Estados Unidos abandona el TPP, tal como lo anunció Trump en su campaña

[resumen.cl] Durante esta jornada, el presidente electo estadounidense Donald Trump, formalizó la salida de EEUU del Trans Pacific Partnership (TPP) y sacó, por ende, al principal promotor de la iniciativa global que pretendía instalar un nuevo modelo de dominación de relaciones económicas y consolidar el poder absoluto de las multinacionales sobre, incluso, la jurisdicción de los países en que operaría. El TPP ha sido profundamente cuestionado por movimientos sociales de los países involucrados.

Bajo el argumento de que el tratado no es un buen trato para los trabajadores norteamericanos -argumento profusamente difundido durante su campaña- la jornada de este lunes el recientemente electo presidente de EEUU Donald Trump, selló la salida definitiva del gigante del norte y principal promotor de la iniciativa del TPP. It`s a “great thing for the American worker.” señaló Trump.

El Presidente norteamericano, bajo un sello de defensa corporativa de intereses “nacionales” de EEUU, señaló que se inclinará por renegociar el NAFTA con sus principales socios, México y Canadá. Entre los argumentos para rechazar el Tratado se encuentra que grandes compañías norteamericanas y los empleos que se producían por su actividad, han quebrado o bien se han retirado del país buscando mejores condiciones que las ofrecidas por la economía del norte.

El TPP y sus consecuencias en el territorio nacional

Las razones que han alertado a diversas comunidades en Chile y el extranjero en torno al TPP se pueden resumir en el inmenso poder a adquirir por empresas multinacionales que, hasta ahora, se han valido de Tratados de Libre Comercio para operar. Sin embargo, con este tipo de Acuerdos, entrará en vigor un marco jurídico completamente favorable a sus intereses, pudiendo alcanzar un control omnímodo sobre la vida de las naciones, o sea, el uso de sus recursos y su jurisprudencia, surgiendo situaciones propias de la más brutal distopía.

Para fraguar este Acuerdo sus interesados se han valido del secretismo, privando a la población de conocer el contenido de éste, durante más de cinco años. De hecho, cuando los representantes de Australia, Brunei, Canadá, Estados Unidos, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam y Chile, acabaron las conversaciones para fijar sus condiciones, aun los legisladores de Chile y del resto de países, desconocían sus resultados. Recién, a principios de noviembre de 2015 se pudo saber gran parte del contenido de este Acuerdo después de la publicación en castellano de sus capítulos, por la Secretaría de Economía del Estado mexicano.

El Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz y el economista Adam S. Hersh han explicado que el TPP impone el uso de “sistemas de arbitraje de diferencias estado-inversor”, especies de tribunales que dirimen controversias entre empresas y los Estados de las naciones donde éstas operan. Los autores afirmaron que “bajo estos sistemas de arbitraje… los inversionistas extranjeros adquieren nuevos derechos para demandar a los gobiernos nacionales en arbitraje privado vinculante en casos de que se instituyan reglamentos que ellos consideran como un factor que disminuye la rentabilidad esperada de sus inversiones”. De hecho, se han dado diversos casos en los cuales, Estados que han restringido las operaciones de alguna empresa en su país, han sido demandados para pagar cuantiosas cantidades de dinero como resarcimiento.

Otra de las implicancias de este Acuerdo es la restricción de los derechos digitales con que cuentan los usuarios de internet. El portal “TPP abierto” ha planteado que “el TPP busca convertir a los proveedores de acceso a Internet en los responsables de censurar contenidos unilateralmente, sin intervención de un organismo superior, como el poder judicial, que garantice nuestros derechos. Además, busca endurecer las sanciones a las infracciones del derecho de autor, penalizándola con multas, desconexión de Internet y hasta cárcel”. Agregando que, “prácticas hoy comunes, como postearle un video a un amigo, podrían desaparecer, cambiando por completo el modo en que Internet se ha convertido en una herramienta vital para nuestras vidas.”

Por otra parte, informa el mismo medio, que “el TPP busca expandir el plazo de protección a las patentes de medicamentos, lo que significa mayores trabas para la fabricación de genéricos y, en consecuencia, medicinas cada vez más caras.”

También el Convenio UPOV 91 está dentro de las obligaciones que deben suscribir las partes integrantes del TPP. Es decir, la participación del Estado de Chile en el TPP, lo obligaría a adherir a este Convenio, el cual persigue la privatización del uso de las semillas en favor de empresas multinacionales, de las cuales, sólo diez han llegado a concentrar el 75,3% del mercado mundial de las semillas, según cálculos de ETC Group.

La vocera de la plataforma ciudadana Chile Mejor sin TPP, Lucía Sepúlveda Ruiz, ha declarado a Resumen que “este tratado barre con la soberanía del país y su objetivo real no es el comercio sino poner un candado a las luchas sociales y constituyentes, instalando una suerte de gobierno de las transnacionales que defenderán sus ganancias y privilegios con nuevos mecanismos”.

A pesar de todos los efectos negativos que podría haber tenido este Tratado, no ha sido precisamente el gobierno chileno quien ha puesto la lápida al TPP. Más bien, como buenos empleados de las empresas multinacionales, el Ministro de Relaciones Exteriores y el gobierno han insistido en ver en este tratado beneficios para el país. Beneficios que solo pueden ser vistos con los ojos miopes de políticos domesticados por el poder económico transnacional.

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