El problema de la alimentación y de la situación de los campesinos en nuestros territorrios es grave, no sólo porque la mayoría de ellos que emigra a nuestras ciudades, llegan a ellas a vivir en la pobreza urbana, sino que también porque su progresiva desaparición representa el fin del ciclo monopólico de la producción de alimentos.
Hoy los campesinos se ven enfrentados a grandes poderes, que operan directamente con el Estado a su servicio, muestra de ello es Semillas Baer, una de las empresas impulsoras de la privatización de las semillas, de propiedad del padre de la actual senadora designada Ena von Baer.
Resumen ha conversado con Héctor Seguel San Martin, presidente de la Federación Sindical Campesina de Ñuble, quien habla a cerca de sus planes ante el adverso escenario que enfrentan.
¿Cómo nace esta organización campesina?
Esta Federación nace por allá por 1994. En ese momento contaba con dos sindicatos trigueros de El Carmen, un sindicato de arroceros de la comuna de Ñiquén y un sindicato de campesinos exonerados, a los cuales se les había aplicado el decreto 208. Por cuestiones operativas, esta unión de cuatro sindicatos, que mantenía la federación se dividió; los arroceros, que tenían demandas diferentes, decidieron formar su propia federación. Los afectos al decreto 208 se concentraron más bien en cuestiones de reparación y justicia, ellos luchaban por una pensión de gracia. Nosotros, por nuestro lado, y luego de algunas divisiones internas, constituimos la actual federación. En este momento somos seis sindicatos; cuatro sindicatos mixtos y dos sindicatos exclusivos de mujeres campesinas.
¿Cuáles son los objetivos que persigue esta federación?
El propósito es representar a todos los viejos, ya sea en las instancias de gobierno, instancias internacionales o cualquier lugar donde haya que representar a los campesinos. A modo más personal o particular el propósito es ir en la mejora de la calidad de vida de los viejos que son socios del sindicato. Nosotros somos sindicatos independientes, que quede claro que nosotros no luchamos contra un patrón. Nosotros nos colgamos de la ley de sindicalización para formar sindicatos campesinos. Nosotros somos cada uno, digamos, como su propio patrón. Cada uno trabaja su unidad productiva en forma independiente.
Últimamente también estamos preocupados por un tema que es muy importante y que es como reencantamos el campo para que se involucren los jóvenes. Sabido es por todos que existe una tremenda emigración de los jóvenes campesinos hacia la ciudad en busca de mejores condiciones de vida, es por eso que nosotros estamos en esta campaña de reencantar el campo, para así revertir esta situación. Estamos viendo la posibilidad de cómo generar cosas, digamos, que les de trabajo y proyecciones de futuro a los jóvenes, ya que se ha cometido el gran error durante mucho tiempo de que los viejos querían que los hijos se quedaran en el campo pero no le daban ninguna facilidad, los querían para que se quedaran como trabajadores, entonces fue que la juventud como que se empezó a revelar y empezó a decir: “si el viejo no me da la oportunidad me voy”
Nosotros estamos tratando de darles una oportunidad a los jóvenes aunque sea con poca tierra, ya que está la posibilidad de hacer un plantel de ponedoras o un plantel de abejas, que son cosas que no necesitan mucha tierra. También se pueden hacer invernaderos y producción de hortalizas bajo plástico y al aire libre.
Con los jóvenes estamos creando capacidades internas, propias, o sea; estamos en un proceso de acumulación de fuerzas con gente nuestra. Cabros que se han ido a estudiar a fuera y vuelven a su sector a provocar desarrollo. Esa es una gran cosa que estamos logrando ya que siempre estábamos dependiendo de profesionales de fuera que nos dieran las recetas, pero ellos estaban un tiempo y luego les salía una pega mejor y se iban. Ahora no, ahora tenemos nuestra propia gente, que está haciendo la pega de monitoria en la elaboración de abono orgánico y otras cosas necesarias para el cultivo de nuestros productos.
Por último, también podemos decir que estamos trabajando en la producción de alimentos sanos y limpios bajo prácticas agroecológicas. No podemos decir todavía orgánicas porque para eso se requiere certificación, pero estamos practicando fuertemente la agroecología en la producción de hortalizas y en un semillero de papas, que es totalmente orgánico.
¿Cuál es su opinión respecto de los colegios agrícolas?
Las escuelas agrícolas siempre han tenido una concepción de preparar a los jóvenes para los mandos medios, o sea, para trabajarles a los patrones y empresarios agrícolas. No hay una enseñanza agrícola para que los cabros se queden en el campo y trabajen sus propias iniciativas. Nunca se le ha preparado para inicien su propia empresa, sino que solamente para que sean capataces, para que vigilen a los trabajadores. Para que los” pakeen” como se dice.
En términos más específicos ¿están ustedes llevando alguna lucha actualmente?
Hace poco realizamos un cabildo de campesinos en el que tratamos el tema de la patentación de las semillas. Nosotros vamos a ser unos luchadores férreos a la hora de la conservación y del rescate de las semillas ancestrales. No queremos caer en eso de que todos los años tengamos que estar comprando nuestras semillas.
Otra lucha que estamos dando y, que es muy complicada, es por el tema de los transgénicos (que en todo caso está muy relacionado con lo de las semillas).
Nosotros vemos clarito que todo esto es una forma de arrinconar al campesino para que deje sus tierras y las entregue a los que están trabajando las agroexportaciones y las forestales. Ellos van a poner transgénicos y van a contaminar todo. Se van a morir las abejas y los animales, y ya no van a comer pastos limpios, porque los vientos van a arrastrar residuos y van a contaminar los pastos y los sembrados.
En cuanto a las políticas actuales que existen en relación a la agricultura: ¿Cómo cree usted que ha sido la administración en los últimos gobiernos?
En los últimos gobiernos, digamos con la concertación todavía teníamos algunos apoyos para fortalecer las organizaciones y para mejorar las unidades productivas. Pero con la actual administración, al campesino chico se le condena, ya que se le está poniendo parámetros para que entre al sistema:-que tiene que hacer iniciación de actividades,- que tiene que manejarse en el tema de los IVA, etc. Cosa que los campesinos chicos nunca han estado acostumbrados a hacer y por lo mismo, por no entrar en este sistema, la gente queda afuera de la asesoría técnica y queda fuera de todo beneficio que pueda venir de parte del estado. Los créditos podrían ser una ayuda pero son mínimos, además para postular a ellos hay que presentar garantía, aval, y todo eso.
En resumen, se ha dificultado la forma en que el campesino pudiera producir. Además con la concertación no fue lo que hubiéramos querido. Todavía hay hartas cosas que faltan, como el tema de la redistribución de la tierra que se está concentrando en pocas manos.
Otra cosa que falta es darles oportunidad a los cabros jóvenes para que accedan a la tierra y así se puedan quedar en el campo, lo mismo también con las mujeres, pero insisto, no hay ninguna política que trate estos temas.
Nosotros siempre hemos tenido la idea de que jóvenes y mujeres puedan acceder a la tierra comprando con la ayuda de un incentivo de parte del gobierno. No es que estemos en contra de lo que se hace en los sectores urbanos, pero en esos sectores, para que la gente tenga una casita, se le ayuda con un subsidio de tantas UF, pero no pasa lo mismo con el campesino, ya que a él no se le da ningún subsidio para que pueda comprar tierra y pueda producir lo propio.
¿Apelan entonces a una nueva reforma agraria?
Claro. Está vigente una nueva reforma agraria pero que sea integral, donde se contemple también a la juventud y las mujeres. También algo que está pendiente es renacionalizar el agua que se está privatizando. En general una reforma agraria que luche por la defensa nuestros territorios, que nos dé un sentido de pertenencia y que nos sintamos seguros. Que no nos sintamos invadidos por las transnacionales, por las forestales o por las corporaciones que se dedican a la agroexportación.
Finalmente, ¿Están ustedes trabajando en conjunto con algunas otras agrupaciones u organizaciones?
Sí. Hemos venido haciendo un trabajo de alianza, que nosotros la hemos denominado “mar, campo y ciudad” en donde queremos unir los tres sectores y hacer cosas conjuntas, cosas como ferias e intercambio de productos, entre otras.
Con los pescadores nosotros hemos tenido experiencias con los pescadores de Missisipi, de Chanchán, Queule (de la décima región), sector que está cerca de Mehuin. También hemos tenido experiencias con los pobladores de la Arturo Prat (Chillán), hemos hecho con ellos cosas muy interesantes en términos de economía solidaria y de intercambio de cosas. Además nosotros en talleres les hemos enseñado como fabricar abonos orgánicos, para que ellos también puedan hacer huertos urbanos en forma independiente y no tener que recurrir a los paquetes tecnológicos, que a punta de químicos, hacen producir los alimentos. También hemos aprendido cosas de ellos, como su solidaridad, su organización y su compañerismo. Esa es la gracia en el fondo de intercambiar experiencias, que todos aprendan unos de otros.
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