien llegó  primero, como defendían empresarios en la Población Libertad en Talcahuano, sino la necesidad incuestionable de producción energética a bajo costo. En este discurso repetitivo y mediático manipulador, las poblaciones que respiran los residuos de las termoeléctricas desaparecen de los discursos. Y sus pieles, ojos y pulmones son quienes pagan la economía de la producción energética a bajo costo. 

Colbún a través de su proyecto termoeléctrico Santa María, destruyó un terreno de alto valor ecológico para la comuna, interviniendo el estero el Manco, además del impacto que causa a la flora y fauna marina en la bahía de Coronel. Por lo demás, esta termoeléctrica es un serio peligro no solo para la actividad económica de pescadores, buzos mariscadores y recolectoras de algas, sino además para la propia salud de los vecinos de la comuna, ya que se encuentra ubicada a algo más de 500 metros del Hospital de Coronel. Hoy sus entradas están copadas por un campamento de algueras que decidió tomárselas, pues exigen indemnizaciones de la empresa a quien acusan de acabar con la flora y fauna del borde marino, al depositar agua al mar a una mayor temperatura. 

Bocamina es sinónimo de sufrimiento para los vecinos del cerro la Colonia de Coronel. Las 2 plantas energéticas han desvalorizado sus terrenos, destruido sus casas, empantanado su salud y por ello, afectado su calidad de vida de una manera irreversible. Los vecinos generaron un revuelo nacional enterrándose en las cenizas que deja Endesa, mostrando al país la total inconsciencia de esta empresa. Pobladores de Capitán Cabrejo y Aroldo Figueroa participaron en una movilización enorme en la cual exigieron una indemnización y erradicación. 

Las tres termoeléctricas se conjugan con pesqueras, cementeras, chipiadoras que en los últimos años han obligado a la población a huir de Coronel y han destruido y privatizado el sector costero, fuente por siglos, del sustento de los coronelinos. 

La protección de la salud de la población está profundamente afectada por la colusión entre autoridades de gobierno y empresarios. De hecho, son las poblaciones afectadas quienes han tomado en sus manos la defensa del derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación y han colocado en la opinión pública la problemática. Es más, en el freno a las termoeléctricas, a Hidroaysén y la planta de Agrosuper en Freirina , los habitantes  fueron determinantes a la hora de paralizar los proyectos. Por ello es fundamental la organización de los afectados bajo un proyecto común, fuera de los tutelajes políticos y económicos de la casta política y empresarial.

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