La semana pasada, oficialmente, Oracle abandonó OpenOffice y lo entregó a la Apache Software Foundation. De esta manera, Oracle cumplía el anuncio realizado en abril en el que comentó que devolvería el proyecto a la comunidad de desarrolladores, básicamente, después de haberlo “herido de muerte” y provocar que la estampida de la comunidad, la creación de la Document Foundation y el desarrollo de LibreOffice. Que Apache aceptase OpenOffice, y lo incluyese como proyecto en su incubadora, no ha hecho mucha gracia en algunos sectores del ecosistema del software libre, por ejemplo, la Free Software Foundation que ha publicado una carta en la que expresa su apoyo a LibreOffice, básicamente, porque es totalmente libre y OpenOffice pasaría a tener licencia de Apache, lo cual no asegura acceso total al código fuente.
En su carta, la FSF reconoce a OpenOffice como una importante pieza dentro del ecosistema del software libre y, este movimiento, supondrá una mayor libertad para los desarrolladores que podrán ejercer un mayor control sobre la evolución del proyecto, sin embargo, el hecho de estar en Apache, y estar bajo su licencia, aumenta el riesgo de que alguien pueda distribuirlo de manera comercial. Concretamente:
Todos los proyectos de Apache se distribuyen bajo los términos de la Licencia Apache. Esta es una licencia de software libre que no es copyleft, por tanto, cualquiera que reciba ese software podría redistribuirlo bajo términos comerciales. Esta estrategia, en torno al licenciamiento, representa un importante cambio de política para OpenOffice. Antes, este proyecto, se distribuyó bajo licencia LGPL y bajo la licencia de Mozilla, la Mozilla Public License (MPL).
Según la FSF, tanto la LGPL como la MPL permitían el copyleft pero tenían su trampa, puesto que se publicaba el código fuente, se permitía modificar pero no obligaba a que las modificaciones fuesen distribuidas de la misma manera. De hecho, aunque existen casos en los que la FSF cree que la licencia de Apache es adecuada, no piensan lo mismo para el caso de OpenOffice, sobre todo, porque es una aplicación de uso general y, bajo el paraguas de Apache, podrían generarse productos comerciales. Es por ello por lo que la FSF opina que LibreOffice, a día de hoy, es la mejor opción posible:
Afortunadamente, existe una alternativa que permite a los usuarios trabajar con una suite ofimática que, además, protege sus libertades: LibreOffice. Cualquiera que se sienta cómodo trabajando con OpenOffice encontrará en LibreOffice un interfaz similar y las mismas funcionalidades, puesto que se basan en el mismo código fuente. Desde septiembre de 2010, muchas personas han contribuido con su trabajo en la mejora de la aplicación y la impulsora del proyecto, la Document Foundation, mantendrá su distribución bajo licencias LGPL y MPL.
Independientemente del licenciamiento, que está claro que es importante, a día de hoy LibreOffice es la mejor opción posible, básicamente, porque es la única que cuenta con una comunidad activa. ¿Qué os parecen estas declaraciones de la FS