Eymi iñchiw: Marginalidad, diversidad sexual y mapudungun

El pasado 27 de marzo la fanpage RadioimperioCL publicó un enlace al videoclip titulado “Eymi Iñchiw”, a propósito de una entrevista que daría el director del video e intérprete del tema, Pablo Lincura Matamala. Esta publicación ha alcanzado, al día de hoy, más de 900 comentarios, siendo compartido más de 450 veces, convirtiéndose en una de las más comentadas y de mayor alcance de la mencionada fanpage. Por: Elvis Oyarzún Fuentes / Lic. En Artes con mención en Teoría e historia del Arte La pregunta que salta a la vista es ¿cuál es el revuelo producido por un videoclip que casi ha alcanzado los 1.000 comentarios? En el presente texto intentaremos dar respuesta o, al menos vislumbrar el alcance de esta publicación. Para comenzar debemos hablar de su autor: Pablo Lincura Matamala. Pablo es oriundo de Coronel, Licenciado en Artes con mención en Pintura de la Universidad de Chile, luego de terminar sus estudios de pregrado ingresó a un postgrado en Historia del Arte Chino, lo que lo llevó a viajar a China para después radicarse durante 8 años en el gigante asiático, dedicándose, principalmente a la enseñanza del español. Durante su estadía en Asia realizó diversas exposiciones en diferentes países, también fue seleccionado para participar en una residencia artística en Macedonia durante el año 2019. A comienzos de 2020, producto de la pandemia Covid-19, Lincura decide regresar a Chile. Ya en Chile, Pablo Lincura, además de exponer sus obras pictóricas, las que tratan de temas como la homosexualidad, el travestismo, presentando íconos de la farándula local y personajes andróginos o travestidos. Todo envuelto en una estética pop de los noventas e inicios de los dos mil, llegando a tocar lo kitsch. En esta línea se inscribe el videoclip “Eymi iñchiw”, en el que Lincura se alió con House of Abya Yala, un colectivo y academia de ballroom con sede en Wallmapu. La obra visual de Pablo Lincura se alimenta de todo un imaginario millenial (personas nacidas entre 1981 y 1995): videojuegos como Street fighter, The kings of fighter o Mortal kombat, las series de animación (especialmente animación japonesa) y los programas de farándula de la televisión abierta (y su cofradía de pseudo-famosos). Este imaginario se condensa visualmente y se une a la estética de la comunidad LGTBIQ+, dando lugar a una obra visual que responde al espíritu de su época. El vídeo de la polémica “Eymi iñchiw” es un cover, a modo de homenaje, de la canción “Tú y yo” del grupo nacional Supernova, que se lanzó el año 1999. Con un uso muy marcado de varias capas de sintetizadores, nos presenta una mezcla de sonidos similares al EDM (Electronic dance music). Sin embargo, Lincura aquí suma un elemento más a toda esa estética millenial pop; el uso del mapudungun (sin subtítulos). Un elemento para nada inocente, considerando que hace menos de un año el pueblo chileno declaró su postura contraria al reconocimiento plurinacional. Como veremos más adelante, esta traducción, realizada por el mismo intérprete del tema, es la que ha incomodado a varios usuarios de las redes sociales. En el vídeo, de 4:38 minutos de duración, se presentan diversos personajes con vestimenta Queer danzando en espacios al aire libre. Estos no son espacios particularmente embellecidos, pulcros ni mucho menos preparados para la grabación, sino que son espacios cotidianos, en un entorno “poblacional”. Así mismo, el vídeo suma escenas cotidianas de House of Abya yala, donde se muestra el proceso de maquillaje, ensayos, etcétera. El vídeoclip no tiene una narración lineal, no presenta una historia, ni tampoco es una alegoría a la letra de la canción. Lo cual, llama al espectador a concentrarse en la visualidad, en los personajes, en sus vestimentas, en el baile y en la letra, pues quienes no saben mapudungun pueden ir siguiendo la letra original de la canción y así poder “traducir” parte de lo que dice. La marginalidad en lo marginal En un mundo cada vez más globalizado resulta paradójico que las culturas locales se presenten como espacios de resistencia, lo cual ha ocurrido en diferentes partes del mundo. Así, se ha visto cómo las comunidades más aisladas se han fortalecido ante el imponente avance de la cultura globalizada, salvaguardando su patrimonio cultural local, difundiendo las lenguas originarias y revalorando a sus cultores y su historia. Estas culturas no globalizadas se presentan como marginales, en el sentido de que se retiran, de forma voluntaria, de los centros hegemónicos, resistiendo a ser parte de sus lógicas y dinámicas, permaneciendo en una especie de contracultura. Sin embargo, en lo local también se dan los mismos fenómenos que a nivel global; es así como nos encontramos con las disidencias sexuales buscando visibilizarse, o con los pueblos originarios luchando por ser reconocidos ante una sociedad que en su médula sigue siendo conservadora. Éstos también se presentan como marginalidad, su búsqueda de reconocimiento no pasa por llegar a los centros hegemónicos, sino más bien, por su visibilización como parte de la sociedad, a pesar de mantenerse al margen de la misma. En el caso de las locaciones, podemos evidenciar lo marginal de las poblaciones, esas mismas poblaciones que se encuentran en la periferia de las ciudades, donde se ubican a las familias de menos recursos, con menor nivel educacional y, en décadas pasadas, a las familias que migraban del campo a la ciudad. Que son los padres y las madres de esta generación, a fin de cuentas, somos resultado de todos estos procesos de despojo, tanto de lo material, como de lo cultural. También, en este contexto marginal se da la discriminación; en el video podemos ver a los protagonistas con abrigos y gabardinas, se infiere que es para cubrirse en caso de tener una situación de peligro en la calle derivado de la cruda discriminación hacia las disidencias sexuales. En el vídeo se conjugan estas marginalidades: la marginalidad que significa usar una lengua originaria (que no es la hegemónica); el pop local, que, en su momento, también fue una especie de copia criolla del pop gringo; las disidencias sexuales y su relación con el cuerpo como territorio de resistencia; la periferia urbana que llega, incluso, a la ruralidad; y, finalmente, los horarios de grabación, ya que claramente no se trata de buscar la mejor iluminación para cada toma, sino de encontrar los espacios de tiempo para bailar ballroom sin temor a las miradas, los gritos y represalias que una sociedad, aún intolerante, no teme en vociferar epítetos denigrantes a la otredad. La polémica del video En la publicación de RadioimperioCL, se pueden leer diversas muestras de apoyo a la propuesta artística del videoclip, algunas con mayor análisis que otras. Pero un gran porcentaje de los comentarios de la publicación se presentaban en tono de burla, incluso rabia y enojo en algunos casos. Pero, ¿cuál es el motivo de esta animadversión? cCuál es el cuestionamiento que se hace a una obra visual que no hace otra cosa que evidenciar lo ya evidente? La respuesta es: el uso del mapudungun. Para muchos usuarios de Facebook el uso del mapudungun debería estar consagrado a las ceremonias y espacios sagrados, no para este tipo de expresiones. Muchos comentarios de la publicación se basan en una visión hegemónica de los pueblos originarios, tal como lo ha presentado el Estado de Chile y su historia; hablando de “nuestros pueblos originarios”. Además de la dicotomía que se presenta en torno a un pueblo en resistencia; el cual es, por un lado, romantizado en su valentía ante el invasor; y por otro, denostado y estigmatizado como un pueblo en conflicto con la unificación y homogeneización nacional. Así mismo, muchos comentarios se abocaban a criticar la sexualidad de los participantes del vídeo, como si el hecho de pertenecer a un pueblo originario, como el mapuche (un “pueblo guerrero”), fuera impedimento para la diversidad sexual. En estos comentarios se hace evidente una postura marcadamente homofóbica, con una crítica puramente superficial e intolerante. Se piensa en el mapuche desde la romantización de la lucha y la resistencia, siguiendo una retórica que tributa a la dicotomía nombrada anteriormente. Conclusiones Finalmente, estamos frente a una muestra de lo que es el Chile actual. Su doble estándar en cuanto a la plurinacionalidad o diversidades sexuales; por un lado, se apoyan los discursos, pero, por otro lado, en la práctica se sigue tan intolerante como en los 2000 y los 90´s. La obra visual logra su objetivo: presenta un ícono del pop nacional como lo es Supernova, el cuerpo aparece como medio de expresión, no sólo en el sentido artístico, sino también en el sentido de la sexualidad. Difundiendo el uso del mapudungun como una lengua viva, no sólo para uso sagrado, sino para uso cotidiano y artístico; cabe destacar que Pablo Lincura ha ingresado a la carrera de Pedagogía en Lengua y Cultura Mapuche en la Universidad Católica de Temuco, lo cual reafirma su compromiso con la difusión y enseñanza de la lengua originaria. Lo que significa, a su vez, la superación de la barrera de lo discursivo para pasar a influir en su entorno. Puedes ver el video de Eymi Iñchiw https://www.youtube.com/watch?v=19g-yoABmUY    
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