Por Maíra Nascimento / Resumen.cl
El miércoles pasado (03 de octubre), un hombre de 57 años fue encontrado muerto, dentro del clóset de su departamento, en la ciudad de Curitiba. El asesino de José Carlos Oliveira Matos, que se había acercado a través de una aplicación de encuentros, llegó a enviar mensajes que alababan a Jair Bolsonaro desde el celular de José Carlos tras haberlo matado. En la noche posterior al asesinato, el homicida volvió al edificio donde residía la víctima y exclamó “¡Viva Bolsonaro!” luego que el conserje le informara sobre su muerte.
Ese no es un caso aislado. Desde pocas horas después de que se conoció el resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, en la que el candidato Jair Bolsonaro (PSL) obtuvo 47% de los votos válidos y Fernando Haddad (PT) recibió un 29%, se han registrado diversos casos de violencia por parte de los seguidores del exmilitar de ultraderecha. En la ciudad de Salvador, el maestro de capoeira y activista cultural Moa do Katendê fue muerto a cuchillazos por defender al candidato del Partido de los Trabajadores en una discusión política con Paulo Sérgio Ferreira de Santana, partidario de Bolsonaro. Paulo Santana confesó a las autoridades que la motivación del asesinato fue política.
El martes, un estudiante curitibano sufrió una paliza en la Universidad Federal de Paraná (UFPR), por usar un gorro del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST). Los agresores, que conformaban un grupo de aproximadamente 10 hombres, llegaron a romper botellas de vidrio en la cabeza del joven, y lo golpearon bajo gritos de “acá es Bolsonaro”. En Porto Alegre, una estudiante de 19 años fue agredida con combos por tres hombres que le cuestionaron el porqué de estar vistiendo una polera con el lema #Elenão (Él no). Los agresores, con un cortapluma, dibujaron una esvástica en la piel de la joven.
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A cada día circulan cada vez más casos de agresiones verbales y físicas desde seguidores de Bolsonaro, sobre todo por las redes sociales. El 5 de octubre fue lanzado un videojuego en que Bolsonaro es el personaje principal y tiene como objetivo enfrentar a “los enemigos que pretenden instaurar una dictadura ideológica criminal en el país”, lo que consiste en golpear a mujeres feministas, personas LGBT, integrantes del MST, políticos de izquierda y negros. En la semana anterior a las elecciones, dos candidatos a diputado por el partido del ultraderechista destruyeron una placa que homenajeaba a Marielle Franco, concejala activista asesinada el pasado marzo, puesta simbólicamente en una plaza al frente a la Cámara de Consejales de la Ciudad de Rio de Janeiro. Daniel Silveira y Rodrigo Amorim, candidatos a diputado por el mismo partido de Jair Bolsonaro, posaron para una foto que viralizó en las redes sociales, en la que sostienen la placa con el nombre de la activista quebrada por la mitad. Ambos se eligieron el pasado domingo.
La página web mapadaviolencia.org, creada hace pocos días con el objetivo de recopilar denuncias de violencia electoral, ya tiene más de 120 testimonios de amenazas, ofensas y golpes desde bolsonaristas. Consultado por la prensa respecto a la muerte del capoeirista baiano, Jair Bolsonaro, que defiende el porte de armas y presenta un discurso de violencia hacia las minorías, calificó el asesinato como una “exageración” cometida por el autor del crimen y agregó que no puede controlar a su electorado y ese tipo de acciones.