Por María Belén Manríquez. Estudiante de Periodismo UST
Se nos olvida que el artista es parte de su obra y un ser social, una persona que retrata su contexto y sociabiliza en el tiempo y el espacio. Desde el martes 18 al 29 de Agosto se presentó en la Corporación Artistas del Acero la exposición fotográfica “Un exilio sin retorno: Rodrigo Rojas de Negri”. Joven fotógrafo que registró y documentó las manifestaciones sociales de oposición a la dictadura militar, siendo él mismo víctima de ella en 1986. No es al azar que Rodrigo sea considerado símbolo del compromiso que un fotógrafo tiene con la documentación de su entorno. A través de su trabajo, expuesto en dicha exhibición, se aprecia y se hace un recorrido por todas las experiencias que tuvo, tanto en el país en el que vivió, como sus viajes y su retorno a Chile. Retrata sus contingencias, preocupaciones y cotidianeidades. Jaime Cuevas, investigador curatorial del trabajo fotográfico de Rodrigo, señala que “desde el 2013 se ha podido generar un trabajo investigativo para poder realizar una circulación y dar visibilidad a su trabajo, que no es solo marchas sociales, tiene fotos de moda, cotidianeidades, un registro autoral de una época marcada por la guerra fría y que nos permite imaginar los ochentas en colores”.
Rodrigo Rojas de Negri es el nombre del Premio de Fotografía Joven, que el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes entrega anualmente a jóvenes menores de 35 años que aporten a la disciplina fotográfica. “Hay varios temas trascendentes, en términos políticos y simbólicos del registro que hizo, y no es menor que haya un premio que lleve su nombre y que su trabajo no sea tan conocido”, destaca Jaime, en relación al valor patrimonial que significa el rescate y exhibición del trabajo fotográfico de Rodrigo. Ciertamente, el trabajo del joven fotógrafo registró lo que fueron los ochenta en nuestro país. Una época reprimida, como su trabajo hasta ahora, y por eso mismo la visibilidad de sus fotografías cobran una gran importancia. “Ya no es mi hijo, ahora es patrimonio de la nación”, siente Verónica de Negri, su madre, presente en la inauguración del evento, al reflexionar sobre el valor que tienen estos registros para la representación de la realidad vivida por su hijo y jóvenes de la época. “La exposición es una invitación a la reflexión sociopolítica, y subraya la lucha entre la belleza de un ser humano contra un gobierno. Esta exhibición es una oportunidad para que se conozca realmente a Rodrigo, quien no fue solo un joven quemado vivo, sino también un amante y un luchador por su país”, agrega.
Mónica Salinas, Encargada de Educación Artística del Consejo Regional de la Cultura, destaca la importancia de esta exhibición: “Me parece fundamental que conozcamos el trabajo de alguien tan joven y su trabajo artístico, su fotografía nos traslada a un momento en el que todos sufrimos mucho y ver sus fotos cotidianas, nos permite mantener la memoria viva”. Hoy, con el mayor acceso a la tecnología, existe una facilidad para acceder a la información necesaria para poder conocer un poco más sobre la historia, pero una imagen vale más que mil palabras. Por eso, esta recopilación permite a los jóvenes ver y enterarse de primera fuente cómo se vivía en los ochenta, y así generar conciencia sobre la dictadura. “El típico discurso dirigido a los jóvenes es tú no lo viviste, no estuviste ahí, pero a través de la fotografía de Rodrigo, tenemos la oportunidad de ver y entender lo que realmente significó el período de la dictadura”, comenta Camilo Mellado, asistente al evento inaugural y se refiere a la importancia de la documentación del entorno, “A los 7 años que Rodrigo se introdujo en el mundo de la fotografía y lo que transmite a través de ellas es no sólo la dictadura sino todo su alrededor, una evolución de lo que fue viviendo y sus experiencias”, añade Camilo.
La inquietud de documentar el contexto social en el que se vive es una iniciativa que se mantiene en los jóvenes y se ve reflejada en la labor social que cumple Camilo. “Me siento identificado con Rodrigo. Uno participa en marchas, movimientos sociales y vemos cómo se va repitiendo la historia. Seguimos en lo mismo”, comenta.
Foto por Camilo Mellado: Marcha por la Educación, 2015.
Además, agrega, “me he dedicado a sacar fotos de marchas, y me puedo dar cuenta que tenemos un compromiso social, una responsabilidad de evidenciar y archivar lo que sucede. No se trata de ser héroe, debemos tener memoria. Al igual como sintió Rodrigo, documentar lo que sucede a mi alrededor se vuelve una obligación”. Verónica de Negri, al concluir la inauguración de la muestra, expresó claramente que: “Hoy veo a mi hijo en cada uno de los jóvenes de Chile”.
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