La directiva de la vergüenza: Europa auto traicionada.
Desde siglos que en Europa se viene desarrollando una conciencia basada en la libertad y la justicia, no exenta de problemas, esta lucha social ha tenido en los derechos humanos una de las máximas expresiones. Los derechos de las personas son una cosa que en este continente tienen una gran importancia y los ciudadanos hacen uso de ellos con total naturalidad.
En los últimos años, ha crecido la población extranjera en todos los países de la Unión Europea, en España ya es el 11% de la población, ya sea por la necesidad de mano de obra barata o por las posibilidades de desarrollo social que millones de personas en el mundo visualizan en estos países.
La directiva de la vergüenza o del retorno como se denomina oficialmente, es la respuesta que los gobiernos europeos dan a la creciente inmigración, cada vez más derechizada (Berlusconi en Italia, Sarkozy en Francia, por nombrar algunos) Unión Europea ha decidido traicionar sus propios principios para detener los flujos migratorios.
Vulnerando la Convención de los derechos del menor, de 1989 o la convención de Viena sobre relaciones consulares de 1963 firmada por todos los estados miembros de la Unión Europea ha consumado esta auto traición, no más suavizada por algunos “retoques” del gobierno español de Rodríguez Zapatero (obligación del estado en materias como la enseñanza de la lengua y la retirada del contrato de integración), pero el espíritu del protocolo continua siendo el mismo.
La medida más resistida y controvertida es la ampliación del plazo de privación de libertad para los inmigrantes sin papeles, en España hasta ahora de un máximo de 40 días, se ampliará a 60 días. Se ha de tener en cuenta que en otros países de la Unión se autoriza hasta 18 meses, es decir, equivalente a cualquier pena de presidio menor. Además, a las condiciones deplorables del internamiento, se agrega la prohibición de entrar a territorio europeo por 5 años luego de ser expulsado.
Esta tentativa obedece a la política de expulsión de extranjeros de territorio europeo, en juego hay 700 millones de euros a que echar mano por parte de los estados miembros, tal vez por eso es que el “grupo progresista” del parlamento europeo sumó algunos votos para aprobar la directiva, impulsada por personajes de dudosa calidad moral como Berlusconi.
Por último, no deja de ser paradojal que la crisis recesiva mundial sea el principal argumento para impulsar la expulsión, si hacemos un poco de historia, fueron crisis mundiales las que expulsaron a miles de europeos hacia América en los siglos XIX y XX, América vio en ellos una oportunidad para su desarrollo y la integración fue cosa de unas cuantas décadas, ¿Porque Europa no puede hacer lo mismo? La respuesta habrá que buscarlas en las altas esferas financieras y políticas.
R.Silva