El cierre de Huachipato dejó al desnudo la domesticación que han generado los empresarios tanto de la autodenominada izquierda que hoy gobierna en Chile, resumidas en la desafortunada frase de Camila Vallejos sobre la falta de “musculatura del Estado”, como también del movimiento sindical, que se ha mostrado incapaz ni siquiera de demandar la estatización de la empresa, ni mucho menos tomar bajo control obrero la misma, como ha ocurrido en varios países, incluidos ejemplos en la vecina Argentina, y que hoy se vive en Francia con la gran fábrica de cristalería Duralex.
Por Joaquín Pérez
El 26 de julio pasado la justicia francesa, específicamente el Tribunal de Orleans, avaló el traspaso de la propiedad de la mítica cristalería francesa Duralex a sus propios trabajadores, a través de una sociedad cooperativa y participativa (Scop). Los trabajadores y trabajadoras respiran hoy aliviados tras años de sucesivos despidos, recortes de beneficios y constantes amenazas de cierre.
La fábrica ubicada en Chapelle-Saint-Mesmin hoy está en manos de los verdaderos productores, sus trabajadores, evitando así su traspaso a otras empresas que amenazaban con nuevos despidos masivos y recortes de beneficios y derechos.
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Suliman el Moussaoui, delegado general del sindicado explica: “Aunque tuviéramos una cifra de negocios más que correcta, cada año los accionistas se llevaban siete millones de euros. Ahora este dinero servirá para invertirlo o irá al bolsillo de los asalariados”.
[caption id="attachment_159515" align="alignnone" width="940"] Lavandería Gobelinos de Concepción[/caption]
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Los trabajadores esperan que el traspaso a la cooperativa genere un punto de inflexión, ante la crisis de los últimos años, que llevó a dos procesos de liquidación o cierre (2017 y 2020), todo ello a pesar de que los antiguos propietarios recibían ayudas permanentes del Estado francés, la última de ellas por 15 millones de euros (más de $15.365.000.000 pesos chilenos).
La acción del sindicato ha sido respaldada por los gobiernos locales. La región Centro-Val de Loire, dirigida por el Partido Socialista Francés, dio un préstamo de un millón de euros y contribuyó a la recapitalización de los y las trabajadoras, mientras que el Municipio de Orléans, en manos de la derecha tradicional, adquirió por unos cinco millones los terrenos de la planta, cediéndolos a la cooperativa.
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La nueva dirección de la empresa se caracteriza por la transparencia a diferencia de los antiguos propietarios que hacían operaciones de tesorería y maquillaban los resultados, junto con ellos se avanza en la democratización de la vida laboral y la toma de decisiones al interior de la empresa.
Desde que la empresa paso a manos de sus trabajadoras y trabajadores, los pedidos han aumentado significativamente en su página web, casi un 300%, la situación ha llamado la atención y generado debate al interior de las organizaciones sindicales y partidos de izquierda. La propia Lucie Castets, propuesta como posible primera ministra por la alianza del Nuevo Frente Popular, triunfadora de las últimas elecciones legislativas en Francia, visitó la fábrica. A diferencia de Chile, proyectos económicos alternativos al neoliberalismo tienen apoyo entre políticos de izquierdas e incluso más allá de ese sector político.
Foto de portada: https://www.reasonwhy.es/actualidad/duralex-empresa-fabricante-vajilla-indestructible-quiebra