Escapar de Faluya, cuestión de vida o muerte para las familias allí atrapadas

Por: Suadad Al-Salhy / Middle East Eye Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández

Fotografía: Mujeres y niños iraquíes que lograron escapar de la asediada Faluya llegan a una Zona controlada por las fuerzas del gobierno iraquí el pasado viernes por la noche. (Fuente: AFP)

“En la vida real, nunca te pones a contar unos metros ridículos”, decía el pasado sábado a Middle East Eye (MEE) Ahmad Yasim, cuyos primos estaban entre los que intentaron escapar.

“Pero cuando la vida se vuelve una gran tragedia estúpida, tienes que tener en cuenta cada centímetro”, añadió.

Más de cien familias trataron de escapar del Daesh (término árabe del autoproclamado Estado Islámico), el grupo que controla Faluya, cuando las fuerzas iraquíes de seguridad avanzaron hacia el centro de la ciudad y la lucha se intensificó esta [pasada] semana.

El miércoles, un grupo formado por tres familias caminó varios kilómetros desde el corazón de la ciudad en dirección a los suburbios del sur, donde las fuerzas de seguridad iraquíes habían tomado posiciones, según contaron a MEE.

Faluya, controlada por el Daesh desde hace más de 29 meses, es el objetivo de una importante ofensiva de seguridad iraquí lanzada el 22 de mayo en la que hay involucrados 30.000 soldados, con el apoyo de tropas paramilitares multisectarias y el potencial aéreo de la coalición liderada por EEUU.

Situada a tan sólo 50 kilómetros de Bagdad, Faluya sería la tercera ciudad, después de Ramadi y Tikrit, en ser recuperada del grupo combatiente que se ha apoderado de grandes zonas del país.

Pero, en la medida en que las fuerzas iraquíes avanzan, los vecinos de la ciudad están cada vez más atrapados entre las líneas del frente y sus captores.

“El Daesh ha estado utilizando a los civiles para ganar tiempo. Mientras queden civiles dentro, no podemos atacar muy duramente”, dijo un alto oficial del ejército iraquí implicado en la batalla que prefirió no identificarse.

Las familias que intentaron escapar el miércoles iban guiadas por un miembro del Daesh, que exigió 100$ por persona y, sin embargo, fueron pocos los que consiguieron escapar con vida.

“Caminamos durante horas. El guía nos llevó todo el tiempo por las alcantarillas”, dijo Ra’ad Mohammad, uno de los supervivientes, que habló con MEE desde el campo de Amiriyat al-Faluya, donde está ahora reubicado.

“No había más que unos pocos metros para llegar hasta las fuerzas iraquíes y una situación segura. Pero, de repente, en medio de la oscuridad”, dijo Ra’ad, “los disparos empezaron a llegar de todas partes”.

“Las mujeres y los niños empezaron a gritar y los hombres les decían que volvieran a meterse en las alcantarillas”, dijo Ra’ad, llorando suavemente al contarlo. “Salté, pensaba que mi familia estaba ya en el agua, por eso salté, pero siguieron disparándonos”.

Progreso de las tropas iraquíes

Faluya es el baluarte más antiguo del Daesh en Iraq, la primera ciudad que los militantes tomaron a finales de diciembre de 2013.

Las tropas iraquíes han conseguido buenos avances y ahora sólo les separa del centro de la ciudad alrededor de un kilómetro, dijeron a MEE fuentes militares.

Sin embargo, su avance se ha ralentizado a causa de los miles de minas terrestres, las bombas en las cunetas y los francotiradores, así como zanjas llenas de agua y diques de tierra que los militantes han levantado alrededor de la ciudad para dificultar la llegada de las tropas y también para mantener atrapados a las decenas de miles de civiles que hay en su interior.

Las familias que escaparon, dijeron a MEE diversas fuentes, tuvieron que cruzar una alcantarilla muy ancha y altas barricadas de tierra para ponerse a salvo.

Los oficiales del ejército iraquí contaron a MEE que en el incidente el Daesh mató al menos a 24 personas, y que sólo unos pocos miembros de las tres familias lograron sobrevivir.

Yasim y Ra’ad dijeron que la mayoría de sus familiares estaban o heridos o vueltos a capturar por los militantes del Daesh o desaparecidos.

“Docenas de hombres y mujeres saltaron a la alcantarilla al mismo tiempo que yo. Varios de ellos resultaron heridos cuando el Daesh empezó a dispararles de forma indiscriminada. Al estar heridos, no pudieron superar el terraplén”, dijo Ra’ad.

Esperó más de dos horas ocultándose en la alcantarilla, hasta que los militantes del Daesh abandonaron la zona. Llevó sobre sus hombros a un hombre herido, logrando superar el montículo.

“Había una mujer cerca de mí. Estaba herida. Intentaba subir el terraplén pero como estaba muy gruesa no lo consiguió y yo no pude ayudarla”, dijo Ra’ad.

“Les pedí [a las fuerzas de seguridad iraquíes] que atacaran el área. Que fueran conmigo, que volviéramos atrás, pero me dijeron que no y no me dejaron regresar”, contó no sin dificultad Ra’ad.

“¿Puedes imaginar cómo te sientes al perder a 25 miembros de tu familia y llevar dos niños en tus brazos preguntando por su madre?”, dijo Ra’ad, refiriéndose a sus dos hijos, que fueron salvados por uno de sus primos.

El incidente no era el primero de ese tipo: el Daesh ha disparado sobre cualquiera que intente dejar la ciudad. Mucha gente murió también a causa de los disparos en el norte de Faluya al tratar de cruzar el río Éufrates .

La pasada semana, la misión de la ONU en Iraq advirtió de los intentos del Daesh de utilizar a los civiles como “escudos humanos”.

A pesar de todo lo anterior, hasta ahora han huido de la ciudad más de 20.000 personas, según fuentes de la ONU. Sin embargo, son muchos más los que siguen atrapados en su interior, según manifestó a MEE un oficial de la seguridad iraquí.

“Los militantes saben que no hay salida, que no pueden escapar de la ciudad, por tanto es sólo cuestión de tiempo que entremos allí y los matemos a todos”, dijo el oficial. “Los civiles son su salvavidas, les están dando unos días extra pero nada más que eso”.

  • Suadad Al-Salhy es una periodista independiente que cubre temas de política y seguridad de Iraq. Ha escrito para Reuters, Al Jazeera, Newsweek y el Daily Star del Líbano.
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