Un emotivo ¡hasta siempre! tributó un grupo de integrantes del Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo, durante el funeral de Elena Sáez viuda de Acevedo, realizado este lunes en Coronel. Hubo palabras para recordar su ejemplo de compromiso, de solidaridad, de valentía, como mujer de pueblo, luchadora y consecuente.
El lienzo se desplegó rápido. Sobre el fondo negro, pintada en letras blancas, la frase: “Señora Elena ¡Hasta Siempre!” , luego la letanía: “Hoy 12 de enero de 2015 estamos aquí para despedir a Elena Sáez en su viaje de partida, te acompañamos señora Elena. Te acompañamos amiga, hermana, madre y compañera. Señora Elena, hasta siempre..” Fue la forma cómo integrantes del que fuera Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo, despidieron a Elena Sáez Retamal, viuda de Sebastián Acevedo, durante su funeral realizado este lunes en Coronel.
Desde el sábado, cuando falleciera, hasta la mañana de este lunes, su cuerpo fue velado en la que fuera su casa de toda la vida, en la población La Central, en el pasaje 1 oriente. Luego y previo a su entierro, se ofició una misa en la Parroquia de Villa Mora, hasta donde llegaron sus familiares, amigos y vecinos, además de representantes de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y del Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo.
Terminado el oficio religioso, el cortejo se dirigió hasta el cementerio local, donde se realizaron sus funerales. Fue una de sus hijas, María Candelaria, quien junto con agradecer a quienes acompañaron a la familia en estemomento, ofreció la palabra a quienes quisieran despedirse de su madre.
Uno de los que habló fue el seremi de Obras Públicas, René Carvajal, quien primero lo hizo en nombre del gobierno regional, por especial encargo del intendente.
Pero también habló como amigo de Elena y se reconoció afortunado por haberla conocido.
“Tuve la oportunidad de conocerla personalmente, soy de aquellos afortunados que puede decir sinceramente que sintió el cariño y el amor de aquella madre, que me hizo sentir como uno más de su familia“, dijo Carvajal.
Habló uno de sus nietos y solo agradeció, lo que ella significó para él, y brindó un “hasta pronto viejita, te quiero mucho”.
En el cementerio, ante el ataúd de Elena, mientras una leve brisa atenuaba el fuerte sol reinante, se sucedían las palabras de respeto y admiración por esta mujer lotina, comunista, hija de su pueblo.
Es lo que destacó Víctor Tiznado, integrante del Comité Central del PC: “Cuando supimos de la muerte de la compañera Elena estábamos en la fiesta de los abrazos… La familia Acevedo Sáez, no es una familia cualquiera, tengo el honor y orgullo de haber conocido a una familia que entregó su vida en un momento político oscuro en nuestro país. Hablar de la familia Acevedo Sáez en Coronel es habar de terminar con la injusticia”.
Relató como Elena siempre habló las puertas de su casa a todo el mundo, especialmente en los momentos más duros de la dictadura. “Era la casa del partido, de los jóvenes.. Se va una compañera, una mujer especial, del pueblo, comunista y estamos orgullosos de que haya estado en nuestras filas…”
Vida intensa y solidaria
Elena Sáez no fue solo la viuda de Sebastián Acevedo. Fue una mujer de mirada suave, casi frágil, pero de una tremenda fortaleza, comprometida con los perseguidos, cariñosa, luchadora. A los ocho hijos que tuvo, producto de dos matrimonios, los quiso siempre por igual, sin distinciones. Su sueño era tener una gran casa para tener a toda su familia reunida: hijos, nietos, biznietos…
Fue lo que quiso destacar el Negro Pablo, yerno e hijo adoptivo de Elena, a quien cuando su mente ya transitaba por otros mundos, era el único al que siempre reconocía.
“Cuando alguien llegaba a su casa, siempre se esforzaba para atenderlo. Grandes o chicos. Más allá de su familia, y la del partido comunista, hubo otra familia de personas que siempre lucharon con nosotros: los Sebastianes, integrantes de movimiento contra la tortura, de los cuales hay muchos diseminados por el territorio, que nos acompañan acá, nos sentimos orgullosos de tenerlos acá. También las viejitas de los detenido desaparecidos que llegaban cada cumpleaños a compartir con ella, a contar historias y a reírse juntas…”.
La historia de Elena, que muchos ignoraban, iba apareciendo a medida que el Negro Pablo hablaba. Así fue posible saber que provenía de Lota, que su padre trabajó en la Enacar, que su familia siempre fue de izquierda y que durante el gobierno de Salvador Allende, integró las JAP. Y en Villa Mora, donde vivió gran parte de su vida, fue una de las fundadoras del Taller de Mujeres “Flores de Otoño”.
“Su vida ha sido intensa y solidaria como ella era. Su casa se convirtió en una olla común en dictadura, llegaba mucha gente a compartir un plato de comida cuando no había con qué parar la olla. El que llegaba a la casa sabia que iba a recibir su mano y su cariño, sin conocerlo a veces, compartiendo apenas unos minutos, lo abrazaba, le hacía cariño y preguntaba cuándo la iban a ir a ver de nuevo. La vida de Elena fue hermosa, sufrida sin duda, su esposo inmolado, sus hijos detenidos, la muerte de Nadia, qué mujer soporta eso, por eso la valentía y entereza con que enfrentó su vida porque ella nunca se doblegó. Todos nos debemos sentirnos orgullosos de haberla conocido, se va después de 31 años a juntarse con el amor de su vida, después de esta larga espera…”
Las palabras del Negro Pablo, sinceras y emotivas, fueron retribuidas con un espontáneo aplauso por parte de quienes acompañaban en el funeral. María Candelaria aprovechó de agradecer a los vecinos que cuidaban a su madre cuando ella y u hermana Erika, debían salir a realizar actividades en otros lugares.
Señora Elena ¡Hasta Siempre!
El tributo a Elena tuvo un momento especial, cuando integrantes de lo que fue el Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo, desplegaron un lienzo negro con la frase “Señora Elena ¡Hasta Siempre!”
Manuel Flores fue quien explicó el sentido de esta despedida, dirigiéndose a María Candelaria.
“El movimiento que tú acompañaste pero sobre todo tu madre, que asume este nombre inspirado por el sacrificio de tu padre por lo que a ustedes les ocurría, hoy está presente, ¡cómo no! Es un momento triste, de pena y también de alegría porque lo compartimos… A una compañera y hermana que era también para nosotros una madre, damos este testimonio con el lienzo que siempre nos caracterizó y una letanía, llegaron compañeros de todas partes, lo cual nos ha alegrado por eso es una celebración porque nos reencontramos”.
Y luego, como hicieron durante dictadura para denunciar la tortura, leyeron una letanía final para Elena:
Hoy 12 de enero de 2015
estamos aquí para despedir a Elena Sáez
en su viaje de partida
te acompañamos señora Elena.
Te acompañamos amiga, hermana, madre y compañera.
Señora Elena, ¡hasta siempre!
Hoy le presentamos nuestros respetos
y expresamos nuestra gratitud con nuestra presencia
para contar lo que significaste para los sebastianes,
para decir que el ejemplo de don Sebastián nos inspiró,
la señora Elena siempre nos acompañó.
Llevaste la cruz del duelo permanente,
llevaste la pena de muchos dolientes,
pese a ello sembraste la caricia,
la sonrisa fraterna,
la esperanza por siempre…
Bienaventuradas las personas que lucha por la paz,
bienaventuradas las personas que luchan por la justicia,
bienaventurada Elena que luchaste por la verdad.
Estamos ciertos que en estos momentos en que te despedimos,
el señor de la vida te nombrará bienaventurada,
Señora Elena ¡ Hasta Siempre!
Hoy no lloramos por ti,
tu fuerza, tu valor y sobre todo tu gesto,
nos dan la fortaleza,
ve tranquila, nosotros seguiremos,
permaneceremos para resistir a lo injusto,
para recordar a los que no están y para celebrar la vida.
Señora Elena ¡Hasta Siempre!
Fuente: http://www.tribunadelbiobio.cl/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=9267&Itemid=1