En un ambiente festivo, Matías Asún, director de Greenpeace Chile entregó el premio “Condorazo Ambiental” [1] a un joven Erick von Baer “designado” por su careta para recibir el galardón al peor desempeño ambiental. Von Baer junior estaba flanqueado por la actriz Ingrid Isensee, maestra de ceremonias y por otros careta-duras como los ministros Pierry de la Corte Suprema y Mañalich, de salud, con harto mérito también. Ellos llegaron en segundo y tercer lugar en las votaciones.
Estuve en el Bar del Clinic (co-patrocinador de la iniciativa de Greenpeace) ataviada con mi polera de “Exijo vivir sano” en la doble condición de campañista de Yo No Quiero Transgénicos en Chile y encargada del área de semillas de la Red de Acción en Plaguicidas RAP-Chile. Con hartos chilenos y chilenas conscientes, de muchas organizaciones sociales y ambientales, hemos dialogado en ciudades y localidades de norte a sur, buscando defender la semilla campesina y parar el avance de los cultivos transgénicos. Para los impulsores de este antipremio fue una sorpresa que en el primer lugar del voto ciudadano se condoreara al empresario y genetista Erik von Baer, padre de la senadora designada Ena von Baer (UDI), y cabeza del clan Semillas Von Baer, productor de semillas híbridas y transgénicas de exportación en la Región de la Araucanía, en el sur de Chile. Von Baer registró a su nombre en SAG una variedad híbrida de semilla de quinoa que él denominó “la Regalona” [2] . En su momento ello generó la protesta del canciller de Bolivia, que anunció una querella pero hasta ahora eso no se ha concretado.
Pero atención: el Presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, ha sido nombrado Embajador Especial de la FAO para el Año Internacional de la Quinua , que Naciones Unidas celebrará en 2013.La ceremonia se realizó en la apertura del Consejo de la FAO celebrado el pasado 11 de junio en Roma.
Que Erik von Baer gane el Condorazo Ambiental es para nosotros una estimulante y alegre señal de que el tema de la semilla, la soberanía alimentaria y los transgénicos se ha instalado en la agenda pública, abrazado fundamentalmente por los y las jóvenes que coparon el Bar con músicos invitados que impusieron su ritmo a la actividad. Me acordé que el lunes en el Metro, al lado mío se sentó un estudiante que portaba una mochila con un visible trozo de género negro pegado por delante, que decía “Monsanto Mata. Chile sin Transgénicos”. ¡Señales por todas partes! Desde Canadá, Hernan @Angullini_ twitteó: “El Sr. Von Baer campeón de los OGM, produjo hasta una SGN, "senadora genéticamente nombrada", o sea sin elecciones”. Fue uno de varios comentarios que aludieron al fuerte lobby de la familia a favor de los transgénicos y los “derechos” de los obtentores vegetales, o sea los dueños de las semillas híbridas y transgénicas en Chile y el planeta.
La derrota de von Baer y Monsanto
Algunos y algunas ya saben que derrotamos en marzo de 2012 a von Baer y el resto de los socios chilenos de la mayor productora de semillas transgénicas y plaguicidas, la transnacional Monsanto. Ellos querían perpetuar el secreto en la ubicación de los cultivos de maíz transgénico y recibieron un rotundo “párele” de parte del Consejo para la Transparencia. Erick Von Baer, cabeza del clan sureño del negocio de la semilla, fue superlativo en el empeño secretista, encabezando en 2011 el pedido al Tribunal Constitucional de ilegalidad respecto de la sentencia del Consejo para la Transparencia que obligaba a SAG a revelar los datos. El Consejo entendía que eso era información pública y necesaria para generar fiscalización social y debate ciudadano. El Tribunal Constitucional le dio en noviembre de 2011 el primer golpe al mentón a von Baer al no acoger a tramitación el recurso, que estaba paralelamente en la Corte de Apelaciones. La justicia eludió un pronunciamiento sobre el fondo del asunto y devolvió la “papa caliente” al Consejo para la Transparencia. La entidad llamó a una audiencia pública para mejor resolver. Pero von Baer y todos los socios menores de Monsanto, miembros de la ANPROS (Asociación Nacional de Productores de Semillas que agrupa a los exportadores de semillas transgénicas) no tuvieron cara para presentarse y el Consejo escuchó a los apicultores relatar el drama que viven por la contaminación de su miel por el maíz transgénico, perdiendo el mercado de la Unión Europea. También expuso la demandante, María Elena Rozas, coordinadora nacional de la Red de Acción en Plaguicidas Chile, reafirmando lo planteado sobre el derecho a saber. El Consejo emitió un fallo definitivo (http://www.consejotransparencia.cl/se-entrega-fallo-definitivo-en-caso-transgenicos/consejo/2012-03-21/111929.html ) reiterando su decisión anterior y poniendo fin al secreto. Fue el segundo golpe para von Baer y los acólitos de Monsanto. La transnacional, mejor dateada que sus socios, se había desistido de la demanda judicial en noviembre de 2011 para no aparecer perdiendo un juicio.
El silencio de los medios
Es relevante recordar que ningún diario chileno publicó el fallo del Consejo para la Transparencia sobre este tema ni tampoco lo informó la televisión. Ahora fue el fallo lo que permaneció en secreto…Sólo los medios virtuales y populares dieron la noticia. Pero ahora, a propósito del Condorazo, La Nación electrónica mencionó la ignorada decisión del Consejo para la Transparencia. El silencio del duopolio mediático explica que mucha gente hasta ahora siga creyendo –y escribiendo- que los cultivos son secretos, pero ya no es así. El SAG está respondiendo efectivamente TODAS las consultas que se plantean al respecto, validando este triunfo ciudadano y esta derrota de Erick von Baer, el ganador del Condorazo Ambiental 2012.
Zarpazos de Monsanto y compañía
El zarpazo de von Baer sobre la quinoa andina (registrada por él) y de Monsanto y sus aliados sobre el patrimonio genético de este país - con su exitoso lobby para la aprobación del Convenio UPOV 91 que garantiza y mejora sus derechos sobre las semillas registradas por ellos - son el telón de fondo para este Anti-Premio. Pero esto recién empieza señores. Todavía no es legal el Convenio UPOV 91 porque no han logrado aprobar la nueva Ley de Obtentores Vegetales. Es que Chile cambió su ADN, señor von Baer. Y ahora vamos por la moratoria. En la entrega del Condorazo Ambiental se hizo presente la senadora Ximena Rincón, que junto a otros parlamentarios están dispuestos a jugarse por esa iniciativa que aún estamos a tiempo para aprobar. No queremos ser como Argentina, llena de niños malformados por los impactos de las fumigaciones de los sojeros transgénicos, en estos días llevados a juicio penal en Córdoba. No queremos ser como Brasil, el país con más transgénicos de América Latina y más consumo de plaguicidas en el mundo. Queremos un Chile libre de plaguicidas y transgénicos.
[1] El chilenismo “condorearse” proviene de un incidente ocurrido el año 2009 en el estadio de Maracaná (Brasil) durante un partido de fútbol de la selección chilena con la de Brasil. El arquero chileno, Roberto “Cóndor” Rojas inventó una lesión a partir de una bengala lanzada cerca de él, cuando Chile perdía 1-0. El jugador se infirió un corte con una hoja de afeitar y se suspendió el partido por falta de garantías. Pero todo fue descubierto y el Cóndor severamente castigado por la FIFA. Sólo 12 años después, la sanción en su contra, que le impedía jugar de por vida, fue levantada.
[2] Sobre la quinoa y von Baer, puede verse el artículo “El imperio von Baer: Ladrones de semillas” que publiqué en Punto Final en julio de 2011:http://www.puntofinal.cl/737/principal.php
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