Héctor Béjar es un destacado y respetado intelectual peruano, escritor, sociólogo, artista plástico y abogado, catedrático de la Universidad Mayor de San Marcos y de la Pontificia Universidad Católica del Perú. En los 60 fue comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN), organización guerrillera surgida en Perú tras el triunfo de la Revolución Cubana, allí tuvo entre sus compañeros al gran profesor y poeta Javier Heraud, caído en combate en Puerto Maldonado, el 15 de mayo de 1963. Fue designado Canciller por el expresidente peruano Pedro Castillo, quien luego de las presiones de la oligarquía limeña, accedió a su salida del cargo.
Béjar visitó Concepción y accedió a una entrevista con RESUMEN.
Por Joaquín Pérez¿Cómo definiría usted el actual momento que vive el Perú?
Lo que actualmente ocurre en Perú, es un levantamiento popular cuyo símil lo podemos encontrar en la década de los 50 del siglo pasado, en el cual las comunidades indígenas se levantaron en un gran movimiento de reclamo de tierras, en base a sus títulos coloniales, que partió con la invasión pacífica de haciendas. Un proceso que se inicia en 1957, muy similar al movimiento de Ghandi en la India, pero que concluye en paralelo a la muerte del Che Guevara en Bolivia el año 1967, con varios intentos guerrilleros que no lograron desarrollarse en Perú. Luego de esto, vendrá el gobierno del General Velasco Alvarado, quien ya en 1969 reconoce esos títulos e inicia un proceso de reforma agraria en el Perú en el año 1969, un proceso sin duda radical para el Perú de esos años.
¿Cae o no cae la dictadura de Dina Boluarte en Perú?
Aparentemente ellos creen que se sostienen, yo pago por ver….
Ellos pretenden quedarse hasta el 2026, han levantado un proyecto experimental para toda América Latina, de larga duración, pero están sentados encima de un volcán.
Lo que se está gestando en las comunidades campesinas, principalmente del Sur del país, también es de características históricas y de largo plazo. Esa respuesta popular nadie la esperaba. Lo ocurrido en Ilave (Departamento de Puno) donde 2500 líderes indígenas han señalado que esta no es una movilización: esto es un levantamiento. Pero además, un levantamiento para eliminar la República criolla, habla claro de la profundidad histórica y de la proyección de este levantamiento.
Estos nuevos líderes campesinos e indígenas ya no son como los de 1950, previo a la reforma agraria, semi analfabetos, solo quechua hablantes, éstos no solo son bilingües y alfabetos, sino además tienen formación académica y profesional, pero siguen considerándose indios, tan indios como los que en 1950 invadieron las haciendas, pero esta vez con mucha mayor formación y proyección política.
Y ¿qué pasa en el Norte del Perú? ¿Por qué la protesta no es tan masiva como en el Sur?
El Norte de Perú es muy distinto, pero ojo que en el Norte están las “Rondas Campesinas” que es de donde proviene Pedro Castillo, que están habituadas a autogobernar sus territorios desde los años 80. Ellos se autogobiernan, simplemente, no reconocen las autoridades de Lima.
En el origen de estas “Rondas” jugó un rol muy decisivo la Teología de la Liberación, el obispo Dammert un hombre muy de izquierda, jugó un papel decisivo en la constitución de este movimiento de campesinos, de tanta fuerza en departamentos como Cajamarca. Rondas campesinas que nacieron para perseguir a los ladrones de ganado, que en la práctica eran los propios latifundistas.
¿Y Lima?
Ha comenzado una protesta de los sectores periféricos de Lima, primero apoyando a las comunidades del altiplano que llegaron a las grandes marchas y luego por si mismas se han movilizado. Tambien hay un fenómeno interesante en el interior de las universidades.
Su Resumen de la situación...
Podrán sostenerse en los palacios de Lima, pero no podrán aplastar este levantamiento. Esto no será como Argentina de Videla, donde desaparecieron a los jóvenes peronistas y de izquierda de las clases medias de las ciudades, no están las condiciones históricas para cometer un nuevo genocidio de esas proporciones, esto de Perú es muchísima gente. En las cabezas de quienes hoy detentan ilegítimamente el poder en Perú probablemente estén esos deseos, pero es imposible llevarlos a la realidad.
Sin duda, las masacres ocurridas en algunas localidades durante este levantamiento es signo que están probando el camino del exterminio, hasta donde hay respuesta a sus crímenes.
¿Quedan sectores patriotas en el ejército peruano, queda Velasquismo?
Nada es puro narcotráfico y corrupción.
¿Cómo caracterizaría al gobierno de Castillo?
A Castillo y su gente yo no la conocía antes de mi llegada al gobierno: los conocí allí. De Castillo, puedo decir que no es un hombre preparado en política, por el contrario, era bastante débil.
El partido que lo llevó al poder -Perú Libre- se declara Marxista Leninista, yo no sé si leyeron alguna vez el “Anti-Dühring” .
Sobre su actuar en el gobierno, rápidamente cedió a las presiones de los grupos de poder, sacando a todos los ministro de izquierda, hasta que finalmente lo sacaron a él mismo.
Hay gente que en lógica conspirativa plantea que a Castillo lo plantaron, pero esa es una teoría bastante especulativa, la otra es que intentó portarse bien para que lo acepten, pues bien, no lo aceptaron. Ni portándose bien.
¿La izquierda está en condiciones de gobernar en Perú?
Yo creo que sí, hay un conjunto de cientos de profesionales e intelectuales en universidades regionales, de alta calidad, tremendamente capaces, que están discriminados por el racismo que impera en Perú, que perfectamente se pueden hacer cargo del país. Los líderes locales de las comunidades campesinas e indígenas, muy bien preparadas, también se pueden hacer cargo de gobernar el país.
La izquierda limeña, blanca o caviar, como se les llama, es una elite, son muy bien preparados, pero en el fondo son muy racistas, pretenden liderar a los sectores populares y no sumarse a ellos.
Sin embargo, este grupo tiene algo muy positivo, que son fanáticos de los derechos humanos y en eso han jugado un rol muy importante en el Perú. Lo jugaron frente a Fujimori, fue la gente que denunció a Fujimori y levanta derechos de nueva generación que no están del todo instalados en la izquierda peruana.
¿Pero es posible juntar a esta izquierda blanca limeña con otra izquierda andina más popular?
Desgraciadamente, creo que no, aunque yo propongo que eso ocurra, yo creo que hay una elite en el Perú cuya cooperación debería ser aceptada, ahora por supuesto que no postulo que ellos sean quienes dirijan el proceso.
El nuevo movimiento que ha aparecido tiene su propia dirección, ellos pueden gobernar, la izquierda -a la que llaman caviar- no logra aceptar esto.
