Según estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo asociado directamente al desarrollo de políticas neoliberales, las protestas sociales se han potenciado en todo el globo. La entidad reconoce este fenómeno desde la reciente disminución mundial en los contagios de Covid-19 tras la ola Omicron. Esto, en la medida que las cuarentenas ceden incluso en países donde las manifestaciones no eran habituales, como Canadá o Nueva Zelandia.Por: Macarena Montes
El FMI señala que la ola de descontento actual tiene su inicio en el octubre chileno de 2019, esparciéndose por otros países latinoamericanos y asimilándolo a hechos en el Norte de África y Medio Oriente. Este análisis se basa en menciones de descontento en 130 países y manifiestan una serie de motivaciones, desde la violencia racial en Estados Unidos, los conflictos interétnicos en África y el descontento antigubernamental en países tan disímiles como Brasil, Países Bajos o Bielorrusia.
Respecto a esta coyuntura planetaria se han sucedido hechos de la máxima gravedad como golpes de Estado (Burkina Faso) o protestas regionales con gran cantidad de muertos y heridos (Tayikistán), también se reconocen crisis constitucionales como la ocurrida en Sudán.
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El organismo financiero comunició que "aunque, por ahora, el malestar social sigue siendo bajo en relación con los niveles previos a la pandemia, el levantamiento de las restricciones sanitarias y la continua reducción del poder adquisitivo de las mayorías significa que las protestas aún pueden aumentar e imponer costos económicos significativos para el manejo gubernamental de las economías”, citado por el medio La Jornada de México.
Por otra parte, el FMI refiere que el proceso inflacionario actual comportará nuevas y masivas protestas sociales, reservando el pronóstico, puesto que los disturbios y fenómenos asociados son difíciles de predecir, debido a la complejidad de las motivaciones económicas que están detrás, como los aumentos desmedidos en los precios de alimentos y combustibles, siempre asociados a protestas en el pasado reciente.
El organismo con sede en Washington D.C. advierte de las dificultades que estas protestas representan para recomponer el sistema económico tal como se le conocía hasta antes de la pandemia, el estudio afirma: “Cualquier aumento en el malestar social podría representar un riesgo para la recuperación de la economía mundial, dado que la incertidumbre impacta en el consumo y la producción.”
Estudios de la entidad financiera global señala que tras grandes o medianas protestas sociales, el producto interno bruto de un país (PIB) se reduce en el rango de 1 punto porcentual respecto a la medición del momento antes de ocurrir alguna acción social masiva.
Imagen principal: Inicio del Estallido Social en Concepción, Foto: Amilix Fornerod
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