El año 2006 GDF Suez presentó un proyecto de una Central hidroeléctrica de pasada en el río Laja. Ubicada a 70 km al Sureste de Concepción, en el límte de las comunas de Yumbel y Laja, precisamente en el sector Puente Perales y a 10 Km de La Aguada.
La central tiene una capacidad de generación de 34.4 MW. En la presentación del proyecto, GDF Suez indica que "provocaremos un mínimo efecto medio ambiental, gracias a que nuestra obra se integrará al paisaje, no contaminaremos el ambiente y se minimiza la inundación de terrenos."
La central debió comenzar a funcionar el año 2012. Lo cierto es que a la fecha, aún no ha sido puesta en servicio por distintos problemas.
Becas de estudio, instalación de luminaria, mantención de caminos, compras de buzos de colegio, construcción de un balneario, fondos concursables y la promesa de contribuir al desarrollo del sector, por mencionar algunas cosas, fue la forma en que la empresa se instaló en el sector. Muchos de los habitantes accedieron a las propuestas de GDF Suez, incluso vendiéndole los terrenos en la ribera del río para trasladarse a otros sectores sin acceso a él.
Frente a las hipnotizantes propuestas de la transnacional energética, nadie imaginó lo qué sucedería.
La Aguada
La Aguada es un sector colindante con los Saltos del Laja y cercano al Puente Perales, donde se instaló la central. Su economía se basa fundamentalmente en lo que deja el turismo durante el verano, a través de el arriendo de terrenos para acampar y otros servicios a los turistas. Hoy esa realidad ha cambiado.
En su Estudio de Impacto Ambiental (EIA), GDF Suez indica que "la central deberá inundar menos de 100 há fuera del lecho del río para funcionar. Producto de la baja inundación, la central no afecta mejoras de propiedades vecinas y no es necesario reasentar comunidades."
Sin embargo, Nicole Torres, hija de los dueños del Camping "Aguas Verdes", plantea que "desde el año 2012 comenzó la inundación (...) no le avisaron a nadie, nosotros nos dimos cuenta un día que fuimos a ver el río. Incluso las estaquillas que habían puesto están bajo el agua. El tranque debía tener unos 14 mts y en realidad está en 24 mts." La ficha del EIA del proyecto consigna que "con el objetivo de señalar en terreno el deslinde del reservorio, se instalaron estacas de madera a lo largo de la ribera, en especial, en aquellos tramos con propiedades habitadas. El Anexo 12 de la DIA muestra fotografías de esta señalización, la que permitió a los propietarios ribereños conocer claramente el deslinde del reservorio y comprobar que no se afectan propiedades habitadas."
Nicole agrega "...ya no tenemos playa, no tenemos cascada, ya se cerraron 2 camping. Al inundar el río nosotros perdimos clientes. y esos clientes son los que compraban pan en los negocios, lo que iban a comer a los restaurantes de comidas típicas".
La explicación que le dan los vecinos a la situación es que "en vez de limpiar la ribera del río antes de inundar, solo se inundó y lo que paso es que la materia orgánica que había se pudrió, terminando por contaminar el agua." Hoy las aguas están turbias indica Nicole "están peor que milo" comparando el color de las aguas con la bebida.
Lejos del espejo de agua prometido -un pequeño lago- la realidad es de un tranque putrefacto. La empresa indica al respecto que "las modificaciones al proyecto no contemplan cambios significativos en lo relativo a la calidad del agua, debido a que el reservorio continuará siendo pequeño y de profundidad similar. Adicionalmente, la existencia de mayor número de compuertas reducirá una eventual acumulación de sedimentos en las proximidades de la presa."
Por esta misma situación, el turismo durante el último verano arrojó resultados nefastos para los habitantes. "Los turistas se van porque ¿quién se va a querer bañar en un río así?. Incluso los mismos vecinos que accedían a la ribera del río lo utilizaban para veranear con los niños. Hoy día muchos se quedaron sin eso, y tienen que veranear en otros lados, o se quedan sin eso, porque no todos tienen para andar pagando una piscina... "
El sistema de agua potable depende de punteras. Pero el agua proviene del río, entonces en cualquier momento se puede contaminar el agua potable. Hay algunos casos de personas que se bañaron en las aguas y salieron con los ojos y la piel irritados.
Por todas estas razones, además de los compromisos no cumplidos por la empresa, los vecinos afectados por el proyecto se han reunido con el objetivo de que el río Laja vuelva a ser el de antes, luchando por el patrimonio local. Piden al menos que se abran las compuertas del sector inundado y se proceda a limpiar el lecho del río para que recuperen sus únicas fuentes productivas.
Foto de Sergio Parra.