El Gobierno de derecha se apronta a terminar con los programas de empleo de emergencia en la Región. Su primera batalla, terminar con los CMT, se zanjó con una victoria relativa para las autoridades. En comunas como Lota, de 40.000 habitantes, 5.000 empleos de emergencia son la mayor fuente de trabajo.
Tras la catástrofe del 27 de febrero, la región de Concepción vivió un terremoto laboral que implicó el cierre de empresas y el despido masivo de trabajadores/as. El gobierno tomó la medida de entregar 16 mil cupos de trabajo en la zona de emergencia al cuerpo militar del trabajo (CMT). La militarización de los empleos de emergencia generó de inmediato suspicacias, especialmente de agrupaciones sindicales que ingresaron a estos planes de empleo, como los estibadores del puerto de Talcahuano. Otro motivo de preocupación es que estos empleos eran solo por un sueldo mínimo (130 mil pesos a pagar) y no eran más que la repetición de programas de la dictadura: los PEM (1974) y los POJH (1982) y los de la concertación: PMU (1993) Pro Empleo (2004) Fosac (2004) mejor trabajo (2006) línea intendencia (2008).
Los alcaldes también miraban con cierto recelo estos planes, pero sin duda les soluciona una problemática inmediata de empleo. Sólo en Coronel los cupos del CMT fueron 1.300, en Lota 1.000, en Tomé 1.000, Penco 800, Lebu 780, Concepción 500. La cifra llegaba a los 13 mil a nivel regional. Sin embargo, estos empleos tenían fecha de término el 5 de octubre 2010.
El 13 de agosto trabajadores de los CMT denunciaban el despido de 117 trabajadoras, muchas de ellas mujeres embarazadas. Ante las denuncias por violación a la legislación laboral ante la Inspección del Trabajo, los organismos del Estado declararon su incompetencia, lo que generó un pésimo antecedente ante las situaciones por venir.
Debido a la cercanía de la fecha de término de contrato, la preocupación por los despidos masivos se hizo patente en las comunas que poseían mayor cantidad de cupos, por el drama social que vendría tras estos despidos.
El día 6 de septiembre, en la sede del adulto mayor de Lota Bajo, las diversas compañías de trabajo eligieron un grupo de 8 representantes, que marcó el inicio de la conformación de organizaciones de trabajadores de CMT en diversas comunas de la Región.
El jueves 30 de septiembre se efectuó una masiva asamblea de trabajadores/as de los CMT, en el Teatro de Lota Alto. Hay que recordar que en esta comuna más de 5 mil personas dependen de distintos programas de emergencia. El Gobierno dimensionó la situación y prorroga los contratos desde el 4 de octubre al 4 de noviembre, fecha en la cual, afirmaron las nuevas autoridades, se harían efectivas las desvinculaciones. La prórroga por un mes no dejó satisfechos a los trabajadores de los CMT. Así, el día 5 de octubre, se efectuó una masiva marcha desde Lomas Coloradas hasta Concepción, con sobre 2 mil marchantes provenientes de las comunas de San Pedro, Coronel, Lebu y mayoritariamente de Lota.
A partir de ese momento, otros sindicatos, como el de Tomé, comienzan a tomar protagonismo con movilizaciones en la comuna textil y Santiago. El miércoles 3 de noviembre se realizó una nueva marcha de los CMT, esta vez se une una columna con sindicatos de Rafael, Coliumo, Dichato, Menque, Punta de Parra, Tomé, Penco, Concepción, Talcahuano, San Pedro, Coronel, Lota y Lebu.
El día martes 8 noviembre, se realizó una masiva marcha pacífica por el centro de Santiago, la cual es silenciada por los medios oficiales y sin que los representantes de los trabajadores/as fueran recibidos por instancia alguna del Gobierno central.
Como respuesta a esto, los sindicatos de CMT de la región organizan cortes de ruta simultáneos a las 09:00 horas del día jueves 11 de noviembre. Son tomados los accesos a Lota y Coronel, además de la entrada sur al puente Llacolén en San Pedro y el cruce de la Ruta 150 que une Concepción con Penco, Tomé y la Ruta del Itata. Las protestas terminan con incidentes y detenidos.
El día martes 16 noviembre a las 12:45, 33 mujeres de Lota se encerraron en el “Chiflón del Diablo”, la acción de gran repercusión mediática, hace pasar desapercibida acciones de otros sindicatos de CMT como los de Lebu que marchan por la capital de la provincia de Arauco ese mismo día.
En la medida que pasaban los días, los medios capitalinos fueron dando cada vez mas repercusión a la toma del Chiflón, los Gobiernos regional y nacional, sin propuestas, ven sumarse a diversos actores sociales a la problemática. El día domingo 21 de noviembre el ministro del interior Rodrigo Hinzpeter llega a Concepción a fijar una estrategia para enfrentar el problema junto a la intendenta regional. La estrategia del Gobierno pasaba por aislar a las mujeres de la mina y hacerlas negociar en condiciones de presión y debilidad.
El día Lunes 22 de noviembre a las 06:15 fuerzas especiales de la militarizada policía chilena, desalojan el entorno del Chiflón del Diablo, donde se congregaban sindicatos de CMT de diversas comunas. Es allí donde se produce un violento altercado, entre autoridades municipales y parlamentarios de la concertación con autoridades del Gobierno piñerista y carabineros. Hinzpeter había levantado el comodato del Chiflón a la fundación Chile, para poder intervenir en la mina sin necesidad de tener autorización alguna.
La intendenta regional y el gobernador provincial de Concepción, aíslan a las mujeres que estaban bajo la mina, muchas de las cuales estaban en malas condiciones. El arzobispo de Concepción y diversas autoridades de la región habían solicitado una mesa de diálogo, la que nunca se instaló. El Gobierno levantó una negociación forzada con fuerzas policiales al interior de la sala donde se efectuó la reunión entre autoridades y representantes de las huelguistas.
El Gobierno logró quebrar el movimiento negociando con las representantes de cada sindicato por separado, muchas de ellas solas frente a las autoridades y la policía, llegan a acuerdos y deponen las movilizaciones. Los acuerdos involucran sólo a los sindicatos de Curanilahue, Lota, Coronel y San Pedro.
Sindicatos como el de Curanilahue o San Pedro evalúan como positiva su negociación, ya que logran involucrar a la casi totalidad de los socios de sus sindicatos. Flor Pacheco, vocera de los CMT de Curanilahue nos señala: “de 198 cupos de empleo logramos que se prolonguen por un año más 140 de ellos, lo cual es una cifra importante. Nosotros no negociamos de rodillas, señalamos claramente que no depondríamos las movilizaciones, si nos sacaban del Chiflón, nos tomaríamos la mina “La Chulita en Curanilahue, o llegaríamos hasta el centro de Concepción”. Juana Núñez del Sindicato de CMT de San Pedro señaló “el Gobierno se comprometió a prorrogar los 127 empleos de los socios de nuestro sindicato, el resto de los pro empleo de la comuna no están organizados ni dieron la pelea por lo cual quedaron afuera”.
Sin embargo, los términos de negociación para los trabajadores de CMT de Lota y Coronel fueron distintos. En Coronel solo se prolongarán 250 de los cerca de 1200 empleos de CMT y en Lota la cifra fluctúa entre 400 y 450 de un total de mil. Lota y Coronel habían negociado la prolongación por dos meses de 250 y 380 personas respectivamente por comuna, con anterioridad a este último acuerdo.
Hoy la organización de los CMT se encuentra dividida, hay comunas que quedaron absolutamente fuera de los acuerdos como Lebu, Penco o Tomé. Algunos de lo cuales han continuado las movilizaciones, en las comunas con mayor cantidad de cupos CMT que son Lota y Coronel, también está la división entre los que serán prorrogados por una año y los que solo serán prolongados por dos meses, sin considerar los que simplemente no serán prorrogados.
El drama de la miseria y la cesantía ronda a miles de trabajadores/as en la región, justo en las fechas de fin de un año, marcado por la tragedia y el dolor en numerosos hogares de estas familias.