En un baño de masas en Puerto Resistencia (Cali), epicentro del Estallido Social colombiano de 2021, el presidente Gustavo Petro, desarrolló un discurso en el que dejó claro el golpe de timón, el giro político de su gobierno.
Por Joaquín Pérez
El primer gobierno de izquierda en Colombia, solo se puede entender a partir del Estallido Social del 2021. Fue precisamente en el municipio de Puerto Resistencia, en el sur-oriente de Cali, lugar emblemático de las manifestaciones sociales de aquel año, que el presidente de Colombia Gustavo Petro pronunció un discurso político con muchos mensajes, tanto al pueblo colombiano como a la oligarquía colombiana, su prensa, sus partidos políticos en el congreso, sus jueces y fiscales y el bloqueo sistemático a los cambios que su gobierno propone. Ante la situación, no le queda otro camino que llamar a una Asamblea Constituyente, para poder avanzar en las transformaciones que la sociedad viene demandando desde hace más de una década.
La agitación social en Colombia se viene desarrollando desde las protestas estudiantiles del 2011, pasando por la movilización social por el Proceso de Paz en 2012 y 2013, el Paro Agrario del mismo año, las movilizaciones para restituir al propio Petro como alcalde de Bogotá a fines del 2013 y principios de 2014, la Minga Indígena de 2015, el Paro Camionero de 2016, el Paro Cívico de Buenaventura en 2017, la campaña por la Colombia Humana de 2018, el Gran Paro Nacional de 2019, las protestas contra la brutalidad policial de 2020 y sin duda, el Estallido Social de 2021, que fue en definitiva la instancia que abrió las puertas al triunfo electoral de Gustavo Petro y Francia Márquez en las elecciones de 2022.
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Petro fue muy claro en reconocer esto en su discurso, señalando que, “sé de dónde vengo”, “sé de dónde venimos”, en más de una ocasión, refiriéndose a las clases populares de Colombia. En el mismo sentido, en varias ocasiones, mencionó la lucha dada por la juventud colombiana durante el Estallido Social de 2021, reconociendo el papel de aquellos que sufrieron la represión, incluidos quienes perdieron sus ojos durante las manifestaciones: “Yo también soy primera línea” recalcó, ante la criminalización que los fiscales y los jueces hacen de los jóvenes que participaron de las protestas, "cuando joven y aún era un estudiante secundario “un flaco”, también me acusaban de terrorismo por querer cambios en Colombia", prosiguió.
Es muy claro el giro político del gobierno de Petro en los últimos meses y como se aleja en todo sentido de los discursos renegados y entreguistas del gobierno chileno de Gabriel Boric, los que se vieron tan similares en un comienzo, pero que tanto se distancian al momento de aplicar sus respectivas políticas públicas.
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En su discurso en Puerto Resistencia, Petro reconoció como su gran error personal, ni siquiera de su gobierno, el haber perdido el tiempo durante su primer año de mandato, intentando acercarse al centro político: “me equivoqué, fui ingenuo”, reconoció el mandatario. Quien hoy se ve envuelto en una trenza, tejida por la oligarquía colombiana, la que involucra al Congreso y el Poder Judicial, y que pretende derrocarlo de la misma manera que derrocaron a los gobiernos legítimos de Manuel Zelaya en Honduras (2009); Fernando Lugo en Paraguay (2012); Dilma Rousseff en Brasil (2016); Evo Morales en Bolivia (2019) o el reciente derrocamiento de Pedro Castillo en Perú (2022).
Petro centró su discurso en un llamado al pueblo colombiano, especialmente a la negritud, a los indígenas, a los campesinos y la juventud, a articular las organizaciones populares a nivel comunal, partiendo por la zona sur-occidental del país, en lo que Petro llamó “Poder Popular”, un símil a los comandos comunales impulsados durante el gobierno de Salvador Allende en Chile, durante la Unidad Popular.
Lo anterior, debido a que es este pueblo organizado el único que puede enfrentar y detener los intentos golpistas de la oligarquía colombiana, históricamente ligada al narcotráfico, pero también, para mantener vivas las ideas de la transformación social en Colombia. Es el pueblo movilizado el que permitirá avanzar en los cambios, en palabras de Petro: “si las instituciones no obedecen al pueblo, el pueblo no se va arrodillado, modifica las instituciones”.
En palabras de Petro, "la Asamblea Nacional Constituyente debe transformar las instituciones para que obedezcan al pueblo".
Volver al pueblo, su organización, su fuerza, su expresión en las calles es el único camino que le queda a Gustavo Petro para poder materializar algún tipo de cambio político social o económico en Colombia, y está convencido de aquello, en su discurso en Puerto Resistencia fue claro en seguir impulsando el programa de gobierno: "Colombia no se tiene que arrodillar, el triunfo popular de 2022 se respeta".
Discurso completo de Petro en Puerto Resistencia aquí
https://www.youtube.com/watch?v=Eh2IEEsgZgw